Leandro García Morales conversó en exclusiva con ESPN y repasó los hechos más importantes de su trayectoria, donde destacó que el esfuerzo ha sido más importante que el talento y recordó su viaje siendo adolescente a Estados Unidos, donde reafirmó su amistad con Martin Osimiani, con quien llegó a vender hamburguesas en partidos de béisbol o fútbol americano.
Habiendo jugado en Italia, México, Venezuela, Puerto Rico y Argentina, el jugador de Aguada recordó al Biguá del ‘Che’ García, comentó cómo se relaciona con los juveniles (entre ellos Agustín Ubal), qué consejos les da, qué le dejó su paso por el básquetbol de Irán y qué piensa hacer en su futuro.
LA EXPERIENCIA EN ESTADOS UNIDOS: BARRIO LATINO Y VENTA DE HAMBURGUESAS CON OSIMANI
“Fue una oportunidad que me cambió la vida, no te podría decir qué sería de mí si no hubiera ido, me dio muchísimas herramientas para el basquetbol y para el resto de mi vida, me permitió volver a Uruguay con herramientas nuevas que todavía acá no habían y por ahí poder sacar un poco de ventaja en el medio”.
“Yo viví un tiempo en un barrio latino, después todos los extranjeros nos mudamos a otros lugares bastante marginales, fue otra experiencia de vida increíble, eso fue en la etapa liceal, luego fui a la Universidad y entonces viví un poco los dos mundos: el liceo donde había que sobrevivir la situación y luego una universidad de primer nivel, viajando en avión privado, pasando a vivir una vida de lujos si se quiere; tener esas experiencias a los 19, 20 o 22 años te marcan la vida”.
“Con el ‘Oso’ (Martín Osimani) ya éramos amigos en Uruguay cuando jugábamos juntos en formativas, terminando el año en Estados Unidos me preguntan a mí si no habría nadie en Uruguay para venir que tuviera mis características; le comenté al Oso y él se quiso venir, jugamos juntos el siguiente año y de ahí en adelante quedamos prácticamente como hermanos”.
“En la etapa liceal teníamos que buscar la manera de conseguir algún peso para movernos porque si no al final era todo el día estar en la casa que estaba atrás del colegio, y luego liceo y volver, no podíamos ni dar una vuelta; entonces el entrenador nos dio una mano bárbara y pudimos ir a cortar pasto a la casa de alguien, en partidos del fútbol americano vendíamos cerveza o hamburguesas o también recorríamos los supermercados grandes recolectando latas, nos rebuscábamos”.
LAS OFERTAS ELEGIDAS Y LAS QUE NO SE PUDIERON CONCRETAR
“Siempre traté de jugar en el nivel más alto porque fui un apasionado de lo que hago y siempre me gustó explorar los límites y después de salir del básquet universitario estuve en Europa el tiempo que tuve y luego por temas personales me fui volviendo a Uruguay, quedándome cada vez más en Uruguay”.
“Lamentablemente le he tenido que decir que no a un montón de ofertas, por ejemplo me hubiera encantado jugar en Argentina y Brasil hace algunos años, me hubiera encantado jugar para entendedores grandes pero detalles terminaron definiendo para un lado o para otro como la necesidad de estar cerca de casa”.
“Me hubiera gustado muchísimo jugar para San Lorenzo y para Julio Lamas, simplemente por una cuestión de días no se dio la posibilidad, yo estaba todavía con contrato en Hebraica y quedamos que terminada la Liga de Uruguay me iba para allá, pero por temas de fecha de períodos de pases no pudo darse jugar con Julio, a quien considero uno de los mejores entrenadores del mundo. Lo mismo con Sergio Hernández, el ‘Oveja’ ha intentado varias veces llevarme a Peñarol de Mar del Plata, y pasó lo mismo con equipos grandes de Brasil, como Flamengo”.
LA IMPORTANCIA DEL ENTRENADOR Y EL RECUERDO AL BIGUÁ DEL ‘CHE’ GARCÍA
“El entrenador es fundamental, cuando me voy poniendo más grande me doy cuenta todavía más de la importancia que tiene un líder en todo sentido. Todos sabemos que muchas de las cosas que pasan dentro de los equipos el entrenador se las saca a los jugadores porque obviamente hay jugadores que vienen y te entregan todo porque lo sienten así, pero hay un montón de jugadores que no solo vos le tenés que enseñar y mostrar la manera que querés jugar, sino que además tenés que sacarle el extra a los jugadores. El entrenador el que se encarga de sacarte a vos lo que tenés adentro y de darte la confianza máxima para que puedas dar tu mejor versión”.
“El Biguá del ‘Che’ García es un claro ejemplo. Estuvimos cerca de ganar la Liga de las Américas, cerca de quedar eliminados en cuartos y semis en la liga local donde veníamos arrasando, jugamos tres campeonatos en un año y estábamos cansados, hubo muchísimo mérito en él para mantener al equipo durante momentos difíciles y por algo hizo la carrera que hizo y es el entrenador que es”.
SU RELACIÓN Y SUS CONSEJOS CON LOS JUGADORES JUVENILES
“Por supuesto que soy re contra exigente con los chiquilines y siento que de alguna manera ellos me lo agradecen. Claro que con algunos agarrás más afinidad, algunos quieren que le digas cosas, otros no están interesados, eso se va filtrando naturalmente; a aquellos que juegan porque son jóvenes pero realmente no proyectan ser jugadores de básquetbol en el futuro, por ahí no tiene tanto sentido caerles encima. Y están otros chicos como Luciano Parodi, un chico recontra capaz, que tenía todas las condiciones y además tuvo el mérito de dejarse ayudar, de tratar de hacer las cosas y después meterle horas de trabajo, que es lo que más trato de decir a los chicos, que lo único que te va a sacar adelante son las horas de trabajo”.
“Puede caer bien o no, pero obviamente siempre es tratar de dar para adelante, romper esa barrera, nosotros le damos espacio a los chiquilines para que se integren, no es más que nos tiene que llevar las cosas a nosotros, o tienen que pasar mal un tiempo para que se hagan grandes, no, los chiquilines tienen que venir con nosotros y tienen que laburar con nosotros, y después se tienen que quedar 300 horas más porque si nos quieren sacar nos tienen que sacar jugando, no tienen que esperar que nos retiremos, deben competir con nosotros, romper el techo y seguir para arriba que es lo que corresponde de las generaciones que vienen atrás”.
EL FUTURO PROMETEDOR DE AGUSTÍN UBAL
“Agustín es otro ejemplo: no compartimos equipo pero sí la agencia de representación de Claudio ‘Pata’ Pereira. En su momento él tuvo una lesión y yo había tenido un accidente de tránsito y nos juntamos a trabajar, y luego también entrenamos juntos durante la pandemia. Hicimos un vínculo donde era más de entrenador a jugador que jugador a jugador, realmente trabajamos en su juego no en el mío. Para mí tiene muchísimas condiciones, pero está muy poco estimulado todavía, creo que es parte nuestra (sobre todo de los más grandes de la selección) estimularlo al máximo, sé que en Barcelona lo están haciendo; es un proceso que cuanto antes los chicos lo empiecen hacer mejor”.
“Él tiene 17 años y ya debutó con la selección, tiene contrato en Barcelona, esas cosas también te pueden marear bastante; hay que mostrarle ética de trabajo, mostrarle lo difícil que es llegar al primer nivel, él se está dando cuenta y me parece que va por buen camino, son chicos que de acá a dos o tres años no sé cómo pueda surgir pero realmente tiene todas las condiciones incluyendo la limitante física que tiene el básquet que es la altura, Agustín es un chico de dos metros que juega de base, así que tiene todas las condiciones para hacer una carrera excelente”.
LA IMPORTANCIA DEL ESFUERZO POR SOBRE EL TALENTO
“No es fácil ser un jugador de básquet midiendo menos de 1,90 y siendo blanco, y jugar por todo el mundo; no me considero una persona muy talentosa como jugador pero sí considero que tener constancia y dedicación también es un talento porque no todo el mundo lo hace, no todos son tan rigurosos con algunas cosas, y por ahí eso le gana al talento. En mi caso ha sido más por la constancia y el trabajo que por talento”.
“Con talento ganás algún partido, algún campeonato, pero si toda tu carrera la querés hacer a talento se te corta temprano. Yo me he privado de muchas cosas en mi carrera, eso tiene su costo y de eso también me gusta hablar con los chiquilines. Muchas cosas que no hice de chico hacerlas de grande queda ridículo, ahora no puedo hacer cosas que tendría que haber hecho a los veinte años, pero bueno, es así, uno elige el camino y trata de recorrerlo, y yo he recorrido mi camino”.
LA EXPERIENCIA EN EL BÁSQUETBOL DE IRÁN
“En Irán fue más experiencia de vida que otra cosa, el básquet es igual en todos lados. Es una cultura totalmente diferente, no es fácil. He tenido la suerte de tener uno de los mejores agentes que hay en Latinoamérica, y pude ir a un equipo grandísimo de Irán, conocer otra cultura fue algo importantísimo, me adapté bien, me permitió ver cómo funcionan otros lugares. El mundo básquet sigue siendo el mismo pero haber compartido el tiempo allá estuvo bueno, y también me suma poder jugar en cuatro continentes y competir al nivel más alto en Europa, en Asia, en América del Norte y en América del Sur, ni hablar los años que he tenido la suerte de defender la selección que me ha ayudado a viajar también porque eso es invalorable, viajar te abre al mundo”.
¿ES POSIBLE REPLICAR EN EL BÁSQUET URUGUAYO UN PROCESO SIMILAR AL DEL MAESTRO TABÁREZ EN EL FÚTBOL?
“Si digo que sí es más una expresión de deseo que una realidad hoy en día, el fútbol es un negocio viable, el básquet no es un negocio es un gasto de un grupo de gente, entonces si se consiguiera de alguna manera algún tipo de apoyo económico para llevar a cabo algo similar a lo que se hace en el Complejo se podría hacer porque creo que hay posibilidades tanto de entrenadores, jugadores y preparadores”.
“La gran limitante en los deportes menores en Uruguay es la falta de poder económico que el fútbol no tiene, a partir de ahí podemos hablar e imaginar cualquier escenario pero no sería real, sería un sueño poder armar o dejar armado algo parecido en nivel de selecciones de básquet para ir viendo el proyecto crecer como lo hemos visto en las selecciones de fútbol”.
EL FUTURO DESPUÉS DE SU CARRERA COMO BASQUETBOLISTA
“Cuando deje de jugar voy a viajar y disfrutar de la vida un tiempito, no sé cuánto, y después la idea es ser entrenador, estoy terminando el primer año de curso de entrenador que estoy haciendo en España, pero falta bastante, todavía estoy en la etapa de formación pero lo que sí sé es cuando me retire quiero tener un tiempo para mí para relajarme un poco y para viajar también que lo tengo pendiente”.