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Roberto Gómez Junco: 'América no brilla, pero convence'
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LOS ÁNGELES -- La Fecha FIFA de noviembre será el catalizador decisivo para la Liguilla del futbol mexicano. En ella, más que en canchas mexicanas, puede decidirse al campeón del Apertura 2021, llamado #GritaMéxico, como un desesperado acto de conciencia culposa por la Liga Mx y la FMF.

Evitar el “despechaje” del Repechaje es la misión más importante para los clubes que serán afectados por ceder jugadores a selecciones nacionales. Y de momento, parece que sólo el América ha hecho la tarea correctamente. ¿El Atlas? Sólo cede a dos a convocatorias: Camilo Vargas (Colombia) y Anderson Santamaría (Perú).

La próxima Fecha FIFA contempla partidos entre el 11 y el 16 de noviembre, en Concacaf y Conmebol. El Repechaje, con los ocho “menos peores” del torneo mexicano, se jugará 20 y 21 de noviembre.

Así, los clubes mexicanos, que aportarán cerca de medio centenar de jugadores de ocho diferentes nacionalidades a esa Fecha FIFA de noviembre, tendrán a sus jugadores de vuelta el 18 de noviembre, en el mejor de los casos, a expensas, claro, de saber si no hay estragos mayores de agotamiento o lesiones.

Sí, Usted dirá, que los clubes europeos que ceden jugadores a eliminatorias en América serán más afectados. Recuerde que son equipos con vastas opciones en su plantel, y además, sus jugadores son animales diferentes, por eso juegan en Europa.

¿Qué pasará en México? Dependerá totalmente de la astucia con la que se han sabido manejar, y de la capacidad para que en la Fecha 17 puedan colocarse entre los cuatro mejores del torneo. Recuerde, el Repechaje se juega 20 y 21 de noviembre, y la Liguilla arranca el 24 de noviembre.

Así, los cuatro clubes que se involucren de manera directa a la Liguilla, tendrán una semana de margen para descansar a los fatigados y sanar a los heridos. Esa semana de gracia será determinante.

¿Y de momento cuál es el escenario? Preocupante para algunos que están obligados a un protagonismo absoluto. Vayamos conforme a la Tabla de Posiciones.

america vs santos sebastian cordova jornada 14
Imago7Sebastián Córdova le dio la ventaja al América ante Santos.

1.- AMÉRICA
Hasta el momento es el club que mejor ha administrado sus aportaciones a eliminatorias. El Indiecito Solari mantiene el equipo de líder, está a tres puntos de asegurar un boleto directo a Liguilla. Es mérito de ese juego sólido, compacto, eficiente, aunque aburrido. Pero, entiéndase, jugar feo es distinto de jugar mal, y América juega bien dentro de su librito.

Las Águilas estarían cediendo a cuatro jugadores a la Selección Mexicana, que podrían ser cinco si finalmente Gerardo Martino se avispa y contempla a Salvador Reyes. Además, Richard Sánchez reportará con Paraguay, Pedro Aquino con Perú, y Roger Martínez con Colombia. Podrían ser ocho en total. Ojo: el Tri va a terreno inhóspito: ante Estados Unidos en Cincinnati, y ante Canadá en Edmonton.

Antes de la Fecha FIFA enfrenta a Tigres, Cruz Azul y Rayados. Tres opciones para un asiento en la Liguilla. Y en el inter, la Final de Concachampions ante Rayados.

2.- ATLAS

Luego de ser por años el abastecedor de la columna vertebral del Tri, hoy no aporta absolutamente nada. A Sudamérica envía a su portero Camilo Vargas y a su zaguero Anderson Santamaria.

A ocho puntos del América, Atlas está acechado al menos por ocho equipos, que de sufrir un traspié pueden dejarlo sin cupo directo.

Sin embargo, enfrenta a puro muerto: San Luis, Tijuana y Querétaro. No debería tener problemas, a pesar de su técnico Diego Cocca, para meterse en la Liguilla.

3.- TOLUCA
Los Diablos viven un Infierno: suman un punto de 15 posibles, y aún así son terceros en la tabla. Este miércoles enfrentan al desahuciado Necaxa, pero cierran ante Santos, León y Puebla.

A la Selección Mexicana no aportan ningún jugador. Sólo cederían a las eliminatorias de Conmebol: Michael Estrada con Ecuador, Claudio Baeza con Chile, y Brian Samudio con Paraguay.

4.- MONTERREY
Con toda su experiencia europea, Javier Aguirre no ha podido jinetear los efectos de la Fecha FIFA. Y se le viene otra pesadilla. Estaría cediendo cuatro jugadores a la Selección Mexicana, además de Steffan Medina a Colombia.

Otros dos citables regresaron dañados a Rayados de la anterior Fecha FIFA: Joel Campbell de Costa Rica y Sebastián Vegas de Chile, pero es segura su convocatoria para noviembre. Es decir, cederá a siete titulares, y posiblemente ninguno de ellos esté listo para un eventual Repechaje.

Además, Monterrey deberá enfrentar el desgaste de la Final de Concachampions ante América, y la paciencia en el entorno de Rayados se agota, especialmente después de la derrota por 1-0 este martes ¡ante Querétaro!

5.- TIGRES
Miguel Herrera tiene una selección aparte que no cotiza en la Fecha FIFA: la de la gran cantidad de lesionados, algunos, producto de golpes, y otros de dolencias musculares, un estigma que arrastra el Piojo desde su paso por América.

Sólo cede al Chaka Rodríguez a la Selección Mexicana, mientras que en Sudamérica ya no voltean a Zuazua. Vaya, hasta Puebla y Mazatlán están mejor cotizados.

Así, la preocupación de Miguel Herrera no está en las eliminatorias, sino en buscar la forma de eliminar la cantidad de lesiones en su equipo. Tigres será un beneficiado por la Fecha FIFA.

6.- CRUZ AZUL
La Máquina también sufre por convocatorias de selecciones nacionales de México. Aporta cinco al Tri del Tata Martino, además de Yoshimar Yotún a Perú, Jonathan Rodríguez a Uruguay, Romulo Otero a Venezuela y Bryan Angulo a Ecuador. Nueve en total.

Como en los casos anteriores, si se queda rezagado en la Reclasificación, el Campeón vigente estaría recibiendo a los jugadores entre 48 y 72 horas antes del partido correspondiente. Por eso, precisa tener un cierre ciclónico, para meterse a Liguilla de manera directa.

¿Sus juegos pendientes? Chivas, América, León (correspondiente a Fecha 11) y Pumas. Es decir, juegos de alta rivalidad, a pesar de los momentos aciagos de Pumas y de un Guadalajara que aún puja por quedarse en Repechaje.

7.- LEÓN
Sus penurias no son menores. Tres jugadores cedidos a la Selección Mexicana, mientras que Angel Mena reporta con Ecuador, William Tesillo con Colombia, y Jean Meneses con Chile.

Su cierre de torneo, a excepción del juego pendiente ante Cruz Azul, y la incógnita que es Toluca, será ante Pumas (este miércoles), Puebla y Necaxa. Su posibilidad de Liguilla directa está en manos del cierre de Monterrey y los Diablos, habida cuenta de que suma, de momento, los mismos 19 puntos que Cruz Azul y Tigres, pero con un juego menos que La Máquina, y dos menos que los felinos.

Y en zona de desesperados, pero prácticamente sólo aspirando a Repechaje, pero con algunos posibles sinsabores por Fecha FIFA, aparecen el Guadalajara, con tres posibles convocatorias al Tri, y Santos con otros tres citables para la Conmebol: Félix Torres (Ecuador), Diego Valdés (Chile) y Fernando Gorriarán (Uruguay).

Como puede verse, la Fecha FIFA amedrenta a los equipos, excepto, tal vez al América, que está cerca de la Liguilla de forma directa. Las convocatorias a juegos de Concacaf y Conmebol, no sólo implican el agotamiento, sino, por la intensidad propia, el peligro de alguna lesión.

Los equipos que logren Liguilla directa tendrán una semana de recuperación de sus jugadores. Los que entren al Repechaje se bajarán del avión, para meterse, posiblemente, a la cancha.

Por eso, las dos siguientes semanas, además de los juegos pendientes de este miércoles, serán determinantes, y por ello de intensidad competitiva, porque las posibilidades, los sueños y las obligaciones de varios equipos por ser campeones, podrían vivir su funeral a causa de la Fecha FIFA.

Como ironía, recordemos que la próxima semana, Gianni Infantino estará en Monterrey, en la Final de la Concachampions, tratando de convencer a directivos de la Concacaf y del futbol mexicano de que apoyen la celebración de los Mundiales de futbol cada dos años, con sus inevitables Fechas FIFA.

Claro, ya se sabe: no se trata del bienestar del jugador, de la salud competitiva de los equipos, de las peripecias de los entrenadores, sino exclusivamente de la dimensión del depósito bancario que llegaría a todos los involucrados.

Si es Usted igual de mal pensado que yo, estará de acuerdo en que Concacaf y Liga Mx, de apéndice nomás, votarán por los centavos y por los Mundiales cada dos años.

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LOS ÁNGELES -- Julio Grondona quería tener a México en la Confederación Sudamericana de Futbol. Consiguió incluso, de manera unánime, los votos de la Conmebol, y consiguió el permiso de FIFA.

“Es un animador de nuestros torneos”, explicaba el entonces presidente de la Asociación de Futbol Argentino, haciendo referencia a la Copa América y a la Copa Libertadores.

Getty ImagesNicolás Leoz y Julio Grondona

“Lo negociamos directamente con Nicolás Leoz (presidente de Conmebol) y con Julio Grondona”, recuerda Alberto de la Torre, entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol y protagonista de estos acercamientos.

La información tenía mucho tiempo en poder de ESPN Digital. Corroborada por diferentes expresidentes de la FMF, de la Primera División, ex directivos de Concacaf, y de diferentes equipos, y pedían el anonimato. Todos los caminos y recomendaciones para corroborar la pista, conducían precisamente al protagonista principal por México, Alberto de la Torre Bouvet.

En verdad querían a México como participante, desde las eliminatorias para el Mundial, hasta mantenernos en Copa América y Copa Libertadores”, asegura el ex presidente del Atlas vía telefónica. “Es cierto todo (lo que te informaron), él convenció a FIFA, y todos en Conmebol querían que jugáramos con ellos".

“Era un paso importante para mejorar el nivel del futbol mexicano”, indica. “Para nosotros ese era el único objetivo”.

De hecho, Alberto de la Torre, destapa un filón que las anteriores fuentes consultadas, no revelaron. “Y no sólo querían a México en Conmebol, sino a todo Norteamérica”, establece. Otras fuentes consultadas desde hace semanas, indican que a Conmebol le movía el aspecto económico más que el futbolístico. El subcampeonato en Colombia 2001 y los elogios que rodeaban al Tri de Ricardo La Volpe, en el ciclo mundialista rumbo a Alemania 2006, convertían a México en un inquilino apetecible.

"Él (Julio Grondona) sentía que era como agrandar su imperio", revela un ex presidente de la Primera División. “Sabían que afiliados a ellos presentaríamos clubes y selecciones muy competitivas, de alto rating entre patrocinadores y televisoras. Era un ganar-ganar para todos".

Alberto de la Torre recuerda que lo consultó "sólo con algunos dueños de equipos, los más fuertes en el futbol mexicano, y casi todos estaban de acuerdo. No te voy a decir quiénes sí, ni quiénes no".

“Los pocos que no estaban de acuerdo, era por su preocupación con la empresa que era dueña de esos clubes, una televisora. Sabían que esos derechos de transmisión serían muy complicados”, indica una de las fuentes consultadas.

“En general entendíamos que las eliminatorias para el Mundial iban a ser muy complicadas, que corríamos riesgo de no clasificar, pero el nivel del futbol mexicano se iba a elevar”, reitera por su parte Alberto de la Torre.

“Varios dueños de equipos entendían los peligros. Podías quedar fuera de un Mundial, pero en la siguiente eliminatoria seríamos mejores. Era necesario tomar riesgos de ese tipo para evolucionar como futbol”, aceptó otro de los entrevistados.

SUSANA GONZALEZ/AFP via Getty Images

“El poder de Grondona era mucho. Él conseguía lo que quería, y en FIFA le dieron el visto bueno. A pocas cosas le decía Joseph Blatter que no”, coincidieron propietarios de equipos de la Liga MX. Sin embargo, el principal damnificado, saltó a escena. “Concacaf se opuso de inmediato”, recuerda Alberto de la Torre, y no permitió que el futbol mexicano diera ese salto de calidad en su entorno de competencia.

“Recordemos que Concacaf ha tenido y tiene mucho peso dentro de FIFA”, agrega.

La región de Norte, Centroamérica y el Caribe dispone de 41 votos en las asambleas de FIFA de un total de 211 (más que los 193 Estados miembros de la ONU), suficientes para provocar un cisma y un sismo.

Incluso, el presidente de la FMF y del Atlas, dio un nombre, curiosamente el de un mexicano, quien se opuso ferozmente a esta mudanza de confederación.

“Guillermo Cañedo White, recuerda que él quería fortalecerse en Concacaf y ser presidente”, revela De la Torre, respecto al hijo del célebre Guillermo Cañedo de la Bárcena, el autor intelectual de las dos sedes mundialistas que ha tenido México, la de 1970 y 1986, y en su tiempo un personaje de mucho impacto en FIFA.

Así, la contraofensiva de la Concacaf, a través de Jack Warner y Chuck Blazer fue feroz.

AFP via Getty Images

“Los alegres compadres –como les llamaban en Concacaf--. entendieron que, sin México, y tal vez sin Estados Unidos, se morirían de hambre, y no iban a permitirlo”, establece otro de los dirigentes del futbol mexicano que pidió el anonimato.

Warner y Blazer entraron en histeria. Había motivos sólidos para ello. Estaba de por medio la supervivencia de la zona y por supuesto sus cabezas.

1.- Si México y Estados Unidos se sumaban a la Conmebol, esta confederación recibiría dos boletos para la Copa del Mundo, los cuales serían retirados a Concacaf.

2.- El principal animador de los torneos de Concacaf ha sido el futbol mexicano, a nivel de clubes y selecciones. Es su principal ubre financiera.

3.- Los contratos de Concacaf con televisoras y patrocinadores tienen una carátula y un anzuelo: México.

4.- Y hasta un detalle menor. La Concacaf tendría que haber mudado sus entonces lujosísimas oficinas en Nueva York a Centroamérica o al Caribe. Hoy, el organismo despacha desde Miami. Warner y Blazer advirtieron a Blatter, sin mucha diplomacia, que la Concacaf perdería tal vez uno o dos, o hasta tres votos en la próxima asamblea, los deEstados Unidos, Canadá y México, pero que aún había 38 votos más en el Caribe y Centro América, que aún podían dejar de respaldarlo.

Conmebol insistió. México hizo su parte. Y no estaban solos. “Incluso gente de Centroamérica estábamos de acuerdo, porque nos quitaban de en medio a Estados Unidos y México, pero exigíamos que sólo cederíamos un boleto de nuestra zona a la Conmebol, pero nos amenazaron, y terminamos oponiéndonos”, reveló al inicio de este sondeo un ex directivo de Concacaf.

Sin embargo, al final, FIFA terminó recomendando, por salud institucional y por “la unidad del futbol”, que no se alterara el orden. México seguiría confinado en la Concacaf.

“Sí, fue lamentable perder esa oportunidad, porque ellos nos invitaron y las ¡negociaciones (con Leoz y Grondona) marchaban muy bien”, recuerda Alberto de la Torre.

A partir de entonces las relaciones entre Concacaf y Conmebol empeoraron, comenzaron restricciones, vetos, hasta que finalmente terminó el futbol mexicano marginado totalmente de sus participaciones en la Copa América, en la que fue dos veces subcampeón (Ecuador 1993 y Colombia 2001), y en la Copa Libertadores, donde consiguió tres veces llegar a la Final (Cruz Azul, Chivas y Tigres).

¿Puede reabrirse esta posibilidad de que México emigre a la Conmebol?

Parece imposible. En Sudamérica no iniciarán las gestiones. Y en la FMF, en este momento, no piensan desafiar a Concacaf.

Además, la respuesta de varios de los diferentes entrevistados es coincidente: “Hay muchos candados”, explican. “En este momento, la Concacaf tiene más poder que nunca. Después del #FIFAGate (2015), todo mundo le tiene más respeto y hasta temor”, consideran otros.


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LOS ANGELES -- El futbol mexicano vive de arrebatos, de estertores, de pataletas y de absurdos. Eso, sin duda, lo salpimienta como si fuera un casting para el Chapulín Colorado.

Eso endulza de incertidumbre un torneo de a mentiritas como es la fase regular para derramarse en algo poco más serio como el Repechaje, donde, cierto, entran cuatro protagonistas, algunos escoltas y otros intrusos.

Veamos:

1.- América sofocó una ilusión, de esas, engañabobos, que se gestaba en el Atlético de San Luis. Lo hace con su anodina etiqueta, pero el gol de la victoria, cargado de fibra y talento, con esos dones que regala sólo a cuentagotas Roger Martínez al minuto 97. Hasta el Indiecito, Santiago Solari, perdió la compostura. De esa dimensión el alivio americanista que cosecha más bostezos que aplausos.

2.- En tanto, Chivas exorcizó la rebatinga de un Toluca que no ha sobrevivido al asalto sobre las Águilas (3-1 en el Nemesio Díez). Guadalajara se impone 2-0 a unos Diablos que sólo han rescatado ¡un punto de 15 posibles! y aún así, pese a esa miserable cosecha, se mantienen como terceros de la tabla general.

3.- El Campeón Cruz Azul trastabilla. Hace dos disparos a gol en 90 minutos y empata 1-1 con Tigres, que está lejos de la promesa de Miguel Herrera, aquella de que “Gignac va a hacer un chingo de goles”. El francés marca apenas el primero en el torneo y el 150 en su carrera con un golazo de bandera que ensucia la jugarreta tan repetitiva de Jesús Corona ante esos potentes disparos al encoger el brazo –como otras veces-- antes que buscar el balón.

4.- Y sí, el segundo de la tabla sigue siendo el Atlas. Toda una bala perdida que, tras su paupérrima exhibición ante Chivas y un fortuito triunfo, fue a Mazatlán a perder 1-0, mientras Diego Cocca se sigue convirtiendo en el erudito más prolífico de los más bobalicones pretextos y las soroches excusas. Un Atlas, pues, a veces desbocado y a veces “desCoccado”.

América le pone candado a su presencia en la siguiente ronda, aunque es de esperarse que el próximo fin de semana, tras recibir a Santos el martes y a Tigres el sábado, pueda asegurar su sillín de manera directa en la Liguilla.

Recordemos que a las Águilas les aguardan cuatro partidos en 13 días, periodo que incluye la Final de la Concachampions ante Rayados (28 de octubre en Monterrey), con los mismos que cerrará la fase regular en el Estadio Azteca el domingo 6 de noviembre. El 31 de octubre, para alebrestar el calendario, encara a Cruz Azul.

Las Águilas trabajaron a su estilo el juego ante San Luis. Un partido trabado, soso, hosco, aburrido, intenso, sin respiro, en el que, además, colaboró la forma timorata de jugar de los tuneros madridistas, pero llegó Roger Martínez y anotó ese, el gol del torneo, con el que sabe que podrá chantajear renovación de contrato.

Por otro lado, la ciudad de San Luis Potosí fue, de nuevo, el aparador dantesco de bestiales enfrentamientos entre ambas porras. Las imágenes de saña y violencia con que se tundieron las hordas de Neandertales y Cromañones envilecieron el fin de semana, en especial un tipo con un niño en brazos participando en la gresca.

Debe recordarse que la plaza de San Luis ha sido una tierra abandonada. Ha habido grescas con saldos de heridos ante Querétaro, Tigres y ahora el América. Ya se sabe que Alberto Marrero no hizo nunca nada y ahora Severiano García tampoco trató de pensar, ni siquiera un poquito, en un plan de contingencia.

¿Y Yon de Luisa y Mikel Arriola? Ellos sólo quieren erradicar #ElGrito, aunque las calles en la periferia de algunos estadios del futbol mexicano sigan siendo coliseos sin ley, a matar o morir.

Para las autoridades de San Luis y del equipo potosino es claro: se permite la inmunidad y la impunidad a todos los rijosos, del calibre que sean.

Mientras tanto, Chivas se encontró con un equipo que le faltó al respeto. Ojo, le irrespetó porque ni siquiera lo motivó, lo incentivó, lo conminó a que jugara al futbol.

Los Diablos de Hernán Cristante fueron unos tristes diantres y su gran Luzbel, Rubens Sambueza, queda claro que las vísperas de los juegos son noches de mucha felicidad en Guadalajara.

Así el triste cadáver del Toluca y con ese saldo de un punto de 15 posibles, aún es tercero del torneo, pero ofreció una de sus más lamentables actuaciones. El 1-0 lo marca César Huerta al minuto cinco de compensación en el primer tiempo, al aprovechar un balón a la deriva tras una clara falta sobre la zaga toluqueña, pero ante lo que todos vieron, el VAR cerró los ojos.

El 2-0 es de Ronaldo Cisneros al ’95, cuando la pereza de los toluqueños concede todas las facilidades.

El verso y el verbo del interino, Marcelo Michel Leaño, sigue pensando que tiene “un equipazo” y “unos jugadorazos”, mientras que Cristante sí hace un diagnóstico serio al aceptar que sus exorcizados juegan a ser “un equipito”.

Por lo pronto, jornada a media semana, que seguramente puede poner un poco de orden, especialmente con las ficticias presencias de Atlas y Toluca entre los tres primeros del torneo.

De cualquier forma, usted disfrute esa dosis de arrebatos, de estertores, de pataletas y de absurdos del torneo mexicano. Recuerde, todo eso, sin duda, lo salpimienta como si fuera un casting para el Chapulín Colorado.

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LOS ANGELES -- Cierto es: ya ninguna camiseta gana sola los partidos, pero, cierto es también que, súbitamente, hay camisetas que pierden solas los partidos.

México asalta el alguna vez temible Cuscatlán: 2-0, goles de Héctor Moreno y Raúl Jiménez en un penalti de obsequio arbitral.

Eran, fueron, tres mastines, cebados, implacables, feroces. Hoy son tres perritos falderos. El Salvador, Honduras y Costa Rica, estos dos últimos con un Aztecazo en su alforja, habían sido, históricamente, guerreros insaciables, temidos cuando enfrentaban a México.

Habitualmente, los tres, salvadoreños, catrachos y ticos, mostraban un fragor, un rigor, un vigor despiadado enfrentando a México. Era impensable que claudicaran, que cedieran. Eran selecciones de alta belicosidad, que no cedían ni concedían, sin embargo, esta versión 2021 de los tres representativos centroamericanos ha sido la más paupérrima de la historia. Gravísimo: son selecciones castradas y las tres, además, con un riesgo muy elevado de quedar fuera de la Copa del Mundo de Catar 2022.

Sólo Panamá, de momento cuarto en el Octagonal, muestra un rostro digno por Centroamérica.

Esa es la dramática realidad actual de Centroamérica. Especialmente, porque esta versión de la selección mexicana no asusta a nadie, pero igual, los tres mencionados, El Salvador, Honduras y Costa Rica, le han jugado asustados.

México se impone 2-0 y de nuevo, una exhibición con altibajos, sin solvencia de futbol que pudiera encender una infeliz llamita de esperanza para la Copa del Mundo de Catar 2022. Se confirma, pues, que el líder del Octagonal, con 14 puntos, está cerca de la visa a Catar, pero, cada vez menos cerca del tan anhelado Quinto Partido.

Otra vez expulsan a un adversario, otra vez al minuto 49, como ante Honduras, y otra vez, la selección mexicana parece ser la más afectada. Se vuelve más errática, apática, distraída.

De hecho, el gol de Héctor Moreno, en un remate de cabeza comodísimo ante la pasividad cómplice de los salvadoreños, impactó negativamente en el equipo mexicano. Redujo la intensidad, redujo la precisión, redujo el ritmo y se convirtió en un peloteo insulso.

Cierto, México tiene una noche accidentada en todos sentidos. Desde jugadores lastimados, errores arbitrales y tonterías propias.

1.- Pierde a dos jugadores por lesión (Alexis Vega y Orbelín Pineda) y obliga a los relevos con Tecatito Corona y Héctor Herrera. En realidad, el equipo siguió en esa parsimonia desconsolada y desconsoladora que mostró la mayor parte del juego y, en general, a lo largo de la eliminatoria.

2.- Así como fue inexistente el penalti al minuto 92 que convierte Raúl Jiménez, antes ya el silbante se había tragado dos faltas en el área salvadoreña y, claro, con la tacañería farisea de la multimillonaria Concacaf, no hay VAR.

3.- Néstor Araujo, en un gesto noble, solidario, gentil con su selección, se gana una tarjeta roja y tal vez libere al Tri de su presencia. La verdad es que Araujo rindió un monumento a la estulticia en esa acción. Parecía intencional, en busca de eludir la convocatoria para la Fecha FIFA de noviembre.

En verdad, poco que abonarle a la selección mexicana. Juega con intención e intensidad sólo unos minutos, pero sus propios goles y hasta las expulsiones del adversario, lo descarrilan.

Por eso, insistimos en el tema de hace semanas: a México no le quita el sueño clasificar a Catar, pero sí se convertirá en una pesadilla el capricho ingobernable del Quinto Partido.

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LOS ÁNGELES -- “¡Oh, vosotros, los que entráis, abandonad toda esperanza!”. Esa, la bienvenida fatalista de Dante Alighieri al Infierno en La Divina Comedia, debería estar cincelada en la antesala de la tribuna Sol General en el Estadio Cuscatlán de El Salvador.

La llaman Vietnam. Nadie sabe el porqué, pero todos saben los porqués. Es una zona de guerra. Es tierra de nadie, pero es tierra de todo cuscatleco que sangra de fervor por la camiseta de El Salvador. Tierra inhóspita. Tierra hospitalaria para los inhóspitos.

Estadio Cuscatlán
Mexsport

Podrán ellos no ir a la trinchera del Cuscatlán por meses, por años, pero cuando juega La Selecta están ahí, en el Vietnam fragoroso de su propio Vietnam. En especial si el invasor es México. Hay guerras sin declararse, porque hay guerras que no necesitan declararse. Ante el Tri, los tambores y los corazones redoblan roncamente.

Ellos, los vietnamitas celestes, de lealtad extrema, no tienen equipo, no siguen su liga, pero cuando hay que agregarse a la lucha colectiva de ilusionarse con una Copa del Mundo, están ahí, como citados, como convocados, como provocados, por su propio Himno Nacional: “No desmaya en su innata bravura, en cada hombre hay un héroe inmortal”.

“Es la zona de los jodidos”, dicen los perfumados de la zona de plateas. Es territorio convulsivo y convulso. “Somos la verdadera alma de este estadio y de esta selección”, dicen ellos en la despejada e inmensa fortaleza, donde sólo los valientes se atreven. Y permanecen. Y se apostan. Y vigilan. Y despiadadamente castigan.

Ahí, en despoblado, a la intemperie, donde el sol castiga con severidad, o donde la lluvia azota, como deberá azotar la noche de este miércoles, cuando se pronostica tormenta eléctrica, al enfrentarse México y El Salvador dentro del Octagonal Final de Concacaf.

Pero éste es un Infierno cuyas llamas no sofocan ni mitigan los tsunamis de octubre. Porque las hogueras bufan desde dentro de los cuerpos de pasión mefistofélica. Tres horas antes del juego, las posiciones han sido tomadas. Y los mejores sitios son los más altos, lo más lejano posible de la cancha.

Desde las alturas, desde los atalayas más elevados, vuelan mejor los vasos y las bolsas repletos con la fresca tibieza de los orines. El ataque aéreo es tan implacable, como constante y despiadado. El vaso que rápidamente se vacía de cerveza, con igual rapidez se atiborra del fermentado líquido entre amarillo y ocre, según la salud laboriosa de los riñones. El que más mea, ahí, públicamente, sin decoro, sin recato, es visto con respeto. Rambo y Chuck Norris habrían perdido esta guerra ahogados en ácido úrico.

La entrada a este quisquilloso Vietnam es libre. Cada quien elige dónde quiere someter su ancha o escuálida humanidad a la generosa y gratuita orinoterapia. Sólo hay un requisito, un salvoconducto, porque es la diferencia entre ser rehén o cómplice: vestir de azul o de blanco. Vestir de La Selecta es vestir de gala. Cualquier otro color, es un masoquista acto de provocación, un desafío, una insurrección, un suicidio.

Ahí, han dejado desnudos a imprudentes invasores, a cándidos usurpadores, y no de la manera más afectuosa, sino a jalones y empujones, a golpes, o con un diluvio tibio y dorado. La piel expuesta es el segundo uniforme permitido. Mejor vivir encuerado que morir con una estrambótica y lujosa chaqueta bermellón.

El 2 de septiembre de 2016, este reportero se atrevió a esa zona prohibida. México visitaba a El Salvador. San Salvador estaba colapsada. Todos los caminos llevaban al Cuscatlán. Una marabunta azul, cadenciosa, estruendosa, festiva, ilusionada. “El Salvador, El Salvador, El Salvador”, regurgitaban las constipadas arterias

Kervin González, militante de la seguridad del estadio, advierte: “No se meta ahí, no le conviene. Pero mándenos a (David) Faitelson. A ése si lo atendemos bien, ja, ja, ja, ja”.

Pero, había que husmear, había que vivirlo para entenderlo, para sentirlo, para explicarlo, para contarlo. Apenas en el quicio inexistente del acceso final a la tribuna, asomaba la cabeza. La indumentaria no ayudaba: una camiseta verde claro con el logo de ESPN, y con la acreditación colgada al pescuezo, llamaban la atención. La computadora estaba al otro extremo del estadio, en manos de Tom Marshall, reportero de ESPNFC.

“Vámonos, no quiero que me castiguen si le pasa algo”, insiste Kervin, tomando del brazo al reportero. Pero, el espectáculo ya era alucinante, hipnotizante. La cerveza y los cánticos regateaban enjundiosos espacios en cada una de las miles de gargantas. “El Salvador, El Salvador, El Salvador”, en un oleaje frenético de voces y coreografía, mientras las banderas aletean violentas y apergolladas a manos incansables.

El Vietnam del Cuscatlán. Para algunos es El Pequeño Vietnam. Apenas en la calistenia furiosa, en espera de que salten La Selecta y el repudiado adversario. “No sabemos bien el porqué”, explica Kervin, “pero a México lo odiamos en la cancha, desde siempre, desde niños. No sabemos porqué ni preguntamos tampoco”.

La simbiosis misteriosa y pagana del futbol. Las televisoras y la radio se llenaban de programas y de artistas mexicanos. El salvadoreño ama cada manifestación de México pero desprecia a su selección nacional. El Tri es como un ente ajeno, distinto, maligno. Veneran al Hugo Sánchez del Real Madrid, pero detestan al Hugo Sánchez del Tri, a ése, al que según ellos les dijo que jugaban con pelota cuadrada.

Un desliz de prudencia me hace obedecer a Kervin y recular en mis intenciones de ver el primer tiempo en el epicentro vietnamita. “Le digo que hay salvadoreños que nunca han entrado y nunca van a entrar al Vietnam. Este lugar no es para cualquiera”, insiste.

En el Cuscatlán no encontramos espacio en el palco de prensa. El supuesto cubículo estaba atiborrado. Había mujeres con labial en mano, y niños con videojuegos. Junto con Tom Marshall encontramos un sitio perfecto: a unos metros de los baños, y frente a un puesto de crepitante carne asada. De ahí podíamos observar todo y comer de todo. El dueño del puesto ambulante nos prestó una mesa pequeñita, y saqueamos dos sillas de las oficinas del estadio. Frente a nosotros, al otro lado de la tribuna, el Vietnam cuscatleco, vibrante, intenso, infatigable, beligerante.

Un primer tiempo con un México desconocido, errático, inquieto, nervioso, desconfiado. “Se te mete debajo de la piel. Crees que has visto y vivido todo como jugador, pero lo que sentías en esa tribuna era muy intenso”, relataría después Miguel Layún.

Alexander Larín haría el 1-0 al ’23. A lo Panenka, mientras Guillermo Ochoa se zambulle a la izquierda en el engatusamiento. México reaccionaria en el segundo tiempo: Héctor Moreno, Ángel Sepélveda y Raúl Jiménez revocarían la desgracia.

¿Pesará sobre la Selección Mexicana el Vietnam, ese reducto implacable de la tribuna de Sol General este miércoles por la noche? ¿Habrá pánico escénico? Difícilmente. Saltarán jugadores con mundiales a cuestas, o con torneos internacionales, como copa Oro o Juegos Olímpicos. Y saltarán expertos en clásicos, en México y algunos en Europa. Pero ese Vietnam se “mete debajo de la piel”.

¿Será el Pequeño Vietnam el Gran Waterloo de Gerardo Martino y de la Selección Mexicana?

El Tri marcha invicto y líder general del Octagonal Final de la Concacaf. Y evidentemente salta como el favorito, especialmente cuando El Salvador llega golpeado. Le ganaba 1-0 a Costa Rica como visitante con gol de Jairo Henríquez, y le hurtaron la ilusión: 2-1, con goles cargados de canas de Bryan Ruiz y Celso Borges.

Pero, insisto, en la antepuerta del Cuscatlán, antes de las escalinatas que conducen a Sol General, al Vietnam, debería inscribirse la envenenada bienvenida de Dante Alighieri en la antesala del Infierno, en su Divina Comedia: “¡Oh, vosotros, los que entráis, abandonad toda esperanza!”.

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LOS ÁNGELES -- Cierto: Honduras pasa por las hondas y las duras. Cierto: mientras Canadá evoluciona, los catrachos no sólo se estancan, retroceden. Pero, también es cierto, que al menos, por unos minutos, México se acercó a su mejor versión posible, que le reinstala como líder absoluto del Octagonal Final de la Concacaf.

3-0 sobre Honduras. Y esa selección no quedó de boba, gracias al Buba López. Otra vez, el portero catracho ratificó que su impresionante agilidad y reflejos, más ese amasiato con la diosa fortuna y los postes, evitaron un cataclismo mayor.

Cuidado: México comenzó como un Tri-fón, pasó a ser una brisita refrescante, aunque sí terminó de nuevo con una pertinaz insistencia sobre el arco hondureño.

Y cuidado: otra vez, México pasó de esos electrizantes comienzos, a un repiqueteo insulso, que se convirtió en lamentable, cuando la expulsión de Maynor Figueroa al 49' le concedió las bondades al Tri para destrozar al adversario.

Es decir: México envió un válido mensaje de que podrá visar su pasaporte con destino a Catar 2022, pero, hasta hoy, aún no manifiesta jerarquía, ni peso futbolístico para ser, de nuevo, algo más que un animador de fase de grupos y posiblemente de segunda ronda.

Sí, con sus mejores manifestaciones de futbol en la zona, la selección mexicana ratifica que el Edén del Quinto Partido está lejos de su cartografía mundialista, y que debe ser visto como una Utopía, para la cual Martino no tiene una brújula, ni en sus manos, ni en los pies, cabeza y corazones de sus jugadores.

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Imago7Funes Mori marcó su primer gol en la eliminatoria mundialista.

Catar, está cerca, pues, pero el Quinto Partido sigue siendo parte de una galaxia a la que con este navegante argentino de minutos inciertos en un mismo partido, y con los grumetes a su cargo, algunos de medio pelo, difícilmente encontrará la ruta.

Pero, en la eliminatoria, aún quedan aduanas complicadas que sortear. Le espera de manera inmediata El Salvador, con ese voluble rendimiento, pero con ese decreto profanamente presidencial, de "al Mundial no vamos, peor a México le ganamos".

Este domingo, más allá de algunas erupciones aisladas de #ElGrito, que ni siquiera obligaron a recurrir al primer paso del protocolo, la afición vivió una fiesta, que pudo alcanzar el escándalo a no ser por la circense, vibrante y poderosa actuación del Buba López.

El adversario: una decepción. Los parámetros de Honduras estuvieron por debajo de sus antecesores. Por debajo en testosterona, en calidad de futbol, en intensidad, en compromiso, y en una idea clara táctica de intentar una proeza.

Fabián Coito, de entrada, les puso freno de mano. Parecía que sus jugadores ansiaban una hazaña y él les castró sus ilusiones. Seguramente el técnico uruguayo no entiende, y tal vez nunca lo haga, la gallardía ansiosa de los catrachos en este tipo de juegos.

México, en esas tres versiones ofrecidas este domingo, ni puso fin a las dudas ni a las deudas. Un primer tiempo agobiante, que fructifica en un golazo a pura personalidad de Sebastián Córdova. Luego un largo lapso de conformismo y pasividad, y la explosión con los goles al '76 (Funes Mori)y al '86 (Chucky Lozano), cuando Honduras tenía los pulmones, los músculos y el orgullo hechos pedazos.

De manera preocupante, el Tri bajó su nivel después de esa ventaja, e incluso cuando tuvo un hombre más, se perdió en el conformismo, el desorden, la parsimonia, y perdonaba al adversario, en un caos en el que participaba el mismo árbitro Ismail Elfath, que perdonó al menos dos rojas más, una por equipo, atreviéndose sólo a sentenciarle una roja a Maynor Figueroa.

Sigue siendo imperdonable la tacañería sospechosa de la Concacaf. Factura 100 millones de dólares en un año de Copa Oro, y 50 millones de dólares en un año sin ese torneo. ¿No está en condiciones financieras, logísticas, mentales, intelectuales, para organizar una estrategia que permita que se implemente el VAR en las eliminatorias?

Ante la abulia evidente, ante el desorden lamentable de su equipo, es hasta el minuto 66 que se decide Gerardo Martino a hacer cambios. Y le funcionan, pero, cuidado, no por una manifestación exultante de su capacidad, ni por su brillantez táctica, y tampoco por un reflejo de su inteligencia estratégica.

Los cambios eran los lógicos, obligados, tan necesarios que eran evidentes para cualquiera, hasta para el sesudo cuerpo técnico del Tri, y esas modificaciones impactaron el juego por la urgencia de mostrarse de quienes entraron, y porque estaba fundido, rendido, abnegada y resignado, el cuadro hondureño, a quien El Buba le evitó hacer la gran boba de la jornada.

Emociónense la selección, sus aficionados y sus corifeos: México enfila rumbo a Catar, pero sin capitán ni marineros para llegar a las costas del Quinto Partido.

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LOS ÁNGELES -- Fracaso en Copa Oro y en la Copa Confederaciones, además de seis partidos de suspensión por conducta agresiva. Y el Grupo Pachuca decidió llevar a “juicio” al entonces técnico de la Selección Mexicana, Juan Carlos Osorio.

Andrés Fassi, el primero de agosto de 2017, anunció en Raza Deportiva de ESPNDeportes, que presentaría diez puntos ante la FMF para controlar y ubicar a Juan Carlos Osorio. “Cambios que deben hacerse para mejorar”, explicó el entonces vicepresidente del Grupo Pachuca.

Al final, no pasó nada. Días después se reunió con el pleno de la Comisión de Desarrollo de la FMF, y ahí le dijeron a Fassi que dejara por ahí el folletín con sus sugerencias, y que luego, por ahí en la tardecita del Día del Juicio Final, le responderían. El decálogo del Moisés pachuqueño y su impetuosa iniciativa terminaron en el basurero.

Pero, al menos, entonces, hubo algunas voces que se alzaron inconformes. Jorge Vergara y unos pocos más respaldaron al Grupo Pachuca entonces encabezado por Jesús Martínez.

Era válido exigirle a Osorio que rindiera cuentas y que escuchara sugerencias. Pero, los ningunearon a los rebeldes. El técnico colombiano siguió con sus rotaciones, sus improvisaciones, sus inventos, y su forma peculiar de vida fuera de la cancha.

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Imago7Martino aceptó que el Tri no mantiene el nivel durante los 90 minutos.

Pero, insisto, al menos entonces, hubo quien quiso alzar la voz. Hoy, ante los desatinos de la Selección Mexicana ningún directivo se pronuncia públicamente. Hay temor y hay complicidad. Ambos aspectos son perjudiciales, son mezquinos, e implican corrupción.

Con la muerte de Jorge Vergara y con el #PachucaGate desatado contra Jesús Martínez, las únicas voces inconformes, críticas, imprecatorias e interpeladoras han quedado silenciadas.

Cuando no hay quién pueda, sepa y quiera, exigir explicaciones del momento de la Selección Mexicana, se tolera el ejercicio infausto de la dictadura, del absolutismo, para comandar libremente sobre la pusilanimidad y el miedo.

También es cierto que no hay un directivo capaz de confrontar a Gerardo Martino. A excepción de Jesús Martínez y Andrés Fassi, en su momento, no hay un tipo que entienda de futbol y se pueda plantar tú a tú ante el Tata.

Ojo: Gerardo Martino es empleado de los dueños de los 18 equipos de la Liga Mx, está a su servicio. Ellos son quienes cubren su elevado sueldo, ese que se mantuvo intacto durante el casi año sabático que se tomó entre 2019 y 2020.

Ellos, los propietarios de los 18 clubes, son empleadores de la mayor parte de la materia prima de la Selección Mexicana: los jugadores.

Es decir, si quisieran, porque sin duda deben hacerlo, cuestionarían a Gerardo Martino sobre los dos recientes fracasos en la Liga de las Naciones y la Copa Oro, y sobre el pobre rendimiento futbolístico en el arranque del Octagonal Final de la Concacaf.

Pero, ¿quién sabría cuestionar inteligentemente y con conocimiento de causa, con nociones de futbol, a Gerardo Martino? Además, debería tener la personalidad, la jerarquía, la presencia, la autoridad moral, para hacerlo.

Hoy, lamentablemente ni siquiera hay un directivo que con una dosis mínima de testosterona se atreva a emplazar a Gerardo Martino y a Yon de Luisa. Incluso, el mismo presidente de la FMF podrá citar a su subordinado argentino y pedirle cuentas y explicaciones, pero definitivamente no está capacitando para repelarle e interpelarle cada respuesta. ¿Torrado? ¡Por favor!

México sufrió en la primera Fecha FIFA, y sufrió ante Canadá este jueves. Más allá del efímero 1-0, que fue una joya de concepción futbolística, los otros noventa y tantos minutos, incluyendo el tiempo de compensación, el Tri fue una calamidad, de la que sólo se salvan, más por esfuerzo que por claridad colectiva, Raúl Jiménez y el Chucky Lozano.

Recordemos que Gerardo Martino es el primer entrenador en la historia del futbol mexicano, que goza de tres giras de preparación por Europa, e incluso en medio de la aterradora pandemia, y de poco sirvió en dos finales, una ante Estados Unidos “A” y otra ante Estados Unidos “C”.

Tal vez el problema es que Martino, De Luisa y Torrado, habían dicho que cada juego del Tri en el Octagonal de la Concacaf sería como una final, y recordemos que El Tata es un experto en perder finales, como lo corroboró con Barcelona, Argentina, Paraguay, y ahora dos veces con México.

No obstante, recordemos que tras los dos zangoloteos que le propinó Estados Unidos, varios directivos mexicanos se acercaron a Yon de Luisa a decirle que no querían otra eliminatoria sufrida o con repechaje como pasó rumbo a Sudáfrica 2010 y a Brasil 2014.

Inconformidad hay, pero una voz estentórea, con poder, que se trepe al púlpito mediático y recrimine el trabajo que se hace con la Selección Mexicana, no la hay. Y lo peor, seguramente no la habrá.

Y Martino tiene una larga lista de preguntas que responder ante sus patrones, ante sus empleadores, porque les está dañando aún más el ya dañado producto, pero que es el más importante, por los millones de dólares que genera año con año.

1.- El Tata se queja de que sus jugadores han perdido intensidad en los partidos. ¿Quién se los tolera y por qué no se soluciona?

2.- Chucky Lozano denuncia: “Tras el gol (1-0) nos echamos atrás”. Si no fue decisión de Martino, qué tipo de tara hay en la cabecita del jugador que el técnico no puede solucionar.

3.- ¿Luis Romo, el mejor futbolista mexicano del momento, en la banca? ¿Fuera de la convocatoria Salvador Reyes, convertido en el jugador más versátil por izquierda en México?

4.- Mientras, los eternos claroscuros de Héctor Herrera, y a su vez Andrés Guardado fue ridiculizado ante adversarios atléticamente muy superiores, capaces de rebasarlo constantemente. ¿Edson Álvarez? De nuevo, no sabe dónde, ni cómo ni a qué debe jugar.

5.- Jorge Luis Pinto, dirigiendo a Costa Rica, advirtió a los mexicanos. “Sus jugadores europeos, también juegan en desventaja en el Estadio Azteca”. Guardado lo aceptó tiempo después, el efecto de la altura, también era cruel con ellos, no sólo con los adversarios. ¿El Tata Martino no hace mediciones como sí las hacía hasta Osorio?

6.- Y una gran verdad: no hay para más. Entre lo que desdeña Martino (Luis Montes, Fernando Navarro, Gerardo Arteaga, Santiago Giménez, Reyes, etcétera) en su lista de vetados, y los que se asilaron en la MLS, quedan muy pocas opciones. ¡Ah, pero cómo proliferan cartuchos quemados del extranjero en los clubes mexicanos, con la tolerancia de la FMF!

7.- Ese sueño de ser cabeza de serie en la Copa del Mundo de Catar, se ha convertido en pesadilla. De mantenerse las condiciones actuales de competencia, Estados Unidos irá tomando distancia y acercándose a esa ilusión de ser cabeza de grupo en el sorteo mundialista.

Y, al final, no se trata de condicionar la continuidad de Martino, sino de encontrar soluciones, a costo de lo que sea, legítimamente hablando.

El Tata está capacitado para llevar a México al Mundial de Catar 2022, pero él también debe ser más claro, franco, contundente y despiadadamente honesto y sincero, sobre esta selección nacional, que, además, quedó claro este jueves, ya debe preocuparse aún más, por la materialización incontrolable de #ElGrito.

Pero, queda claro, no hay quién le plante cara a Yon de Luisa y a Gerardo Martino para pedir explicaciones, y hacerlo hoy, antes de que sea demasiado tarde, y terminen asomándose nuevamente, a la escalerilla de emergencia del repechaje.

Por eso, insisto: El ‘juicio político’ del Tata Martino, ¿para cuándo?

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LOS ÁNGELES -- Empuja, arrastra, resopla, presiona, encima. Pero todo es músculo, todo es inercia, todo es fuerza bruta, Hay poco talento (como en el 1-0 de Jorge Sánchez), poca idea, poco seso, poca fórmula estratégica. Por eso, México rescata, entre abucheos, un resultado que aritméticamente enriquece, pero futbolísticamente emplaza a dudas y deudas.

1-1 con Canadá. Un empate, en casa, que apesta a ese inconfundible tufo de fracaso, especialmente porque la Trinca de Ensueño (Tecatito Corona, Raúl Jiménez e Hirving Lozano), sigue siendo un mito, una fantasía calenturienta de algunos despistados.

Un Tricolor de mucha transpiración y de poca inspiración. El pizarrón de Gerardo Martino sigue en blanco. Sólo un momento de su presunta dinámica vertical, en ese 1-0, aprovechando la bobalicona marca de Canadá. De ahí, en fuera, la selección juega a impulsos, como pataleos epilépticos.

México comparte el liderato del Octagonal Final de la Concacaf, con ocho puntos, que había usurpado brevemente Estados Unidos (2-0 a Jamaica), pero eso no sofocó ni los silbidos, ni los abucheos, ni la aparición pulverizada en pequeños grupos de #ElGrito que enerva a FIFA y a Concacaf. Cierto, técnicamente, EE.UU., por goleo, tiene el mando.

¿Canadá? Hizo lo suyo y lo hizo bien. Cierto: le perdonaron un penalti y una tarjeta roja, pero exigió dos veces a que los músculos experimentados de Guillermo Ochoa rescataran al Tri.

Por otro lado, los dos goles del primer tiempo son un diagnóstico impecable de la selección mexicana. La describen de cuerpo entero. Inequívocamente.

México toma ventaja bajo el disfrute de Gerardo Martino. Velocidad, movilidad, claridad y, claro, contundencia. Fue una golondrina sin verano. De no ser por la solvencia en la ejecución, entraría en la clasificación de chiripazo.

El rompimiento desde el fondo de César Montes a la órbita de Jesús Gallardo; la entrega a Chucky Lozano, quien con la figura descompuesta, recompone al arribo ciclónico del tan cuestionado Jorge Sánchez, quien con una pulcritud asombrosa, controla y define de pierna izquierda. 1-0, al ’21.

La respuesta de Canadá ocurre dentro del mismo mapa de intenciones de todo el primer tiempo. Sólo que, esta vez, los mediocampistas se replegaron hasta amontonarse con sus defensas. Alphonso Davies tuvo tiempo para elegir, y encontró la irrupción de Jonathan Osorio en el área, quien no perdona y crucifica a Ochoa.

Sí, una selección mexicana que sólo por unos instantes se sentía cómoda y descarada yendo al frente, pero también con numerosos problemas en el fondo, víctima de una descoordinación en las coberturas y en las anticipaciones, sin que la experiencia de Andrés Guardado y Héctor Herrera ayudaran en la trompicada labor de Edson Álvarez con los jugadores del fondo.

Y claro, el sinsabor que le provoca migrañas a la FMF y a Yon de Luisa. El enclaustrado se fugó de las gargantas y del sentido común de la afición mexicana. #El Grito regurgitó en la tribuna al minuto 56, obligando al árbitro salvadoreño Ismael Cornejo a detener el partido y citar a los jugadores en el centro de la cancha. El silbante invoca el primer paso del protocolo.

Con ese instante, basta para que la FIFA pueda abrir un nuevo expediente. Dependerá de la habilidad de Yon de Luisa ante el comisario del juego.

Con la tribuna nerviosa, con su equipo sin recuperar el orden en el juego, aunque tenga la pelota y el espacio, Gerardo Martino busca esos extraviadísimos mecanismos de velocidad y sorpresa. El Tata comisiona al 71’ a Uriel Antuna por el inconsistente Tecatito Corona, mientras Charly Rodríguez suple a un exhausto Andrés Guardado, incapaz ya de marcar una referencia de apoyo de segunda línea.

Poco ayudan los cambios. La explosividad de Uriel Antuna, ésa ante los púberes del Preolímpico, o los artríticos de los partidos amistosos, en partidos de adultos, desaparece en todos sentidos.

México cerró aún más precipitado, embistiendo por inercia, sólo porque no había más qué hacer con la pelota, que arrastrarla a puro instinto hacia el frente. Confirmado, el equipo juega con más intenciones que sabiduría.

El primer técnico que goza de tres giras por Europa, Gerardo Martino, no logar plasmar una idea identificable para jugar al futbol, si es que la hay con claridad, dentro de la selección mexicana.

Ahora, México recibirá a Honduras, urgida de recuperar escalones en el Octagonal Final, y luego viajar a encerrarse en el Cuscatlán con El Salvador.

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LOS ÁNGELES -- Raúl Jiménez estará en la cancha ante Canadá. Estará, después de esa larga rehabilitación tras la fractura en el cráneo. “Ha sido un milagro (que esté con vida)”, le dijeron los médicos. “Lo primero que pensé fue que se murió”, revela su esposa Daniela Basso.

Pero Raúl Jiménez estará, estará ahí en la cancha del Estadio Azteca ante Canadá.

Hirving Lozano estará también, ahí, en la cancha, ante Canadá. Estará, luego de una penosa rehabilitación, tras el doble choque ante Trinidad & Tobago en Copa Oro. “Un poquito más, menos, izquierda o derecha, me pude quedar paralítico o perder el ojo porque se abrió todo. Pude morir. Tuve mucho miedo”, reveló El Chucky a Daniel Martínez, corresponsal de ESPN en Italia.

Imago7Raúl Jiménez y el Chucky Lozano regresaron con el Tri para la fecha FIFA de octubre.

Y, sin embargo, Hirving Lozano estará, estará ahí en la cancha del Estadio Azteca ante Canadá.

Ellos estarán ahí. Estarán con todos sus temores, sus reminiscencias, sus cicatrices, sus dramas, sus dudas, escoltados por una nueva e inusual angustia entre sus familiares. El temor se ha aposentado en sus hogares.

Estarán ahí, en la cancha del Estadio Azteca. Porque tienen un poderoso sueño mundialista: Catar 2022. Y porque también saben que Tú, aficionado, albergas una poderosa ilusión mundialista hacia Catar 2022.

Ellos no te abandonan. ¿Tú los abandonarás? Raúl Jiménez y Chucky Lozano no te traicionan, estarán ahí, en la cancha, con todos los resabios y las secuelas de sus tremendas lesiones. Pero regresan a la cancha del Estadio Azteca para que Tú regreses a la tribuna y Tú avives el fogón de tus fantasías mundialistas.

¿A qué se debe este preámbulo? Debido a #ElGrito, México ya recibió veto de dos juegos oficiales en el Estadio Azteca. A base de súplicas, argumentos, y el peso de Yon de Luisa ante FIFA, el castigo se redujo a un partido, pero la advertencia quedó muy clara.

Si #ElGrito se presenta nuevamente ante Canadá y Honduras, este jueves y el próximo domingo, la sanción de FIFA tomaría un rumbo drástico: quitar puntos. De tres en tres. México ha sido apercibido. E incluso, podría ser despojado de la sede mundialista de 2026.

Y hay riesgo de que #ElGrito, ese que le genera sudoraciones y escalofríos de madrugada a Yon de Luisa, pueda reaparecer en estos dos juegos. El Estadio Azteca contempla albergar 65 mil 200 aficionados para ambos partidos, y sólo es necesario que uno, diez, cien, mil, empiecen con ese coro, para que en Zurich se incomoden y la guillotina aparezca.

Y no, aún bajo el riesgo de aquello de “explicación no pedida, acusación manifiesta”, este texto no tiene patrocinio ni pretende proteger los aviesos y mezquinos intereses de la Federación Mexicana de Futbol, ni de uno que otro bandolero infiltrado como propietario de equipo.

Los tres o cuatro recurrentes visitantes a este espacio, con menos sobrevivientes que El Juego del Calamar (Squid Game) en Netflix, saben que en este balcón hay una trinchera contra la plaga federativa y sus calamidades.

Por eso, no se trata de ser un cómplice en engordarles las finanzas a la FMF, sino de contemplar ese escenario colectivo, el de los futbolistas y los aficionados, que sin negociarlo ni consensuarlo, sino de manera tácita, se ilusionan con una aventura en Catar 2022.

Seguramente, Raúl Jiménez y El Chucky Lozano, disfrutarían quedarse en Inglaterra e Italia, con sus familias, lejos de los eventuales riesgos de jugar en una eliminatoria mundialista, bajo el grado de rudeza y aspereza con las que se juega en la Concacaf.

Pero, insisto, ambos estarán ahí, porque el desafío máximo de un futbolista es jugar una Copa del Mundo, o dos, o tres, o cinco. Y claro, recibir todos los beneficios que representa poder hacerlo. Hay riesgos, pero hay recompensas.

Desde hace años he sostenido, y el tiempo lo ha corroborado, que #ElGrito no pretende ya ser un insulto, ni ser una increpación homofóbica, porque el portero no se siente ni sobajado ni intimidado, y además grupos mexicanos afiliados a la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, han asegurado que no se sienten ofendidos, y que lo entienden como un folclor muy nacional.

#ElGrito es hoy un reclamo estentóreo hacia el rendimiento de la selección mexicana. Si juega mal, no anota y no va ganando durante el partido, la tribuna bufa el descontento a través de él. Si el Tri juega bien y gana, el alarido no aparece en el estadio. Quedó más que evidente en la Copa Oro.

#ElGrito es la única moneda de recriminación que sabe el aficionado que sí genera un impacto, que sí da escalofríos a la Selección Mexicana y sus jugadores. Es un brutal chantaje emocional. La decepción genera ese bramido en la tribuna.

Ya hemos explicado en este espacio que precisamente Canadá es la que ha estado más insistente ante FIFA y Concacaf para que se asedie al aficionado mexicano. Víctor Montagliani, entre motivos personales y empresariales, ha dejado en claro, como presidente –que preside pero no manda– de Concacaf, que “esto (#ElGrito) no es folklórico, es un insulto homofóbico”.

Por eso, si el chillido, si el refunfuño sonoro se escucha en la tribuna del Estadio Azteca este jueves y el próximo domingo, la FIFA se brincará el párrafo del veto al estadio, para ir de inmediato a la hurta de puntos, insisto, de tres en tres.

¿Qué hará la FMF para controlar estos zafarranchos verbales? Obviamente no puede obligar a que la Selección Mexicana gane, guste y golee desde el primer tiempo, y menos aún en estos momentos catatónicamente futbolísticos del Tri de Gerardo Martino, más allá de que sume siete de nueve puntos posibles.

La FMF recomendó en la Copa Oro algunos protocolos particulares en los estadios. Por lo pronto, todos ellos se implementarán en estos dos juegos ante Canadá y Honduras.

Hay algo que la FMF aún no entiende. Son de la misma raza, de la misma sangre, de la misma idiosincrasia, pero aún así, en un estadio de futbol, son muy diferentes los aficionados mexicanos en Estados Unidos (más de 30 millones), de los aficionados mexicanos en México. Haber cubierto bajo las bendiciones de este oficio, más de 200 juegos de la Selección Mexicana desde 1982, desde amistosos a Copas del Mundo, ha permitido detectar que son los mismos, pero no son lo mismo.

Sin embargo, entre los protocolos a seguir por parte de la FMF, bajo el acecho y el escrutinio severos de FIFA y Concacaf, más la advertencia de que las sanciones serán cada vez más rigoristas y rígidas, es muy probable que el aficionado que acuda a estos dos encuentros en el Azteca sea capaz de controlarse.

Además, ya es tiempo de que el mexicano, de ambos lados de la frontera, encuentre nuevas formas de manifestarse. Maestros en el arte del albur y el doble sentido, e hijos epónimos del ingenio, el humor de todos colores, y con el sarcasmo como lengua nativa, los mexicanos ya deberían haber descubierto una forma más alegre y alegórica para incomodar al adversario.

Al final, sobrevive la pregunta que titula este Blog: ¡Tú, sí, Tú! ¿Te atreverás a traicionar a Raúl y al Chucky?

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LOS ÁNGELES -- Tres escaramuzas del cónclave conkakafkiano y ya empiezan a marcarse distancias y diferencias. México, Canadá, Panamá y Estados Unidos despegan con más vehemencia que claridad.

Sin embargo, el camino es aún largo y escabroso. Y con emboscadas y ese tufo a trampa. Hay forajidos inesperados que asaltan a domicilio y huyen con el botín completo.

EEUU es un ejemplo. Dio tumbos ante El Salvador y Canadá, y en la aterradora San Pedro Sula, consumó el atraco perfecto (4-1) y huyó hasta con los doberman que custodiaban la plaza. Hasta parecía un capítulo de la Casa de Papel en el bullicioso Estadio Olímpico Metropolitano. El Profesor se apellida Pepi, y eligió la bandera gringa, aunque sus tripas desfallezcan por unos tacos al pastor.

No obstante, hoy, los números desatan fantasías que pueden disiparse cuando hay once jornadas pendientes. Apenas se han repartido nueve de 42 puntos posibles.

Ni los vivos están tan vivos, ni los muertos están tan muertos.

La caravana conkakfkiana ondea estandarte tricolor. México vive entre soponcios. Pésimo como anfitrión de la diezmada Jamaica, y tristón como visitante ante una decepcionante Costa Rica. A chiripazos tácticos y desparpajos exitosos de Alexis Vega, Henry Martín y Orbelín Pineda, encostala seis puntos. Victorias que se festejaron con amargura. El Tri atribula a su gente.

Panamá estuvo a punto de hacer naufragar a México en el primer tiempo. Sobrevive el Tri por fatalidades. Tres lesiones erosionan a los canaleros (Carrasquilla, Quintero y Blackburn), y saltan, al segundo tiempo, agotados y confundidos.

En tanto, desde su lecho de convalecencia, Gerardo Martino elige tres rescatistas. Aún con estertores por el terremoto de 7.1 en la Ciudad de México, no quiere vivir su propio macrosismo en Panamá. Manda a la cancha a Sebastián Córdova, Henry Martín y Andrés Guardado. 1-1 el desenlace. Injusto para Panamá por lo que hizo en el primer tiempo. Injusto para México, por lo que hizo en el segundo tiempo.

“Manotas” fue el culpable. El portero Luis Mejía atajó disparos rinconeros y salvó el Canal. Sólo pudo vencerlo esa sangre de barrio de ‘Tecatito’ Corona.

¿Y Rogelio Funes Mori, ése, el caudillo que llevará al Tri al Quinto Partido en Catar 2022, según Martino? Más confuso y confundido que el semáforo daltónico de la pandemia en México. Sin embargo, hay algo que hace mejor cada partido: esconderse detrás de los defensas rivales. Lo sabe: mientras menos balones toque, menos Funes-tas y Mori-bundas serán sus participaciones.

“Las críticas no me quitan el sueño de seguir en la Selección”, ha dicho el Mellizo. A los mexicanos tampoco les quita el sueño Funes Mori, porque les engendra tremendas pesadillas.

¿Más decisiones equivocadas, caprichosas, necias y sospechosas de Martino? Sus coqueteos con la MLS. Nuevamente, reiteradamente, confirman Jonathan dos Santos y Rodolfo Pizarro que la camiseta de la Selección Mexicana les sienta bien para los promocionales, pero no para dignificarlas con sudor, dignidad y talento en la cancha. Maniquíes de callejón.

Se viene octubre. México abre las puertas del Estadio Azteca, tras el doble candado que le impuso FIFA por #ElGrito. Canadá, el principal conspirador para que se castigue ese alarido homofóbico, es el primer visitante. Después llegará Honduras, y cerrará visitando a El Salvador.

Para esta triple zacapela de octubre, México necesitará de tres argumentos clave, en espera de mantener el liderato del Octagonal, y de esa manera aspirar a ser cabeza de serie en el sorteo de Catar 2022.

Y de las tres urgencias, la última es la más importante, para curar a México de sus Tata-tartamudeos.

1.- Raúl Jiménez. El delantero mejorará en ritmo futbolístico y confianza. Lo mejor para él fue ausentarse en esta Fecha FIFA. Sin querer reconocerlo, la Liga Premier le hizo un favor al Tri y al jugador.

2.- Hirving Lozano. Su ausencia en esta primera jornada del Octagonal apesta a suspicacias. No quedó claro si no quiso o no pudo. Pero hubo complacencia, tras los resabios de aquella fuerte lesión ante Trinidad y Tobago.

3.- Y sí, la tercera es la más importante: que comparezcan la cordura, la honestidad, el sentido común y un momento de iluminación, en la cabecita de Gerardo Martino.

Los burgueses de la MLS han claudicado y caducado: el fragor de la camiseta, se extinguió. ¿Y Funes Mori? Esperar a que rebase los miedos y los nervios. Seguramente, en su cacumen, rebota la tonadita que le colgaron como himno inequívoco en River Plate, y que le ha seguido a Monterrey y en el Tri: “Y Funes Mori la erró…”.

Por otro lado, Estados Unidos demostró esa habilidad cetrera, de cazador furtivo. Honduras, debe mejorar muchísimo, porque generó futbol y oportunidades como para masacrar a la visita, pero se precipitó buscando una goleada, sin hacer siquiera el segundo.

Panamá seguirá siendo el equipo agradable en su futbol, pero deberá reducir la tensión interna y aumentar la intención de su juego. Canadá asume el compromiso que debe cumplir, tras el chanchullo hecho en Concacaf para meterlo al Octagonal, cuando estaba fuera del Hexagonal. Debe ir a Catar 2022, porque será sede en 2026.

¿Costa Rica? El daño que le han hecho los entrenadores que llegaron después de Jorge Luis Pinto, ha sido superior al propio caos que sembró el técnico colombiano. Hoy, con Luis Fernando Suárez, ha perdido una de sus mayores riquezas: la furia emocional para jugar buen futbol.

¿El Salvador? Vivirá intubado el resto de la eliminatoria. Obligado a cosechar de visitante y ser infranqueable de local. ¿Jamaica? Si la Liga Premier mantiene para las Fechas FIFA de octubre y noviembre la postura de cerrar fronteras y no ceder jugadores en las diferentes eliminatorias, su suerte estará echada. Si cuenta con esa docena de ausentes, puede recuperar terreno anhelando colgarse del Repechaje.

Por eso, como puede verse, ni los vivos están tan vivos, aunque vayan de líderes, ni los muertos están tan muertos, aunque tengan en su mano, precipitadamente, el acta de desahucio.

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