Agitados días se viven en las casas madre del rugby de Europa. Luego de la renuncia de Bernard Laporte en Francia, se conoció que Steve Phillips dejó su cargo de CEO en la Unión Galesa de Rugby tras acusaciones de "cultura tóxica" en la organización.
Phillips estuvo en el centro de pedidos de dimisión posteriores a la puesta en el aire de un documental de la BBC Gales, donde varios testimonios ponen de manifiesto haber sufrido situaciones de "misoginia, sexismo, racismo y homofobia" por parte de la administración.
El ahora ex CEO decidió que era "tiempo de que otro lidere el camino" en una reunión el pasado viernes, en la cual confirmó su salida del organismo.
Su lugar será ocupado con efecto inmediato por Nigel Walker, ex jugador del seleccionado galés, cuyo rol fue, hasta el momento, ser el Director de Performance de la Unión.
"No hay duda de que el rugby galés está enfrentando una crisis existencial. Esto es un llamado de atención y el primer paso para la recuperación es admitir el problema. Necesitamos hacerlo mejor y es lo que haremos", sentenció.