<
>

Tomás Jorge: "Tenía ganas de hacer una experiencia afuera"

Tomás Jorge jugó con Pucará en 2019 y armó las valijas para ir a Italia. El destino fue Rovigo y el club Badia, una institución joven que se fundó en 1981 y que se desempeña en la Serie A. Tiene contrato por 8 meses y a mediados de mayo deberá decidir si vuelve a jugar en Pucará o proyecta un tiempo más su excursión por el Viejo Continente.

“Llegué dos días después de jugar la semifinal del Top 12 ante SIC. Lamentablemente me fui de Argentina con un sabor un poco triste porque tenía muchas expectativas en ese partido, pero al llegar acá hice lo posible para cambiar la página y enfocarme en mi primera experiencia como profesional”, cuenta el back de 25 años.

- ¿Por qué decidiste irte allá?
- Me surgió la posibilidad a mediados del año pasado y me dieron la opción de irme recién cuando termine el Top 12 con Pucará por lo cual no interfería en el campeonato de Buenos Aires, así que me cerró porque tenía ganas de hacer una experiencia afuera, aprender un nuevo idioma, crecer como jugador, pero sobretodo como persona.

- ¿Qué podés contar del torneo local?
- Es un torneo físico, hay otro clima en esta región de Italia, con muchas lluvias, viento, frío, incluso nieve y, por lo tanto, se hace difícil jugar un rugby dinámico como el del Top 12, pero los jugadores están muy entrenados, por lo que el contacto es fuerte. Quizá hay menos destrezas que en Buenos Aires y menos jugadores que hagan diferencia individual, pero se le pone mucho foco a las formaciones y al juego táctico.

- ¿En qué situación se encuentra el club actualmente?
- Estamos cuartos en la Serie A italiana con un partido menos e intentando mejorar mucho el juego. El objetivo que nos plantearon es terminar en los primeros dos puestos. Todavía falta un poco más que la mitad del campeonato.

- ¿Compartís equipo con otros argentinos?
- En el equipo sólo hay dos hermanos que son hijos de padres argentinos, pero ellos nacieron acá en Italia. Tienen mucho amor por nuestro país y cuando pueden van a visitar, pero la realidad es que vivieron toda la vida acá.

- ¿Cómo te llevas con el italiano?
- La verdad es que llegué sin decir ni una sola palabra y hoy, después de tres meses, puedo decir que hablo bastante fluido el italiano. Por supuesto me queda mucho por aprender y mejorar, sobretodo algunos tiempos verbales que son distintos y con la complicación que en esta región se habla un dialecto, pero estoy muy contento con lo que progresé hasta acá.