El cordobés no se conforma

Nalbandián se mostró convencido de que "mañana, todo puede pasar" contra el australiano Lleyton Hewitt en Wimbledon

LONDRES -- David Nalbandián, el primer argentino que llega a la final de un Grand Slam después de Guillermo Vilas, tras eliminar al belga Xavier Malisse, se mostró convencido de que "mañana, todo puede pasar" contra el favorito y número uno mundial, el australiano Lleyton Hewitt en Wimbledon.

Nalbandián se confesó "incapaz" de describir lo que sentía "por dentro" al intentar expresar lo que significaba para él estar en la final de este grande, en su primera intervención. "Para mí esto es realmente muy importante, lo mejor que me pasó en mi vida hasta ahora", admitió, todavía sin dar crédito.

Tal fue su emoción, que el cordobés afirmó que es "difícil" expresar lo que experimentó minutos después de lograr la victoria por 7-6, 6-4, 1-6, 2-6 y 6-2 contra Malisse, aunque sí exclamó que sintió "una alegría enorme".

Aunque visiblemente abrumado, todavía, David desveló que aún no había asimilado "todo" lo que le estaba ocurriendo. "Todavía no caigo en donde estoy. Para mí es sumamente importante y espero que también lo sea para todo el tenis argentino. La sensación por dentro es inmensa.....y esperemos que esto no sea lo último", dijo.

David reveló que antes de su cita contra el belga se sintió "sumamente nervioso". "No pude desayunar, no pude almorzar, no pude hablar...estaba bloqueado", dijo, aunque el partido. "Al estar concentrado, no me vinieron esos fantasmas a la cabeza", afirmó.

El pase a la final del torneo constituye, según el jugador, "un avance" para el tenis sudamericano. "Toda sudamérica tiene un gran tenis, gran potencial", subrayó Nalbandián, aunque "muchos no pueden llegar, por situaciones económicas, pero en Argentina y en el resto hubo muchos talentos que no se pudieron aprovechar", anotó.

La clave de la buena trayectoria del de Córdoba, se ha basado simplemente en "haber jugado bien". "He estado jugando muy bien, muy parejo de los dos lados", manifestó. "No cometo grandes errores ni tengo grandes virtudes, estoy compitiendo muy bien", agregó David, que prefiere pensar que en el duelo contra el de Adelaida "puede ocurrir cualquier cosa".

Si Vilas decía que "la hierba era para las vacas", Nalbandián no se mostró del todo de acuerdo y afirmó que el problema a la hora de adaptarse a la superficie de Wimbledon es que los jugadores "no están acostumbrados a competir en todo tipo de superficies". "Para nosotros (los argentinos) es difícil jugar en césped, porque hay pocos torneos, pero con adaptación...", explicó.

No obstante, el jugador sí reconoció que la hierba "es muy difícil, donde además tienes muchos dolores de músculos porque las pistas son diferentes, hay lesiones....es muy distinto".

Aunque prefirió no planear, todavía, cómo encarará el gran partido de mañana, David sí sabe que jugará de fondo. "Hewitt será parecido a cómo juega Malisse", comentó, aunque concedió que el australiano "es el número uno, muy consistente y durísimo".

Nalbandián dio por hecho que las gradas "estarán con él (Hewitt)", pero aclaró que "uno dentro de la cancha, tiene que estar concentrado" y sin perder el ánimo, con optimismo, reiteró que "en una final, todo puede pasar".

-EFE

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sábado, 06 de julio
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