<
>

Cinco mujeres que marcan la historia deportiva de México

Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en marzo de 2022.

En los últimos 20 años, México ha vivido una transformación social que incluye al deporte. Las mujeres se han apoderado de lugares estelares en la vida pública y ellas han sido el ancla para la época más exitosa del país con nombres como Soraya Jiménez, Ana Guevara, Paola Espinosa, Iridia Salazar, Belem Guerrero, María Espinoza o Lorena Ochoa, que marcaron la primera década del nuevo milenio, triunfaron en los escenarios más exigentes de sus deportes, encabezaron un cambio de mentalidad e inspiraron a las jóvenes que en los últimos diez años han obtenido los mejores resultados.

ESPN Deportes presenta un recuento de la carrera e impacto social de las cinco mujeres más exitosas en la historia deportiva de México, todas del presente milenio, las mejores ejemplares de las nuevas oportunidades y ejemplos que ellas le han dado a la sociedad de su país.

LAS CINCO MEJORES DE: Cuba | México | Puerto Rico | República Dominicana | Venezuela


Soraya Jiménez

Sydney 2000 significó una revolución en el mundo olímpico. El programa oficial de competencias integró nuevas pruebas en las que México ha destacado en los últimos 20 años, como los clavados sincronizados y el taekwondo. Sin embargo, también el olimpismo dio los primeros pasos hacia la equidad de género permitiendo la participación de las mujeres por primera vez, como en el levantamiento de pesas, donde Soraya Jiménez sorprendió al mundo al quedarse con la medalla de oro en la categoría de hasta 58 kilos.

Soraya ganó en su única participación olímpica, alzando 222.5kg la madrugada (horario de América) del 18 de septiembre. Ella fue la primer mujer que ganó oro olímpico por México, y apenas la tercera medallista en el máximo evento deportivo dentro de un país que solo había visto mujeres en el podio en 1968, cuando ganaron Pilar Roldán (plata en esgrima) y María Teresa Ramírez (bronce en natación).

Entrenada por el búlgaro Georgi Koev, Soraya llegó a Sydney sin la etiqueta de favorita y a la hora de la competencia fue capaz de firmar el mejor resultado de su vida. Sería la punta de lanza de un deporte mexicano que, a partir de entonces, encontró en las mujeres sus mejores aliadas para ganar medallas olímpicas, al grado de que a partir del 2000, las mujeres han participado en el 65% de las medallas mexicanas en olímpicos. En levantamiento de pesas, en los seis Juegos que se han celebrado entre Sydney 2000 y Tokio 2020, México ha llegado al podio en cuatro ocasiones, y todas las ganadoras posteriores mencionan el nombre de Soraya como una inspiración.

Soraya ascendió a este nivel en siete años, con apoyos escasos y sin grandes reflectores, pero esa ráfaga de ascenso también le provocó un entorno complejo que le impidió volver a ser protagonista en el escenario mundial. Jiménez, cuyo tío Manuel Mendívil fue medallista olímpico en equitación en Moscú 1980, falleció sorpresivamente a los 35 años por un infarto en su apartamento de la Ciudad de México.


Ana Guevara

En los inicios del tercer milenio había una campaña publicitaria de Nike llamada ‘Mi héroe es una chava’. Se refería a Ana Gabriela Guevara, la velocista de 400 metros que fue campeona mundial al triunfar en el campeonato mundial de 2003 realizado en París, donde marcó su mejor tiempo de 48.89 segundos. Un año antes había ganado la Golden League, cuyo premio eran lingotes de oro y los recibían solo quienes eran capaces de ganar todas las carreras de esa temporada.

En los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, Ana fue finalista y terminó quinta en los 400 metros. Fue desde entonces una referencia del poder femenil en un país acostumbrado a tener figuras varones. La sonorense volvió al escenario olímpico en Atenas 2004, a donde llegó lesionada y aún así se quedó con la medalla de plata con un registro de 49.56 segundos, solo por detrás de Tonique Williams, de Bahamas.

“Dime que corro como una niña. Gracias Ana”, decía uno de los anuncios colocados en diferentes puntos de México durante los Juegos de Atenas, cuando Ana Guevara era la gran figura mexicana, incluso por encima de la selección de futbol varonil eliminada en primera ronda y dirigida por Ricardo La Volpe.

Ana Gabriela había llenado el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, sede de los Juegos Olímpicos de México 1968, y durante sus competencias en Europa la televisión mexicana cortaba sus transmisiones para pasar en vivo la prueba de 400 metros. Ninguna otra deportista ha logrado paralizar al país un minuto para verla correr.

Guevara se retiró en 2008, meses antes de los Juegos Olímpicos de Beijing, en medio de una polémica con la Federación Mexicana de Atletismo y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), que dirigía entonces el ex futbolista Carlos Hermosillo. Ana, siempre dispuesta a participar en temas políticos, había recomendado a Hermosillo para ocupar ese puesto y en su conferencia de prensa afirmó: “La política es una guerra sin muertos, pero hoy es el deceso de mi carrera. ¡Va por México y chingo mi madre si no!”


María Espinoza

María del Rosario Espinoza es la mexicana más exitosa en la historia olímpica. Una medalla de oro (Beijing 2008), una plata (Río 2016) y un bronce (Londres 2012) son los honores de la taekwondoína, que cuando llegó a su primer podio vivía dentro de un deporte subjetivo en el que el área de combate era cuadrada y los jueces marcaban los golpes al peto. Ocho años después, en Río de Janeiro, cuando se quedó con la presea de plata, ya era una superficie octagonal y con petos electrónicos.

Espinoza, nacida en la comunidad pesquera de La Brecha, Sinaloa, al norte de la Ciudad de México, es la única mujer que tiene en su palmarés títulos Olímpico, de Campeonato Mundial (2007), de Juegos Panamericanos (2007) y de Juegos Centroamericanos y del Caribe (2014). María del Rosario sigue vigente. Se encuentra entre las 10 mejores luchadoras del mundo en la categoría de peso pesado (+67kg) y tiene el objetivo de llegar a sus cuartos Juegos Olímpicos en París 2024 dentro de dos años.


Lorena Ochoa

“Lorena me dijo que quería ser la número uno del mundo, y tuve que aprender a llevarla ahí”, dijo Rafael Alarcón, entrenador de Lorena Ochoa, la golfista número uno del mundo durante 158 semanas consecutivas y la mujer que puso en el escenario de los medios un deporte que estaba alejado como el golf. Nacida y forjada en Guadalajara, Lorena tuvo una fugaz carrera de 2003 a 2010 y en ese lapso logró posicionarse como la mejor del planeta y una de las deportistas emblemáticas de México.

Ochoa gano 27 títulos de la LPGA, incluidos dos torneos major como el simbólico triunfo en el British Open de 2007. Además, fue una de las caras de la Federación Internacional de Golf en la campaña para integrar al golf como un deporte olímpico. La súbita decisión de Ochoa retirarse en 2010 impidió alargar su racha y verla en unos Juegos Olímpicos, pero siempre quedará la imagen y el recuerdo de una mexicana que dominó a placer uno de los deportes más tradicionales del planeta.


Paola Longoria

Paola Longoria hizo de un deporte de nicho, como el ráquetbol, una mina de medallas para México en los Juegos Centroamericanos y del Caribe y los Juegos Panamericanos. La nacida en San Luis Potosí en 1989 se convirtió en la número uno del mundo de su deporte. Ella dominó a cabalidad a pesar de que en su ascenso tuvo que superar obstáculos políticos y, entre 2011 y 2014, logró 152 partidos ganados de forma consecutiva, ganó 37 títulos y su invicto duró 20 meses.

Longoria comenzó su camino en el ráquetbol en México, pero muy joven entendió que irse a Estados Unidos era el camino para trascender, y así lo hizo. En la cancha se convirtió en una mujer invencible, dominante, y fuera de ella forjó una imagen que le llevó patrocinios de marcas internacionales que buscaban asociarse con una jugadora que ha estado durante más de 10 años en la cima del ranking mundial. Paola tiene una maestría en Ciencias Políticas y ha dicho que uno de sus objetivos es participar en la vida pública del país.