Tras dos victorias para el equipo de Michael Chandler, el tercer episodio arranca con un Conor McGregor enfocado en cambiar la situación junto a su equipo de entrenadores.
Aason McKenzie es el elegido del irlandés para la segunda pelea en el peso ligero y tiene una charla motivacional con él. Del otro lado, Austin Hubbard cuenta su historia, el veterano que busca regresar al UFC y nos muestra cómo tiene que trabajar en restauración de casas junto a su esposa para mantenerse. Esta palea es para él una “oportunidad de redención”.
Chandler de nuevo está atento al plan de juego de su peleador, y McGregor recibe una visita especial, un niño que diseña figura de acción y el ex campeón de las 145 y 155 libras del UFC quedó sorprendido con el realismo de la pieza.
El creador estaba perplejo solo por conocer a Conor, pero su cara se iluminó cuando recibió un fajo de billetes de 100 dólares a cambio de las figuras.
En el pesaje Hubbard llega en 156 libras y McKenzie 155.5 libras y el combate se llevaría a cabo sin problemas.
Ya dentro de la jaula, McKenzie comenzó a seguir las indicaciones de McGregor, con buen golpeo y haciendo daño con la mano derecha. Hubbard respondió con patadas y puños al cuerpo y antes de que terminara el primer round lo mandó a la lona para continuar con codos y golpes a nivel de lona. McKenzie sobrevivió milagrosamente.
El segundo round arranca en condiciones similares, McKenzie tira con mucho poder, pero Hubbard responde con precisión y defiende efectivamente los intentos de derribo, las opciones se van reduciendo para el prospecto que volvió a la posición inferior ante el castigo de Hubbard.
Se terminó el segundo round ante la cara de frustración de McGregor, sabían que no había manera de ganar en las tarjetas. Hubbard avanza a semifinales del peso ligero y pone el marcador 3-0.
La próxima semana volvemos al peso gallo con la pelea que debió suceder en el episodio dos, Trevor Wells por el equipo McGregor y Timur Valiev por el equipo Chandler.
Se acerca una polémica por el peso y una visita estelar con Stephen Thompson.