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Álvaro Morales: "'Tata', si perdemos con Canadá, presenta tu renuncia"

LOS ÁNGELES -- La esperanza de Gerardo Martino está en Canadá, donde sólo hay iglúes en pie de guerra. Otra derrota, será el Waterloo para este Napoleón de las 5 bancarrotas. Estados Unidos lo emparedó por tercera vez, ahora en Cincinnati. La MLS que tanto ama, ha sido la Dalila de este Sansón rosarino.

Gerardo Martino tenía un periodo de gracia. Eligió vivir en desgracia. En 100 minutos en el TQL Stadium, cambió de nicho. Del escepticismo al pesimismo, del vítor al vituperio. El “dous-a-cerouuuu” es la onomatopeya de su fracaso. #FueraTata #TataOut, su epitafio mundano en redes sociales.

Hay una secuela de lápidas tras la derrota ante Estados Unidos. Almas en pena, peregrinos y plañideras. Cinco, al menos, las viudas, tras los disparos a mansalva de Weston McKennie y Christian Pulisic. Sí, las 5 bancarrotas del Tata.

1.- RESPETO…

Ha sido un proceso. Primero le perdieron el miedo, ahora le pierden el respeto. Ante el rebaño de Concacaf, el lobo ya no viste de verde. Ni siquiera en el Estadio Azteca. El búnker de Santa Úrsula es un jardín de niños para el visitante.

Y no sólo por las tres castraciones ante Estados Unidos. Apenas pudo vencer (2-1) a la versión “C” de Jamaica, y apenas pudo empatar (1-1) ante la diezmada Canadá. Golear (3-0) a una versión timorata de Honduras fue un paseo por la mentira, tras la expulsión de Maynor Figueroa al ’49.

El Rey Tuerto de Concacaf, pasó a ser el bufón de la corte. Ya no intimida, ilusiona. Será visto en la próxima Fecha FIFA, recibiendo a Costa Rica y Panamá. En Marzo, lo visita su némesis, el heraldo del “dous-a-cerouuuu”.

Hasta los cuervos perdieron el luto. El arbitraje, urgente y emergente rescatista de México, ha perdido el miedo y el respeto. Hoy, finalmente, parece decidido a marcarle como debe y cuando debe. Ya ni los buitres se acercan a su tumba.

Hoy, en la valoración del juego de México, más que de los puntos y como actual sublíder, el repechaje es el salvavidas de este Tri-tanic.

2.- DESPLOME…

Perdió el liderato y el invicto. Y, según los algoritmos chocarreros de FIFA, el Tri sería expulsado del paraíso. Queda fuera de ese listado ficticio de FIFA. Probablemente ocupe su lugar, sin usurparlo, Estados Unidos, si vence a Jamaica este martes.

Gerardo Martino tenía pegado el memorándum en su asador: ser cabeza de grupo para la Copa del Mundo de Catar 2022. Cada vez que se acercara a cocinar un vacío o una entraña, debía recordarlo. Quedan aún 21 puntos en subasta. Pero, EEUU parecer tener mejor parrillero y mejores pinches (ayudantes de cocinero) ante su asador.

México sólo ha sido cabeza de grupo en un Mundial que no ha organizado. Ocurrió en 2006. No fue nada favorable. Clasificó a cuartos de final con la gloria del panzazo, de carambola, perdiendo ante un Portugal (2-1) sin ocho titulares, y gracias a un empate entre Angola e Irán.

Si México no es cabeza de serie para Catar 2022, perderá bonos multimillonarios por parte de sus patrocinadores, y las televisoras no podrán incrementar sus cuotas a sus anunciantes. Por eso, la derrota ante EEUU, no calcina el alma, pero sí la cartera de Emilio Azcárraga Jean. Ahí duele, cuando su vaca favorita produce menos leche.

3.- EL DIVORCIO…

Gerardo Martino hizo declaraciones desafortunadas, desde el patíbulo donde lo subió EEUU. “Entiendo la importancia que tiene tener tres derrotas ante un rival, al que los mexicanos siempre quieren ganarle”.

El compromiso dejó de ser suyo. La afición no le pide que se sienta mexicano. Pero, le pide, que por 90 minutos, palpite como mexicano. Por 4 millones de dólares al año, no parece exigirle mucho. Pero el Tata (abuelo) les puntualizó que no son sus nietos futboleros.

Aunque la gente de su entorno pretende minimizarlo, especialmente su auxiliar Norberto Scoponi, al tacharlo como un exabrupto de alcoholizados, el virulento cadalso verbal vivido en el túnel en Cincinnati, fue más que un “fuera Tata”, pero, afortunadamente, fue muchísimo menos que una agresión física.

Refleja, sin embargo, el divorcio. Ganar, gustar y golear en Canadá, algo así como una ficción de George Lucas, provocaría una reconciliación mentirosa. Como un matrimonio en camas separadas.

Esto repercutirá de inmediato. México “N” (no hay pa’ más), jugará un amistoso ante Chile “E” (con E de emergencia), en Austin, una plaza poco abusada y ordeñada por las giras de banda de pueblo del Tri, el 8 de diciembre. Obviamente, SUM llorará centavos.

Con esta cruz a cuestas, y con un entrenador al que los sentimientos de la afición mexicana, no le entran en la letra pequeña de su contrato, ni de su sentido común ni de su ética, ¿habrá peregrinos del masoquismo, invirtiendo casi mil dólares por familia?

4.- CONTRATO…

Hace casi un año revelamos aquí, cómo la FMF, en el alborozo de los resultados, había extendido ya la renovación de contrato a Martino. El técnico argentino pidió esperar hasta después del Mundial de Catar. Su obsesión es una revancha con Argentina, especialmente con una Argentina sin Lionel Messi.

Algunos dueños de clubes ya mostraron su preocupación a Yon de Luisa, por el riesgo de una nueva clasificación. Hasta hoy lunes, varios propietarios de equipos, pidieron saber qué sigue. No exigieron, quede claro, no se atreven. Ni se indignarán públicamente. La ejecución sumaria de Jesús Martinez con el #PachucaGate fue una advertencia para todos.

El costo de rescisión del contrato de Martino no asusta al Tri. Una federación que factura cerca de 900 millones de dólares en un ciclo mundialista, no se preocupa por una bicoca. El temor es al ridículo de ratificar que se han equivocado de nuevo, al elegir un técnico extranjero por segundo período consecutivo.

Entiéndase: no es el dinero que pierden, sino el título de bobos que ganan.

Por lo pronto, el tema ha quedado archivado. Algo que no inquieta a Martino, especialmente cuando el LAFC de la MLS ya sondeó a su representante.

Recuerde: el Tri es la única selección que tiene cerca de 30 anunciantes distribuidos en dos países diferentes. Ningún multicampeón del mundo goza de ese privilegio. Vaya, apenas el 10 de noviembre, la empresa electrónica LG, una de las más poderosas en el mundo, anunció su filiación millonaria con la FMF como patrocinadora del Tri.

5.- SEGREGACIÓN…

Hay más allá de las otras cuatro bancarrotas citadas. Además de la deportiva, la financiera, la de credibilidad y la competitiva, Gerardo Martino enfrenta la de su liderazgo y su jerarquía como técnico de la selección mexicana.

Más allá de que el veto de jugadores como Javier Hernández no es sólo suyo, sino orden directa de la FMF y más allá, El Tata ha perdido el control del equipo. Desde dentro y hacia afuera. El poder se vuelve decrépito en la derrota.

Él mismo cayó en el garlito de los animadores gratuitos y de los asalariados del Tri. Ese, el del “fantástico tridente”, de la “tercia de ases”, del “triunvirato goleador de Concacaf”, del “trío galáctico”, cuando ha sido la mayor decepción.

No sólo ha sido un problema de un ‘Tecatito’ Corona en modo zombie, o de un Raúl Jiménez revolucionado, o de un ‘Chucky’ Lozano obsesionado con la heroicidad personal. Es apenas la punta del iceberg.

Héctor Herrera es la misma versión frágil que ya decepcionó al Cholo Simeone; mientras que Edson Álvarez amenaza con ser un nuevo Carlos Salcedo; en tanto que Luis Romo sigue embaucado por los falaces cantos de las sirenas que le musitan sobre Europa, y la artrosis de Andrés Guardado en las rodillas, se la ha subido al espíritu. ¿Sebastián Córdova? Mientras no le pongan un cinturón de castidad y Vick Vaporub en el pechito…

¿Y de la defensa? Ni hablar. Ya que ha tenido un ataque de sinceridad al manifestarse inmune a la ira doliente de los mexicanos, por perder ante Estados Unidos, ¿por qué no atreverse a soltar un “verdadazo”, y reiterar lo que dijo Juan Carlos Osorio? “Se viene una crisis de jugadores de calidad”. De decir pues, que es una “generación perdida”.

Además, el mismo Martino volvió a escupir ácido en la herida de sus jugadores. Por enésima vez, dijo, “falta intensidad”. Testosterona, pues. Compromiso, dignidad.

Pero, Martino aceptó que en el cierre del primer tiempo, su equipo se había caído anímica, espiritual y futbolísticamente. Tuvo 15 minutos para enderezarlo y fracasó. El equipo salió muerto al segundo tiempo, y Estados Unidos lo embalsamó. Y a El Tata, en la banca, se le hicieron engrudo las neuronas.

Visto así, el proceso de Gerardo Martino está muerto. Todos parecen saberlo, menos él, porque la FMF no se atreve a escribirle su esquela, su obituario, y preparar las exequias.

El epitafio ya está listo: “dousacerouuuu”.

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CINCINNATI -- Gerardo Martino se ha vuelto esclavo de sus palabras. Se aprisionó en esa, su “jaula de las certezas”, de la que hablaba Dostoyevski.

Goza de privilegios, de canonjías. La ignorancia de sus propios patrones lo fortalece, lo vuelve omnipotente. El títere asalariado se convierte en el titiritero existencial de las marionetas de cuello blanco y voz afectada.

¿Quién puede confrontar a Martino y pedirle explicaciones? ¿Quién con la personalidad y la autoridad para hacerlo? ¿Yon de Luisa o Gerardo Torrado? El primero no sabe, el segundo no puede, y ninguno de los dos quiere, aunque ambos deben.

¿Quién? ¿El amo y señor del futbol mexicano? Emilio Azcárraga Jean sigue jugando a las muñecas y las tacitas de té de sus telenovelas, sus chillones grupitos musicales exprés, y de la selección mexicana sólo espera el balance de fin de mes.

“Tranquilo jefe, al Mundial vamos, aunque con los gringos perdamos”, es la respuesta cuando Emilio pela los ojos, si lo hace, después de bochornos como el de esta noche de viernes en el TQL Stadium de Cincinnati.

Ya no hay dignidad en las oficinas presidenciables de los clubes mexicanos. Los amos del juego, son esclavos de su pusilanimidad. No hay valientes, sólo castrados entre los dueños de equipos. Ganado vacuno que rumia y brama, pero no protesta.

Jesús Martínez ha sido exiliado del futbol mexicano. A Jorge Vergara lo silenció la paz generosa de la muerte. ¿El resto? Agazapado, remojado en los orines de su cobardía. ¿Y los briosos colosos del norte, los bravísimos de Monterrey? Esos cintos piteados y esas botas puntiagudas, son el atuendo hormonal de sus miedos.

No hay quien confronte a Gerardo Martino. No hay quién le exija explicaciones. Ni quién le reclame por esos jugadores timoratos; por estrategias mal paridas, ni por el descarado gesto de encogerse de hombros, la mímica del valemadrismo, tras tres humillaciones consecutivas ante Estados Unidos.

La pesadilla no había terminado en Columbus, sólo se ha mudado a Cincinnati. Ohio y su noche de agua nieve del viernes, agendan más pasajes de terror para el Tri. Una nueva saga de horror comienza.

Nadie se engaña, excepto, claro, los bobos o los lacayos; los tontos o los serviles. Gerardo Martino habla de alternancia en el control del juego del viernes. “Ellos acertaron dos veces, nosotros ninguna”, dice el Houdini argentino en otro acto de escapismo.

Ciertamente, el 2-0 tiene más de fetichismo que de realidad. Estados Unidos pudo hacer tres… o cuatro, o más. Pero, tal vez, sólo quiso invocar y evocar el himno pueril y populista de su hegemonía. “¡Dousacerouuuu!”.

¿Para qué arruinar esa ópera magnífica y burlona, despiadada e hiriente del “dousacerouuuu”? La tribuna mexicana se desgarra las vestiduras con #ElGrito, y los juglares de la tribuna estadounidense se regodean con ese salmo, con ese tedeum, nacido en 2001 y que fue brevemente interrumpido en 2016.

Más tarde, en conferencia de prensa, en un consciente cinismo o en un inconsciente desvarío, Gerardo Martino montó la horca, con la longitud expresa de su propia lengua.

1.  MAQUILADOR...

El Tata ha pintado y repintado su raya. Es un asalariado. Lo suyo no es entregar un producto de calidad. Lo suyo es maquilar un producto, rústico si es necesario, que incluya el boleto al Mundial de Catar 2022. Trabaja a destajo… y trabaja poco.

Para Martino, perder con Estados Unidos es un calvario ajeno. Perder tres veces con EEUU en menos de cinco meses es congoja y suplicio sólo, única y exclusivamente de los mexicanos. Él se refugia en el caparazón de la indiferencia. Su salario de 4 millones de dólares por año, paga su sudor, pero no su sangre ni sus lágrimas.

Alguien con autoridad moral, hormonal, masculina y jerárquica, ya le habría abofeteado a argumentos: para México perder con Estados Unidos, es como para Argentina perder con Inglaterra. Cierto, Martino no es Carlos Salvador Bilardo, ni tiene a ningún Maradona. Pero, mexicanos siguen muriendo en Estados Unidos, y ningún argentino muere ya en las Falkland.

Por eso, cuando el Tata dice que perder con EEUU les duele sólo a los mexicanos, él se solidariza con Gregg Berhalter y sus hunos. Ese desdén al dolor de su afición, es un acto de traición que tolera y prohíja su contrato multimillonario. El Titanic lo reseña: las ratas de dos patas saltan primero.

2. CONTEMPLACIÓN…

En conferencia de prensa, Martino se inmola. Vio fenecer a su equipo en los estertores del primer tiempo. Y en el descanso, en el vestuario, él fue incapaz de evitarlo, fue incapaz de encontrar un antídoto. Le faltó el conocimiento o le faltó la palabra.

Arranca el segundo tiempo y México continúa su agonía. ¿De qué sirvió que el Tata viera el iceberg, si no hizo nada para evitarlo? Identificar el problema y no solucionarlo, refleja incompetencia, como estratega o como líder o como ambos. El Tri se le murió de nada en sus brazos.

Reconoce que su equipo carece de un combustible poderoso: intensidad. Esa se abastece desde dentro del jugador, pero también, desde la personalidad y la autoridad de un líder. Martino no amamanta de bravura a su clan. Acaso, es un huachicolero de su propio adrenalina.

3. CORDERITO AL HORNO

En otra de sus reflexiones desafortunadas, Martino acepta que Estados Unidos y Gregg Berhalter le han jugado en tres ocasiones de la misma manera. Y en las tres se ha ido de bruces. Sabe cómo lo va a arrollar de nuevo el tren estadounidense, y se queda ahí, inmóvil, perplejo, paralizado, atónito, abnegado.

Es decir, Estados Unidos no modifica su plan de juego. Es tan estricto, rigorista, riguroso, que no puede violentarlo. Y así, tres veces, con el mismo concepto, Berhalter maquilló de payaso a su homólogo. Tropezarse tres veces con la misma piedra, no es un accidente, tal vez ni torpeza, sino suicidio selectivo.

Dejando en claro que perder con EEUU es una calamidad exclusiva de los mexicanos, y no de él, asalariado de los mexicanos, mantenido por los mexicanos, termina por contaminar al grupo, que se siente abandonado. Su presunto mentor se ha ido al bando contrario.

Se viene la cita en Edmonton, con una cancha de esa textura complicadísima para el futbol de México. Una derrota combinada con victorias de Canadá y Panamá, enviarían a México al desconsuelo del repechaje, aunque todavía con 18 puntos por delante.

Mientras tanto, ¿alguien moverá las aguas en el futbol mexicano? ¿Algún valiente? 17 dueños de equipos, viven agazapados, azorrillados, esperando que la iniciativa llegue de la oficina oval de Televisa.

Sin embargo, tal vez Emilio piensa igual que su padre, El Tigre Azcárraga Milmo.

Alguna vez dijo: “México es un país de una clase modesta muy jodida… que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente (jodida) y sacarla de su triste (y jodida) realidad y de su futuro difícil”.

Y ya se sabe, “hijo de Tigre, pintito”.

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LOS ÁNGELES -- Con el campeón mexicano vigente y con el campeón de la Concachampions, reptando ambos, casi de hinojos, para meterse en el Repechaje, sólo un equipo enorgullece su campaña: América… ¡Y ya!

Cruz Azul y Rayados, octavo y noveno, se enfrentan en la repesca. Dos monarcas en el coliseo de la mediocridad de este Apertura 2021. Y ambos, además, desmantelados por las convocatorias de esta temible Fecha FIFA, que detiene la Liga Mx.

América sigue enarbolando su bastión: juega feo, aburrido, pero sigue al pie de la letra el librito exitoso y resultadista de Santiago Solari. Con 35 puntos, aventaja en 15 al último de los involucrados en la Repesca: San Luis.

América tuvo un decoroso 68.6 de efectividad. Los potosinos, como polizones, de panzazo, llegan al Repechaje con un ridículo: 39.2 por ciento de productividad. Difícilmente se enfrentarán, pero esa diferencia indecente entre efectividad e infectividad, desnuda la clemencia competitiva de la Liga Mx.

Por lo pronto, entre las decepciones de Cruz Azul y Monterrey, con sus descarapeladísimas coronas nacionales y regionales, sólo habrá un sobreviviente, en una Repesca donde lo único seguro es la pobreza competitiva que arrastran los ocho infiltrados, en este aquelarre de la mediocridad.

¡Cuidado! Es una tanda de juegos, en la que hasta el más desahuciado muestra aún sus cariados dientes. Prueba de ello, la inesperada, grata, emotiva y vigorosa exhibición de Pumas, para invocar las cenizas de las cruzazuleadas y victimar a La Máquina 4-3, que tenía una ventaja de 1-3 al medio tiempo.

Hoy al América, pocos pueden faltarle al respeto. Cierto: cerró con tres tropiezos, pierde la Final de la Concachampions ante Rayados, sucumbe ante Cruz Azul, y empata sin goles ante Monterrey. Solari se atrevió a hacer rotaciones, aún a riesgo de que en un arrebato del dueño, Emilio Azcárraga Jean, él terminara siendo rotado del puesto.

Solari decidió proteger a sus jugadores, especialmente a dos colosos de su organigrama futbolero: Pedro Aquino y Richard Sánchez, y ofrecer actuaciones aún menos seductoras, pero entendiendo que el título es el compromiso absoluto, más allá de la llaga supurante que es haber perdido la Final de la Concachampions.

¿Quiénes pueden faltarle al respeto a El Nido? Las estadísticas pueden ser boquiflojas si se recurre a la tabla de posiciones.

1.- Segundo de la tabla, el Atlas se ha ido descartando solito. Los estertores que entran a Diego Cocca cada vez que enfrenta a las Águilas, son similares o peores que los que le poseyeron ante Chivas, al que enfrentó durante casi 80 minutos con dos hombres más.

2.- Tercero del listado, León es un perjuro. Promete y decepciona. Suma 16 de los últimos 21 puntos disputados, sólo cediendo unidades en la derrota ante Pumas y el empate con Toluca. Y aunque deberá ceder al menos seis jugadores en Fecha FIFA, tendrá una semana más para recuperarlos.

3.- Cuarto es el equipo de Tigres. Tras el doloroso despescuezadero al perder el Clásico Regio ante Rayados, sólo cayó ante América, y cumplió su chamba destazando fiambres: Juárez, Chivas, Pachuca y San Luis, pero con empates apretados, ante equipos inestable: Pumas, San Luis, Necaxa y Cruz Azul. André-Pierre Gignac garabateó, a puros golazos, la diferencia.

¿Algún otro atrevido a desafiar a ese América desabrido? Difícilmente Santos, aunque es un equipo que cuando recupera el futbol con Gorriarán, Valdés y Otero, maneja el estilo de juego que causa agruras a Solari.

Necio sería descartar a un Monterrey que con el plantel completo es capaz de salir de esa afonía y ofrecer una sinfonía. El problema es que entre selecciones nacionales de México, y de otros países, recibirá a sus jugadores el 18 de noviembre, al concluir la Fecha FIFA, para enfrentar al Cruz Azul el 21.

El rival de Rayados en la Repesca, La Máquina, con el mismo inconveniente en tiempos que su adversario, ha dado tumbos tratando de recuperar el nivel de su gesta como campeón, y poco alentadora debió ser la humillación de este domingo ante Pumas, al verse superado 4-3, tras aventajar 1-3.

Aún así, dicho está, las Águilas han impuesto su huella en el torneo. Insisto en algo: jugar feo y aburrido no está reñido con jugar bien al futbol. Genera más bostezos que saltos de júbilo, pero la maquinita eficaz y eficiente –que no es lo mismo--, rinde frutos.

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LOS ÁNGELES -- Miguel Herrera hizo una promesa a la afición de Tigres: reinstalar a André-Pierre Gignac como el romperredes estelar. Lo que nunca se imaginó, ni él ni nadie, es la forma de tratar de corresponder por parte del francés.

“(Conmigo, André-Pierre) Gignac (hará un), chingo de goles, vas a ver, te lo dedico”, espetó ‘El Piojo’ a un aficionado felino, aunque de momento, el francés suma apenas tres anotaciones, afectado por lesiones y el retraso al reportarse, tras participar en los Juegos Olímpicos de Tokio con la selección de Francia.

Y de esos tres goles que Gignac suma en el Apertura 2021, dos de ellos, han sido venerables, exquisitos, en cobro de tiro libre, y que además, han retribuido cuatro puntos a Tigres.

Originario de Martigues, Francia, llamada ‘La Venecia Provenzal’, cuya población total (42,900 habitantes) apenas llenaría El Volcán, Gignac, de acuerdo con Transfermarkt, desde 2006 hasta este 2021, ha marcado nueve goles de tiro libre.

En 17 días en el Apertura 2021, Gignac ha marcado casi una cuarta parte de los goles totales en tiro libre respecto a sus 17 años de carrera profesional. ¿Cuál es el motivo detrás de ello?

Confeso y orgulloso de ser descendiente de gitanos, Gignac ha sorprendido ante Cruz Azul y Chivas con dos soberbios disparos de 30 metros, cuando en la misma Liga Mx, había marcado sólo cuatro anteriormente, desde su llegada a Tigres en 2015.

1.- El francés marcó el 13 de mayo de 2017, al minuto 45, ante Monterrey el 1-0 de un marcador final de 2-0, en los Cuartos de Final del Clausura 2017, con Hugo González en el arco.

2.- Al Puebla le anotó en un global de 6-1. De tiro libre fue el 3-1 con Nicolás Vikonis en el arco, en la Jornada 16 del Apertura 2018. Además, esa noche, André Pierre marcó un total de cuatro goles.

3.- Al Toluca, en el Repechaje del Guard1anes 2020, en un doblete, el segundo de ellos es en tiro libre, para el 2-1 final, con Luis García como víctima.

4.- Gignac le marcó al León en el Guard1anes 2021, al minuto 40, con Rodolfo Cota en el arco, y un ligero desvío de Iván Rodríguez. Fue el 1-0 de un marcador final de 2-0.

De los nueve partidos en los que Gignac ha marcado de tiro libre, su equipo no ha perdido. Conforme a las estadísticas de Transfermarkt, en cobros de tiro libre, Gignac suma nueve goles en nueve partidos, que han representado ocho victorias y un empate.

Además, cuatro de esos goles han significado 12 unidades, con una media de 2.78 puntos por gol anotado en tiro libre.

Pero, ¿por qué hasta ahora la frecuencia de Gignac en el cobro de tiros libres con esa referencia de dos marcados en 17 días y sólo siete en los anteriores 17 años?

Llama especialmente la atención por la espectacularidad de las anotaciones. Ante Cruz Azul (1-1 final) en la Jornada 13 de este Apertura 2021, Gignac cobra por izquierda, a segundo palo. El disparo es un obús. José de Jesús Corona se lanza por el balón, pero encoge el brazo derecho al final.

La colocación era impecable en el cobro. Los especialistas aseguran que Corona reacciona así, para evitar una lesión severa en el hombro, aunque no es la primera vez en su carrera que actúa de manera similar ante un potente disparo, como ocurrió ante Andrea Pirlo, en la Copa Confederaciones de 2013, en un enfrentamiento entre las selecciones de México e Italia.

El pasado fin de semana, ante Chivas, nuevamente el delantero francés se muestra implacable. Apenas al minuto cuatro. Por izquierda nuevamente, pero esta vez al primer palo, el balón se contorsiona veleidosa y graciosamente sobre su propio eje. Entra impecable ante el lance de Raúl Gudiño. Esa sería la primera de las dos anotaciones del francés ante el Guadalajara.

Curiosamente, desde su llegada a Tigres, Gignac estuvo bajo el amparo de un despiadado especialista en cobros de tiro libre, como lo era Ricardo Tuca Ferretti. El brasileño no sólo golpeaba con brutal potencia el balón, sino además con notable colocación.

Si Gignac necesitaba de un mentor en el cobro de tiros libres, tenía al mejor a su disposición, en su director técnico. Entonces, ¿por qué no era un cobrador más recurrente y efectivo en la época de Ricardo Ferretti?

Según versiones de quienes llegaron a estar presentes en los entrenamientos de Tigres, el Tuca Ferretti prefería a Gignac como un poderoso referente de área, y la disciplina del francés de apegarse a las indicaciones de su entrenador, aunque siempre buscaba la oportunidad de hacer los cobros.

Por otro lado, según otras versiones, con Miguel Herrera encontró alguien que tras percibir la eficiencia del francés en el cobro de faltas, lo ha alentado a que tome la iniciativa, y considerarlo prácticamente la primera opción en esa disciplina.

Ciertísimo, además, que en la técnica depurada para golpear en tiro libre, Ferretti era una amenaza y aterrorizaba no sólo a los arqueros, sino a los mismos componentes de la barrera. En tanto, en esas lides, El Piojo Herrera sólo inquietaba a los vendedores de la tribuna por un balonazo al tomarlos desprevenidos.

Por lo pronto, con las advertencias a Cruz Azul y Chivas, ahora queda claro para los adversarios de Tigres que hay un motivo mayor para intentar evitar cometer faltas en la periferia del área, especialmente por el lado izquierdo, y especialmente porque Gignac ha dejado en claro su habilidad para cobrar con potencia y efecto tanto con el primer poste como el segundo, como referencias.

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LOS ÁNGELES -- ¿Vive Coapa el eclipse del Solarismo? ¿Se acabó la magia de Santiago Solari? ¿Acaso raspándole al baño de oro, El Nido muestra el cobre? No, el América está mintiendo. Un auténtico engañabobos, mientras los bobalicones hacen fiesta.

Si bien Monterrey fue superior a media semana, un esperpento de Sebastián Cáceres fue lo realmente decisivo, además de un par de decisiones arbitrales, entre errores y mala sangre, que terminan sentenciando a las Águilas.

Ése, el de media semana, fue un descalabro que dolió. Porque Solari quería ese pergamino, no por ostentarse como Rey Tuerto de la cegatona Concacaf, sino por la alcurnia del Mundial de Clubes.

Y también lo quería, porque el dueño le había hecho saber que anhelaba ese pergamino. Y Emilio Azcárraga Jean ventila aparatosamente de ansiedad cuando sus órdenes no se cumplen.

Pero, condenar y descalificar al América, por la versión que saltó este domingo ante Cruz Azul, es un acto de estulticia. Entiéndase: ¡ese América es una mentira!

Hemos reiterado en este espacio, más congelado que el pechito de Sebastián Córdova (¡Cuánta razón Paco Villa!), la venturosa campaña de El Nido a pesar de su agresión enceguecedora al concepto de espectáculo, pero inevitable para El Indiecito Solari recurrir a esa forma de juego, con la colección de figurines maltrechos en una nómina de indeseables.

1.- Esta versión del América, en la cancha, es aburrida, y a veces grotesca, pero funciona, generalmente, en la Liga Mx. Es el Michael Phelps en el pantano de la mediocridad de este Apertura 2021.

2.- Además, es una versión pobretona de sus antecesores. ¿En verdad hay algún futbolista codiciable para otro equipo, dentro de este plantel? Sólo Guillermo Ochoa.

Reiterando, pues, América fue superado por un Monterrey propulsado, envenenado, por aquello del #ÓdiameMás, porque este mismo domingo, se pudo ver, de nuevo, la versión mezquina de Rayados ante San Luis.

Incluso, hay escenarios que provocan carcajadas. “Es que Rayados llegó cansado del juego con América”, pero América no pudo llegar cansado de ese juego ante Monterrey, “porque son jugadores profesionales”. La hipocresía suele ser locuaz.

Y ante Cruz Azul, El Nido plantó una alineación, que lejos de ser de ensueño, tiene todos los estremecimientos de ser una formación de pesadilla, ad-hoc, sin duda, con los tiempos de necrofilia, espantos y demás parásitos de Halloween, de un 31 de octubre.

No se trata de lastimar o descarapelar el mérito de Cruz Azul, al que sigo viendo, con todo y mi miopía, candidato a un Bicampeonato. La Máquina, el Shinkansen celeste, hizo lo necesario para ganar y sólo Ochoa impidió que Halloween se apoderara del marcador.

Sabido ya que la parte medular, cerebral, ladina, para Solari, es –absolutamente-- la media cancha, mandó a jugadores que no serían titulares en ningún otro equipo: Fernando Madrigal, Tony López, el terror que es Nico Benedetti, y se salva, acaso, Miguel Layún, con un aire fresco por su deseo inalterable de regresar a la selección mexicana, aún con el agobio físico de sus casi 36 años.

Estará de acuerdo cualquiera en que es una media cancha pobretona, aunque el único millonario ahí es una de las peores contrataciones en la historia de El Nido: Benedetti, a quien en su terruño cafetero le dicen El Poeta, en un insulto al uruguayo Mario Benedetti, y por supuesto a un país como Colombia, con un poderío cultural tremendo, y baste citar a García Márquez y al poco querido en su patria, Fernando Vallejo.

Solari dejó fuera, en busca de una recuperación absoluta, a dos de los mejores mediocampistas de la Liga, Pedro Aquino y Richard Sánchez, y a su tercer mosquetero en esa zona, Álvaro Fidalgo, quien comenzó en la banca y terminó en la refriega, tratando de rescatar el 1-1, hasta que Emanuel Aguilera regala el penalti de la victoria celeste, y encima carga con una roja, que lo deja fuera de la cita próxima, ante Rayados de Monterrey.

Evidentemente, a la facción americanista, poco debe consolarle el saber que, ante Cruz Azul, Solari envió un equipo mermado, de entre su plantel ya de por sí mermado en calidad y autoridad futbolística, y tratando de hacer daño con Federico Viñas, quien empata con un soberbio cabezazo, y un Sebastián Córdova, quien aparentemente ha vuelto a sus rondas lascivas por allá por los pent-house de Santa Fe, en espera de que tras de algún video filtrado, la directiva le ponga el cinturón de castidad.

Por eso, si bien Monterrey fue mejor en la cancha, Cruz Azul controló el partido, y aquella victoria sobre Tigres, fue al estilo que le gusta golear a las Águilas (¡1-0!), entendiendo el cariz ladino y astuto de Solari, se encargará de dar un sopapo de autoridad, tardío, inútil ya, ante Monterrey, el próximo sábado.

Con el Virus FIFA acechando, Solari sabe que goza de una semana más de reposo, respecto a los que acuden al Purgatorio del Repechaje, que recibirán a sus jugadores concentrados hasta el 18 de noviembre, con la ronda de limpieza de la repesca, arrancando el 20 de noviembre. Casi, casi, del avión a la cancha.

Al final, insisto, para quien desglose su filosofía de café, respecto al América, le advierto, la versión de las Águilas, ha sido una rotunda mentira, dolorosa sin duda para sus aficionados, pero queda claro que las emociones multitudinarias de la turba amarilla, ni remotamente inquietan el proyecto, aburrido, feo y pobretón, pero prometedor, de Santiago Solari.

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LOS ÁNGELES -- Monterrey no sólo desnudó (desplumó, coloquialmente) al América, sino que lo exhibió públicamente, y lo echó a desfilar, aterido y despojado, con sus miserias a la intemperie. Inobjetable Pentacampeón de Concachampions.

Porque no fue sólo el resultado (1-0, gol de Funes Mori).

No fue sólo el descalabro que marca paternidad de Rayados (segunda Final para Monterrey ante América en dos años).

No fue sólo el fracaso (“dile a Solari que esperamos ese título”, había dicho Emilio Azcárraga Jean a Santiago Baños).

No fue sólo la frustración de dejar ir un título regional, sino que el América renegó de la esencia sagrada del americanismo, de esa, de la del #ÓdiameMás.

Y no fue sólo eso, no fue sólo todo eso. América, como ante Pachuca en la Liguilla pasada, como en los primeros 45 minutos ante Chivas, como reincidentemente ante Toluca, El Nido fue allanado y desolado.

Rayados salió al asalto. Con lo que mejor sabe hacer, y como mejor lo puede hacer. Tempranito nomás, Charly Rodríguez le metió estremecimientos y síncopes a Guillermo Ochoa, como reflejo de la belicosidad regiomontana.

Porque Rayados entendió el momento, el escenario, la oportunidad, las circunstancias, y el bocadillo apetitosamente mediático que se le ofrecía. Y lo engulló rápidamente, para hacerle digestión en el segundo tiempo.

En todo el semestre, ningún otro equipo le había hecho 15 disparos a portería al América. Por el contrario, ése era un privilegio de las Águilas, dejar en el asedio, en el acoso al rival, el sello de su dominio, de su control. El jueves por la noche fueron rebasados.

¿Es una mentira el América de Santiago Solari? Ni remotamente. Muestra, acaso, lo limitado de su plantel. Y muestra la dependencia absoluta en dos hombres: Pedro Aquino, ausente esta vez, y Richard Sánchez, lesionado al ’67.

Y se vio entonces la fragilidad de un equipo, al que lo sostiene poderosamente su granítico y hermético sistema de juego, ese, el que afea y el que aburre, pero que es el único al que puede implorar El Indiecito, con una tribu tan magra, y que le alcanza para ser el líder del torneo, pero, no para ganar campeonatos.

Además, Solari cayó en un nuevo desencanto. Cuando los revulsivos, cuando los hombres importantes deben ser, además, sobresalientes, oportunos, líderes, americanistas genuinos pues, y se marchitan ante el escenario. Sebastián Córdova había homenajeado alguna vez ese 10 mítico del América que porta, pero, el jueves, lo estercoló.

Ciertamente, Javier Aguirre hizo acopio de fuerza, voluntad e intensidad en sus jugadores. Una media cancha impetuosa, ordenadita, disciplinada, atenta, solidaria. Ese diálogo táctico, imperceptible, pero tenaz y eficiente, entre Rodríguez, Celso Ortiz, y el resucitadísimo Ponchito González, marcó el rumbo del partido, facilitando la chamba al resto de sus compañeros.

A Rogelio Funes Mori le entalla perfectamente esta camiseta, especialmente con un Jesús Gallardo de fiesta en la cancha, colaborando a los boquetes a espaldas de Richard Sánchez y con la complicidad del siempre distraído Jorge Sánchez.

Y claro, hablando de rescates y resurrecciones, Maximiliano Meza, un zombi absoluto en sus primeros torneos, al grado que Rayados intentó regresarlo a Argentina, volvió a ser el jugador de reposo y de explosión, de pausa y de cancherismo, montando una pesadilla sobre Salvador Reyes, a quien incluso, caído, ridiculiza con un túnel al minuto 58.

Guillermo Ochoa y sus concubinas, los postes, se sublimaron --otra vez--, para hacer menos aciago el destemplado momento del América. Vuelve a ser el arquero, el jugador relevante de las Águilas. Es el prócer en las victorias ajustadas y el curandero para evitar que las derrotas escandalicen.

Puesto así en escena, queda claro que el América de Solari no es una mentira, pero, queda claro que algunos de sus jugadores más que mentirosos se transforman en embusteros. Porque, --es necesario enfatizarlo--, era una Final y decidieron ¡no! jugarla como tal.

1.- Roger Martínez gastó más energías en su innoble berrinchito al ser sustituido, que en todo su estéril accionar; quemó más calorías en su video para adultos, que ante Rayados.

2.- Mientras tanto, se remarca el peso imprescindible de Aquino y Sánchez, para que Fidalgo gravite. Este jueves, ante Rayados, el español fue parte de la paella que se despachó Maxi Meza con él, Fuentes y Reyes.

3.- Y los émulos frustrados de Cuauhtémoc Blanco. ¿Henry Martín? Estaba mejor custodiado que la fórmula de la Coca Cola o el secreto de longevidad de Chabelo. Y de Sebastián Córdova, ya se dijo, a veces tiene los pies en la tierra, y a veces la sesera y las gónadas en sus fantasías nocturnas.

Cierto, imponderables hubo, y determinantes en el descalabro americanista. Pero así como otras veces se visten de amarillo, esta vez las calamidades se vistieron de ajeno. Y ahí incluimos desde la grotesca y frustrada pirueta de Sebastián Cáceres, al intentar despejar un balón franco, y que termina entregando a Funes Mori, hasta llegar a polémicas, pifias y sudoraciones con olor a ácido úrico, por parte del árbitro Fernando Hernández.

Ahora, con el Pentacampeonato, que lo ratifica como cinco veces rey tuerto de la tierra de ciegos que es la Concacaf, Rayados tendrá un peligroso relajamiento el fin de semana ante San Luis, y cerrará el torneo regular visitando al América. De seis puntos, necesita los seis.

Porque, para Rayados, la misión está incompleta en la Liga. Aguirre necesita que Monterrey se meta en los cuatro primeros, porque la Fecha FIFA de noviembre le dejará al menos sin siete jugadores, que regresarán a El Barrial hasta el día 18, para jugar Repechaje, eventualmente, 20 ó 21.

¿Las Águilas? Insisto, Monterrey desnudó al América, pero no a Solari. No exhibió a El Indiecito sino las precarias condiciones futbolísticas, emocionales y hormonales de sus jugadores. A este América le faltó ese espíritu indomable, esas gónadas, pues, imprescindibles siempre, del genuino americanismo, no del rumbero y mediático que promueven Córdova y compañía.

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LOS ÁNGELES -- Dos urgencias y una sola pócima curativa. Así el entorno de la Final de la Concachampions entre América y Monterrey.

El Nido ya necesita un trofeo. La vigilia prolongada lo amenaza de inanición. Santiago Solari es el campeón aritmético del 2021. Las estadísticas revolotean festivas, pero sin títulos, todo queda en anécdotas. Las cifras levantan respeto, pero no trofeos ni prestigio.

Rayados, en tanto, vuela y se arrastra, y vuelve a volar y vuelve a arrastrarse. Son los coleópteros del torneo mexicano. Escarabajos indescifrables: a veces fascinan, a veces aterran. Y vivir de las gestas de 2019, mientras dilapida fortunas en refuerzos, no agrada en Monterrey.

Por eso, como una cataplasma curativa para ambas --y tan distintas-- urgencias, la Final de la Concachampions se materializa, oportuna, para ambos equipos, que en la Liga marchan de manera casi polarizada: América es el señor feudal (34 puntos), y Rayados repta entre la desgracia del Repechaje y una Liguilla directa con 20 unidades.

Hasta entre las formas de los entrenadores de ambos equipos hay marcadas diferencias. El Indiecito Solari eligió una ruta poco obsequiosa con el espectáculo, pero generosa con los objetivos: juega feo, aburrido, pero desarrolla de manera casi perfecta su forma de, ojo, maquilar puntos, porque esa es la descripción perfecta del América: maquila puntos.

Javier Aguirre aún oscila entre la ilusión y el desorden. De manera consecutiva, golea en semifinales de la Concachampions a Cruz Azul (4-1), humilla a Tigres (2-0), exorciza a los Diablos de Cristante (2-0), y le tunde a Santos en su casa (1-2). Y todo esto lo hace con un futbol preciosista. Medio Monterrey, preparaba el carnaval.

Sin embargo, luego, tropieza cuatro veces y ante rivales en desgracia, y lo hace ridículamente, apenas marcando dos goles en esos cuatro partidos. Sucumbe goleado ante Juárez (3-1), León (0-1), Querétaro (1-0), y Necaxa (0-1). Y apagaron las luminarias en Monterrey.

Y claro, al inicio de 2021, se esperaba muchísimo más de Javier Aguirre y muchísimo menos del Indiecito Solari.

Al final, ese es otro ingrediente que embellece de morbo esta Final de la Concachampions este jueves: los perfiles de ambos entrenadores. Santiago Solari (45 años) y Javier Aguirre (cumple 63 el primero de diciembre) llegan con hojas de vida muy diferentes, pero que poco sirven en el juego de cartas marcadas que es la Liga Mx.

Ambos tipos culturizados, inteligentes, astutos, con personalidad imponente ante el jugador, alimentados con cuchara de plata, y con un amarre más –poco presumible--, en su pasado, los dos deambularon con más pena que gloria por el Atlante.

Solari tiene un único prendedor de mérito en su escaparate: haber ganado un Mundial de Clubes con un Real Madrid, que con él, sin él, y a pesar de él, lo habría conseguido. Después, a la deriva, hasta que saltó la oportunidad con el América. Y sus números son concluyentes: oro puro, que, sin embargo, debe alcanzar para manufacturar un trofeo, o serán páginas muertas.

Javier Aguirre se atrevió en Europa. Regresó al Osasuna y al Atlético de Madrid a torneos europeos. Poco disfrutó con Zaragoza, Espanyol, y el paso por Leganés tuvo pasajes altamente emocionales, pero igual, el equipo descendió, en un ajusticiamiento arbitral ante el Real Madrid.

Además, su peregrinaje lo llevó a levantar dos veces de la plancha de autopsias a la Selección Mexicana, y llevarla a los Mundiales de Corea del Sur/Japón 2002 y a Sudáfrica 2010. En su recorrido con selecciones nacionales, no trascendió ni con Japón ni con Egipto.

Evidentemente, El Indiecito ha rebasado a El Vasco en el coliseo común de la Liga Mx, aunque evidentemente Solari envidia un recorrido como el de Aguirre.

La realidad es que el técnico argentino eligió una forma pragmática de jugar al futbol, y ha logrado un elevadísimo compromiso de sus jugadores. El técnico mexicano aún balbucea o al menos su equipo aún balbucea en lo que finalmente quiere hacer en la cancha.

Curioso que Aguirre, que hace de la palabra y su facilidad para el arrumaco con los jugadores, dos argumentos poderosos, no haya logrado aún esa química explosiva para garantizar la entrega y el compromiso de sus jugadores. A veces parecen hastiados, abotagados, vencidos.

Por otro lado, sin duda, ambos equipos han sido afectados por la Fecha FIFA, pero cada uno ha reaccionado de manera distinta. Evidentemente, Santiago Solari ha sido más inteligente o más cauteloso o más astuto, o todo lo anterior.

La forma de juego del América, le permite una exigencia menos desgastante físicamente a los futbolistas, y de esta manera controla los trámites, con extrema paciencia. Prueba de ello es que ha conseguido triunfos con el reloj ya desangrado: ante Santos, Sebastián Córdova anota al ’87; ante San Luis, Roger Martínez al ’97, y ante Pumas, Mauro Lainez marca al ’98.

Monterrey ha tenido un Apertura 2021 accidentado. Siete jugadores cedidos a selecciones nacionales, más una larga estela de jugadores lesionados, hasta totalizar eventualmente 10 ausencias de jugadores que tentativamente son titulares.

Javier Aguirre hizo una limpia al inicio del torneo. Y después rescató a futbolistas que parecían perdidos: Ponchito González, Maximiliano Meza, Celso Ortiz e incluso a Matías Kraneviter. Por otro lado, apenas empieza a rehabilitar a Erick Aguirre, y a recuperar la mejor versión de Charly Rodríguez, sin alcanzar aún el nivel pleno con Joel Campbell, y Vincent Janssen aún manifiesta secuelas de su lesión.

Para esta Final de Concachampions, ambos equipos agregan misterio. América especula con la disponibilidad de Pedro Aquino, además de un velo de suspenso con Emanuel Aguilera, Bruno Valdez, Sebastián Cáceres y Jorge Sánchez, más allá de que Miguel Layún no puede jugar esta Final, por haber iniciado el torneo precisamente con Rayados.

Por Rayados, Janssen sigue con la resaca de una pubalgia, pero al igual que los lastimados Duván Vergara y Héctor Moreno, Javier Aguirre encendió veladoras para tenerlos disponibles. En la práctica del miércoles, se insinuó esta alineación: Esteban Andrada; Stefan Medina, César Montes, Sebastián Vegas y Erick Aguirre; Carlos Rodríguez, Celso Ortiz y Arturo González; Maxi Meza, Rogelio Funes Mori y Jesús Gallardo.

Y si quiere enriquecerse el perímetro emocional y morboso de esta Final de Concachampions, agregue esa ansiedad de los equipos de Monterrey por ser tomados en cuenta para ese olimpo, falso, farsante, embustero, de la supuesta grandeza de clubes en el futbol mexicano. Vencer al América, le permitiría de nuevo atisbar las narices en un entorno prohibido.

Y claro, el América se pavonea, desafiante, insoportable, con ese bellísimo tocado que despierta ira y envidia, al proclamarse bajo el insulto del #ÓdiameMás.

¿Y quiere entrar al mundillo lúgubre del fanatismo? Bueno, medio Monterrey, es decir, la afición de Tigres, que normalmente es antiamericanista, este jueves por la noche, se vuelve americanista.

¿Otra más? Cierto sector de entrenadores mexicanos, estará apostando por “Javier Aguirre Onaindia Arraskaeta Landeta Goyado Alberdi Uriarte Garechana y Lanetarzúa”, y no por un amor desmesurado hacia él, sino porque la coronación de un técnico bisoño en la Liga Mx, como Solari, la sentirían ellos como una bofetada a su rancio nacionalismo.

Como puede verse, El Vasco y El Indiecito tiene un botín mayor que ser campeones de la región más turbia del mundo futbolero, sí, ese el de la Concacaf.

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El veto del “Chicharito” está más que confirmado y nadie parece en posición de ganar bajo esta situación. El futbolista, que pierde la ocasión de cerrar su maravillosa carrera en selecciones nacionales con el Mundial de Qatar 2022; el entrenador, que deja de contar con un jugador de condiciones extraordinarias, probado en los máximos niveles del juego; la Federación Mexicana de Futbol que vuelve a ser vulnerada en credibilidad en un tema donde la verdad no aparece y la especulación se impone y finalmente, pierde también el aficionado, que se ve privado de ver en “su equipo”, el equipo que representa los intereses deportivos y comerciales de su futbol, a una figura de tamaños legendarios. Nadie gana aquí, ni siquiera la verdad, una verdad atormentada y desolada que quizá nunca conoceremos...

SAN DIEGO, California.- Típico del futbol mexicano: Justo cuando se asegura que no hay un futbolista vetado, ese futbolista, téngalo por seguro, está vetado...

Getty ImagesEl veto del Chicharito de la Selección Mexicana está más que confirmado.

En la historia de nuestro futbol, seguramente, han existido muchos casos parecidos. El tema aquí es que no se trata de un futbolista cualquiera. No es, evidentemente, uno más. Se trata de uno que ha conducido su nombre, sus obras, su futbol y sus estadísticas hasta alcanzar niveles propios de una leyenda. Javier “El Chicharito” Hernández lo dijo el día en que fue presentado para su club actual: “Soy una leyenda”. Un futbolista con más de 130 goles en ligas europeas, que pisó terrenos de la clase más privilegiada que pueda existir en el futbol mundial y que es, además, el jugador con más goles en la historia de las selecciones mexicanas, está vetado, está prohibido para ser llamado al equipo que representa los intereses futbolísticos y comerciales del futbol de México.

Y todo podría seguir siendo un problema de “transparencia” o de proteger intereses. La verdad, total y contundente, no la sabemos. Especular es fácil, y es, también, una forma de lastimar sin tener la certeza de lo que realmente se está diciendo. No pienso caer en ese “juego” al que amablemente nos han invitado tanto Yon de Luisa como Gerardo Martino y hasta el propio Javier Hernández.

Sin necesidad de especular, pongamos sobre la mesa lo que sabemos: El presidente de la FMF establece, en una entrevista con Miguel Gurwitz, de Telemundo, que el futbolista habría antepuesto intereses personales sobre los colectivos. El entrenador de la selección mexicana dice que la decisión fue suya y ya antes había dejado en claro que se trataba de una medida que obedece sólo a temas deportivos. Y el principal implicado y también afectado, el propio futbolista, finge cierta demencia y dice no saber nada del tema. La realidad es que Javier Hernández, por una u otra razón que, quizá, algún día conoceremos, está vetado de la selección mexicana y que no va a regresar mientras la actual administración, la de De Luisa por encima de la de Martino, se mantengan en el poder.

¿Quién pierde? Pierden todos. El futbolista que no podrá culminar una maravillosa carrera con la Selección Mexicana en el Mundial de Qatar 2022. La selección, que no contará con un jugador probado en los máximos niveles del juego. Y la Federación, con un nuevo antecedente lamentable de poca transparencia y claridad en temas que se mezclan con intereses deportivos y comerciales. Y finalmente, también pierden los aficionados, que verán como uno de los grandes y legendarios del futbol mexicano no está disponible, por una u otra razón, para jugar por la selección nacional. Aquí, indudablemente, pierden todos, incluyendo a la verdad, que ha vuelto a ser atormentada y desolada en el futbol mexicano...

@Faitelson_ESPN

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Viñeta Rafa Ramos

LOS ÁNGELES.-  Yon de Luisa y Gerardo Martino oficiaron de sepultureros. Ya ambos administraron los Santos Óleos, oficialmente, a la carrera de Javier Hernández dentro de la selección mexicana.

Queda claro: Chicharito podrá ser campeón de goleo en la MLS, imponer marcas, arrastrar multitudes, vender camisetas, conseguir que su estrella sea instalada en el Paseo de la Fama de Hollywood, pero, jamás, jamás, regresará al Tri, mientras De Luisa y el 'Tata' tengan el control.

Así, hay más lápidas que altares en el futuro de Javier Hernández dentro del futbol mexicano. Más hienas que misioneros, en su futuro selvático dentro del Tri y de la Liga Mx. Porque, incluso, Chivas ha sido invitado a pensar dos, tres o más veces, antes de “repatriarlo” al Rebaño.

Yon de Luisa, en declaraciones a Telemundo, ajustició públicamente a Chicharito. Pero, “no está vetado”, agregó el presidente de la FMF, con una sonrisa misteriosa, casi torva, en las comisuras de su boca. “No veto a nadie”, dijo, para dejar en claro que puede vetar a quien sea.

Entendamos algo: el veto oculto, silencioso, insidioso, siniestro, es el más poderoso. El veto público empieza a dejar de ser veto cuando se hace público.

“Es importante que en nuestros empleos exijamos, siempre y cuando lo hagamos de las formas adecuadas y pensando en el bien del grupo. Si dos, tres o cuatro jugadores quieren exigir algo bueno para el equipo es bienvenida esa exigencia. La parte en la que no estamos de acuerdo es cuando existen exigencias individuales y ponen los intereses personales por encima del grupo”, dijo De Luisa a Telemundo.

Gerardo Martino, después, en conferencia de prensa, hizo su parte. Yon de Luisa ya había clavado las alcayatas en el ataúd de Javier Hernández. El 'Tata' arrojó la tierra encima, y escupió sobre ella, para que apisonara mejor. “No convocarlo (para el amistoso ante Ecuador), es decisión del entrenador”, dijo en tono mesiánico, hablando de él mismo en tercera persona.

chicharito tata martino seleccion mexicana problemas
GettyImagesJavier Hernández es uno de los jugadores que por diferencias con el técnico de la Selección Mexicana, no ha sido considerado para el Tricolor.

En pleno Mundial de 2018 en Rusia, se había advertido en este espacio, y en Raza Deportiva de ESPN, el caos que se había generado dentro de la selección mexicana tras la victoria sobre la peor Alemania de la historia.

Un grupo de jugadores quiso abusar de ese momento de gloria. Javier Hernández lo encabezaba. Era correcto lo que pedía, sin duda, pero, era incorrecto el momento para pedirlo. Otro grupo de jugadores coincidía con los dirigentes: “hablemos después del Mundial”.

En julio de 2018, revelábamos que Chicharito exigía menos secuestros por parte de la FMF. Esos tiempos muertos, aburridos, en los que debían atender a patrocinadores, a promocionales, a socios comerciales y televisivos, debían reducirse.

Por otro lado, el grupo inconforme exigía que los jugadores recibieran una comisión justa por ser los maniquíes, los rostros subastables, casi prostituibles, de la selección mexicana.

Todo correcto, todo justo, menos el momento. Una victoria sobre Suecia y México eludiría a Brasil y podría acercarse al quinto partido. Pero, la trinchera estaba hecha pedazos.

Aquello le fue perdonado a Javier Hernández. Gerardo Martino rompió una lanza por Chicharito. Le hizo saber de su importancia en el nuevo andar del Tri. Debía ser la piedra angular del nuevo proyecto.

Javier dijo sí, pero mintió. El pasaje del brunch en Nueva York, con desenlace en San Antonio, y unas damas de compañía de por medio (la mexicana Keyla Caputo y la argentina María del Mar Molar), arruinó, traicionó la alianza Tata-Chicharito. El técnico decidió olvidarse desde entonces del hoy delantero del Galaxy.

Mientras que otros asistentes al caligulesco brunch, como Guillermo Ochoa, Héctor Moreno, Miguel Layún y Marco Fabián, hablaron con Gerardo Martino y ofrecieron explicaciones y disculpas, Chicharito no se inmutó. Creyó gozar de inmunidad e impunidad.

Cuando fue despedido el encargado de logística de la selección mexicana, Andrés Mateos, por sus labores de alcahuete con las señoritas invitadas al tour de la lascivia del Tri, Javier Hernández guardó silencio, a pesar de las súplicas de su gestor para que intercediera por él.

Quede clara la ecuación: Javier Hernández se equivocó y las consecuencias han sido más represalias que castigos. La orden es de Yon de Luisa, y se la enjareta, dócilmente, Gerardo Martino.

Lo cierto, es que, finalmente, tras meses de escurrir el bulto, y tras meses de medias verdades que equivalen a medias mentiras, y en la antesala de este pobreteado e indeseable partido amistoso contra Ecuador, han despojado de los últimos harapos de duda, a la gran verdad: Javier Hernández podrá tener una manifestación excelsa como futbolista, pero, al Tri, no regresa.

Cuando ocurrió la lesión de Raúl Jiménez, la FMF aceleró los trámites de naturalización de Rogelio Funes Mori, a pesar de que la pandemia, había frenado todos los procesos pendientes en el gobierno mexicano. Pero, Yon de Luisa entiende que el poder, si no se ejerce, se desperdicia, y que dispone de poderosas ganzúas para reventar cualquier candado.

Ya desde entonces, se haría lo que fuera necesario, para evitar la presencia de Javier Hernández en la selección mexicana, empezando por Copa Oro y Juegos Olímpicos, especialmente porque con el Galaxy había encontrado una racha goleadora.

En su mejor momento en la MLS, al ver cómo se levantó un muro siniestro ante sus pretensiones, Chicharito se lesiona, y no producto de un esfuerzo futbolero o un mal golpe, sino esa nueva epidemia en el deporte, que los médicos llaman “estrés traumático”. Eso facilitó su marginación inmediata, al menos ante de manera mediática.

Tal vez, al final, la única rentabilidad de este amistoso desechable ante Ecuador, sea que cayeron las máscaras de Yon de Luisa y de Gerardo Martino. No más caretas: mientras ellos administren la damisela en alquiler del futbol mexicano, la selección nacional, Javier Hernández vivirá, simultáneamente, en el limbo y en el purgatorio.

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LOS ÁNGELES -- Al arranque de 2021 era uno de los planteles menos cotizados y menos cotizables del futbol mexicano. Aquello de “Millonetas” quedó en anécdota. Y sin embargo, el América es líder absoluto del Torneo Apertura 2021, y es el único clasificado directo a la Liguilla.

América es el equipo “pobretón” que enriquece a la Liga Mx. Un plantel armado a retazos, como traje de indigente. Pero, al final, se reporta al baile de la Fiesta Grande, de frac. La percha, ayuda.

Es irrefutable, hoy el plantel de El Nido tiene más valor que precio en su hábitat de la Liga Mx. Al arranque de 2021, su nómina de jugadores estaba en cotizaciones, debajo de Monterrey, Tigres, Cruz Azul, Chivas y León. Diez meses después, insisto, los otros cinco tienen mayor precio, pero América tiene más valor.

Las páginas especializadas en salarios de jugadores y valor del futbolista, además de los medios en México con cobertura cercana a Coapa, coinciden poco en sus cifras. Sólo hay unanimidad en torno a los 4 millones de dólares que por año recibe Guillermo Ochoa.

El resto, oscila dramáticamente. Bruno Valdez y Roger Martínez aparecen entre los dos y tres millones de dólares por año. Con Pedro Aquino y Emanuel Aguilera cerca de ellos, pero el resto, cobra muy por debajo de esas cantidades.

Las cifras que pueden indagarse en portales como, por ejemplo, Salary Sports, Sports Intelligence y Statista, oscilan de manera dramática, y es más complicado aún cuando se sabe que se consigna una cantidad en el contrato registrado ante la Federación Mexicana de Futbol, otra más ante el equipo, otra diferente ante el contador del jugador, y aún otra distinta ante las autoridades hacendarias.

El contraste entre un equipo de poco estruendo financiero, pero de sólido impacto deportivo, marca esta época del América, especialmente cuando hubo años, con nóminas imponentes, de jugadores envidiables, capaces de seducir a cualquiera.

En América se armaron trabucos, como el de Leo Beenhakker, o equipos con el Piojo López, Iván Zamorano, Cuauhtémoc Blanco, Pável Pardo, y después se agregarían Salvador Cabañas, Chucho Benítez, Aquivaldo Mosquera, sin desmerecer ante planteles como en la época de Alfredo Tena, Javier Aguirre, Enrique Borja, Alberto de la Torre, Carlos Reinoso, Roberto Hodge, Pata Bendita Castro o Héctor Miguel Zelada.

Recientemente, América colocó en Europa a Raúl Jiménez, Edson Álvarez y Diego Lainez, y a los argentinos Guido Rodríguez y Agustín Marchesín, pero en la actual plantilla no hay futbolistas de ese nivel. El más cercano en proyección es Sebastián Córdova.

Al arquitecto en turno, le dieron barro en lugar de arcilla, para construir un imperio. Santiago ‘El Indiecito’ Solari heredó las ruinas tras la abrupta salida de Miguel Herrera. En su primer atisbo al plantel, la reflexión del entrenador argentino debió ser de desconsuelo.

Para su fortuna, el ‘Piojo’ Herrera había adelantado las llegadas de Pedro Aquino y Mauro Lainez, pero ‘El Indiecito’ sólo pudo sumar de inmediato a Álvaro Fidalgo, llegando de la banca de la Segunda División de España.

Y era un equipo que se había desplomado en la anémica bolsa de valores del futbol mexicano. Roger Martínez estaba en rebeldía; Renato Ibarra era carne envenenada; Nico Benedetti seguía en su año sabático por lesiones; Nico Castillo estaba desahuciado, y Andrés Ibargüen era una moneda al aire.

Además, Federico Viñas entró en una baja de juego, y el otro llegado del Real Madrid, el paraguayo Sergio Díaz, terminó como agente libre, sin equipo, y en espera de una oportunidad en 2022, sin recuperarse mentalmente de la lesión de ligamentos cruzados que sufrió en Deportivo Lugo a los 19 años. ¿Leo Suárez? Entre lesiones e inconsistencias. Sólo Richard Sánchez aparecía como caballito de batalla fijo.

Paul Aguilar dejaba un hueco en defensa por derecha, mientras Henry Martín apenas había logrado consolidarse con Miguel Herrera en el cierre de 2020, pero volvió a los altibajos. Jorge Sánchez sigue siendo una incógnita. Bruno Valdez y Emanuel Aguilera, entre lesiones y tardes magras, ya empezaban a despertar inquietudes.

Como puede verse, un plantel poco apetitoso, además denigrado por sus propios jugadores, cuando apareció un video en mayo --ya con un semestre de gestión de Solari--, digno de un sitio para adultos, en el que saltan como protagonistas Nico Benedetti y Roger Martínez, y como testigos ociosos, Richard Sánchez y Leo Suárez.

¿Quién podría querer para el Clausura 2021 o para este Apertura 2021, a semejante caterva de jugadores sin un aparente futuro?

Queda claro, el América “pobretón” enriquece la Liga Mx. Y tal vez sea una de las versiones más “pobretonas” en calidad, renombre y poder mediático en la historia del equipo.

Para este torneo, llegaron como refuerzos, jugadores que crisparon los nervios de su afición. Ansiosa de una bomba mediática, se indigna con los arribos de Miguel Layún, Salvador Reyes, Fernando Madrigal y Mario Osuna. Y todos llegan como le gusta a la nueva política financiera de El Nido: tres pesos más baratos que gratis.

Sin embargo, Layún ha tomado un segundo aire, especialmente en recientes juegos, mientras Salvador Reyes, en su posición natural, como lateral por izquierda, es el mejor de la Liga Mx. Madrigal y Osuna no desentonan, por el armado y la estrategia del equipo: muy compacto, de mucha marca, poco desgaste, con solidez funcional, a pesar de que en el fondo, por el centro, a veces las goteras se convierten en desagües.

Solari no se equivocó al elegir la forma de juego del América, cierto, aburrida, hosca, sosa, casi repugnante, cuando se busca espectáculo. Pero, el equipo fue sublíder en su primer año, y sólo quedó debajo de Cruz Azul, por la generosidad de su dueño, Emilio Azcárraga Jean, al donarle tres puntos a su más atento servidor, Alejandro Irarragorri, y su equipo, el Atlas.

Este Apertura 2021 ha tomado el control del torneo. Sólo el Toluca lo zarandeó brutalmente con un 3-1 que debió haber sido más escandaloso. Suma diez victorias, cuatro empates, y es junto con el Atlas, la defensa menos goleada del torneo.

Sin duda, Santiago Solari ha rebasado a Miguel Herrera al conseguir rendimiento de estos jugadores. Prueba de ello es que ha sacado agua de una piedra, como el desahuciadísimo Roger Martínez, aunque sin la consistencia querida, pero ha regresado hasta a la selección de Colombia. Benedetti, al menos, ya no se lesiona después del minuto de juego, aunque el técnico todavía sufre para rescatar a Federico Viñas y a Henry Martín, quien está lejos del nivel mostrado en el Apertura 2020, cuando finalmente había convencido a Miguel Herrera.

Evidentemente, con el rendimiento del equipo, los jugadores se han revaluado. Ochoa sigue siendo confiable; Layún busca cumplir su promesa de volver a la selección; Reyes ya hasta está alebrestando la miopía de Gerardo Martino; Sánchez, Aquino y Fidalgo pueden ser la mejor media cancha de México, y todos ellos pasaron de transferencias de medio pelo, a cotizaciones elevadas. Vaya, hasta Sebastián Cáceres está bajo la mira de Uruguay, un país, donde ese tipo de jugadores se dan hasta en lotes baldíos.

Sí, uno de los planteles más pobretones en la historia del América, enriquece la Liga Mx, se adueña de la punta, y es el primero en llegar a la Fiesta Grande de la Liguilla.

Y este escenario, marca también, y tan bien, que hay forma de armar equipo competitivos –aunque atentatorios contra el espectáculo--, sin necesidad de despilfarros demenciales. Prueba de ello, Chivas, que sólo utilizó a uno (Canelo Angulo) de sus famélicos refuerzos rimbombantes como titular en el milagroso empate ante Cruz Azul.

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