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Carlos Gómez: 'A veces te tratan como si salieras de una jungla'

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Gómez: 'Mi corazón está agradecido con Estados Unidos' (2:34)

El pelotero dominicano Carlos Gómez, conversa y reacciona sobre las vivencias de los beisbolistas latinos en Estados Unidos y de su experiencia en dicho país. (2:34)

Como parte del proyecto de Béisbol Experience, estaremos publicando varias entrevistas a la semana. Las podrán encontrar todas en espndeportes.espn.com/beisbol/beisbolexperience/.

Esta entrevista puedes encontrarla en inglés aquí.

En noviembre de 1963, Felipe Alou unió fuerzas con el periodista y biógrafo Arnold Hano para escribir un artículo en Sport Magazine titulado en inglés: Latin-American Ballplayers Need a Bill of Rights (Los peloteros latinoamericanos necesitan una declaración de derechos).

En el artículo, Alou describe en detalle el deplorable trato a los peloteros latinos en los años sesenta. Y aunque varias de las dificultades señaladas por Alou, como prohibirle sentarse a comer en un restaurante junto al Salón de la Fama Orlando Cepeda debido al color de su piel, ya no son frecuentes en nuestra sociedad, muchas otras aún son relevantes para los peloteros de Grandes Ligas hoy en día.

Al final de la temporada de 1963, sólo 18 jugadores nacidos en la República Dominicana habían jugado al menos un partido en Grandes Ligas. Al final de la temporada pasada, cerca de 700 peloteros dominicanos habían jugado en las ligas mayores. Un total de 93 peloteros dominicanos fueron parte los planteles de Grandes Ligas el Día Inaugural de la presente campaña 2017.

Uno de esos 93 peloteros, el jardinero de los Rangers de Texas Carlos Gómez, ofreció su punto de vista sobre algunos de los temas más significativos abordados por Alou y destacó que para muchos peloteros latinos sigue siendo un reto jugar al béisbol y vivir en los Estados Unidos, en particular lidiar con los medios de comunicación al no tener dominio del inglés.

FELIPE ALOU EN 1963: Los latinos necesitan tener a un portavoz para defenderlos. Necesitamos a alguien que nos represente, que sepa lo que pasa en los países latinoamericanos. No tiene que ser latino. No tiene que hablar español. Pero sí tiene que ver las condiciones de nuestros países, frente a frente. Tiene que entender las condiciones económica, la pobreza.

CARLOS GÓMEZ EN 2017: No (necesitamos) solamente (un portavoz), sino es nuestra comunidad completa que debe hacerlo. Nosotros venimos aquí para que los compañeros de nosotros, para que este deporte y esta ventana que se abrió a nosotros, ellos nos miren con más respeto a nosotros. Y lo han ido haciendo, pero todavía hay como ese vacío de que si nosotros no nos unimos y hablamos, siempre va a estar ahí. No es cuestión de racismo por decirlo así, sino que esa es la manera que ellos iniciaron este juego. Los peloteros americanos vienen de colegio, vienen de universidades, nosotros venimos muchas veces hasta sin estudiar. Entonces somos marginados por eso porque muchos de nosotros cometemos errores cuando no tenemos la educación académica que nosotros necesitamos.

ALOU: Los latinos son diferentes de los estadounidenses en muchos aspectos. Nosotros hablamos español; ustedes hablan inglés. A algunos peloteros latinos se les hace difícil aprender inglés. A mí fue terrible y todavía lo hablo mal. A algunos latinos se les hace tan difícil que simplemente se dan por vencidos y hablan sólo en español. Eso crea una barrera.

Tal vez hay algunos Gigantes de San Francisco a quienes no les gusta cuando nosotros nos reunimos y hablamos en español. No saben lo que está pasando y piensan que estamos hablando de ellos. Bueno, cuando los jugadores americanos van a mi país o a Venezuela o a Puerto Rico, la mayoría de ellos no se preocupan por aprender español y muchos latinos se preguntan de qué están hablando. Funciona de ambos lados, y me alegra que muchos de mis compañeros de equipo en los Gigantes de San Francisco hayan intentado aprender un poco de español, así como yo he aprendido un poco de inglés; nos ayuda a todos.

CARLOS GÓMEZ EN 2017: Muchas personas tratan de hablar tu idioma para que uno se sienta más cómodo, y eso es algo que uno aprecia y lo toma de corazón. Entonces uno pone más empeño en aprender el idioma para poder comunicarse mejor. Tú aprendes con ellos y ellos aprenden contigo. Creo que la mayoría de los peloteros americanos que viajan a países latinoamericanos a jugar pelota de invierno viven lo que estamos viviendo. Cuando regresan aquí a los Estados lo aprecian y te tratan mejor.

A veces es difícil para nosotros (aprender a hablar inglés), especialmente como cuando vienes aquí de 16, 17 años. Uno sólo sabe cómo tirar la bola, cómo correr y cómo batear. Es frustrante (cuando alguien se burla de tu inglés) pero te hace más fuerte. Aprecio cuando los periodistas americanos vienen a mí y tratan de hablar español. Tengo mucho más respeto por la gente que trata de hacer eso. Pero un tipo viene a juzgarme (me digo), 'Oye, ¿cómo es que me estás criticando cuando yo no tuve ninguna otra opción?'

El año pasado fue algo que sí me marcó. Cuando ese periodista escribió lo que escribió fue algo como burla. Eso lo pensó, lo analizó y lo hizo. Yo solamente fui a la escuela por nueve años y me siento orgulloso de decirlo porque tengo la educación necesaria, no académicamente, pero aprendí con la vida; aprendí con mis padres. No fue algo que quise dejar, sino que tuve que dejar. Sin tener la calidad académica que muchos de los peloteros ahora mismo tienen, me he mantenido bien en esta carrera durante tanto tiempo.

ALOU: En la República Dominicana, si pierdes un partido, sigue siendo un juego, y después se ríe, se canta, silbamos en el camerino. Creo que un hombre no debe ser juzgado por lo que hace en el camerino sino en el terreno de juego.

Creo que es tonto y peligroso etiquetar a cualquier pueblo o a cualquier nación o a cualquier raza como que tiene más o menos valor, o más o menos deseo de destacarse que cualquier otro grupo. Espero que esa etiqueta no esté basada en la discriminación. Creo que es sólo un malentendido. Pero incluso si se trata de un malentendido, ya es hora de que alguien explique la naturaleza de los latinos de una manera que no insulte a los latinos.

GÓMEZ: Es Estados Unidos y aquí se aprende a jugar al béisbol de una manera diferente a la de nosotros. Nosotros aprendemos a jugar un juego. No lo aprendemos como si fuera un trabajo. No, no, yo me lo voy a disfrutar y voy a hacer lo que me gusta. Así es como jugamos en la República Dominicana, como jugamos en Venezuela, en cualquier parte de Latinoamérica. Cuando venimos aquí tenemos que ajustarnos a la forma en que se juega al béisbol, algo que no creo que sea justo porque el béisbol tiene que ser el mismo para todos y la forma en que jugamos en la República Dominicana no es para faltarle el respeto a nadie. La forma en que juego a mucha gente no le gusta, pero al final del día cuando me voy a mi casa a dormir me pregunto '¿Por qué se enojan? No es lo que quise hacer. Quiero que a todo el mundo le vaya bien; quiero que todo el mundo juegue duro, porque así podemos tener un buen show para los fans. Es la pasión, el amor que sentimos por el juego.

Todo el americano que tiene la oportunidad de ir a jugar en nuestro país se da cuenta cómo nosotros jugamos pelota y lo valoran. Nosotros somos guerreros. Si me ganaste, me ponchaste, ¡celebra, tú ganaste! Yo sí creo que es una falta de respeto del bateador hacia un pitcher si el bateador le conecta un jonrón y se queda mirando al pitcher. ¿Pero por qué un pitcher se tiene que sentir ofendido si yo doy un jonrón y miro la pelota? Yo estoy mirando la pelota que me dio tanto trabajo de preparación antes y después del juego para yo tener ese resultado. ¿Por qué te vas a sentir mal por eso? Cuando me ponchan yo no miro al pitcher, ni le grito al pitcher. Bajo la cabeza y me voy a mi dugout. Ellos pueden celebrar con todo. Ganaron. Él ganó. Te esforzarte ese día para eso. Pero en ocasiones, los bateadores nosotros tenemos que darle a la pelota, ni verla mucho y correr para primera. ¿Tú sabes lo difícil que es dar hit?

ALOU: La mayoría de los jugadores latinos se sienten como extraños. Jugamos a la pelota en este país, nuestro nombre está en los periódicos americanos y somos reconocidos por muchos americanos, pero aunque estamos en este país, no somos parte de este país.

GÓMEZ: En algunos momentos sí. En algunos momentos uno se siente (como un extraño) porque uno encuentra personas que lo tratan como si uno saliera de la jungla o como que uno salió de un monte que vino abrir los ojos porque llegó a otro país. En ese momento te sientes muchas veces depresivo, pero en esos momentos hay dos caminos para tomar, darle afincamiento a lo que dice esa persona o hacerte más fuerte y tomar el camino que tú sabes que es el correcto.

ALOU: Las personas que lean esto dirán que tengo resentimiento. Eso no es cierto. Me encanta el béisbol, como juego. Empecé a jugar al béisbol porque era divertido. He aprendido mucho, no sólo sobre el béisbol, sino sobre la vida, desde que llegué a este país. Ha sido una aventura; una educación. Tengo muchos amigos maravillosos en este país. He sido víctima de muchos prejuicios, pero también he conocido a mucha gente buena, gente estupenda. Es un país hermoso y maravilloso.

GÓMEZ: Jugar pelota en Estados Unidos es un reto y es un sueño. Es un sueño que cuando llegas aquí, si no vienes con tu mente bien puesta se te puede convertir en una pesadilla, porque tú llegas a un país diferente donde no hablas el idioma, donde todo es diferente para ti -la educación, la disciplina, la comunicación, las leyes. Tienes que hacer un ajuste y empezar desde cero. Si no tienes tu mente bien puesta te puedes desviar fácilmente o dejar todo. Mi papá es mensajero y mamá trabajaba en una factoría, llevando 100 dólares al mes entre los dos. Entonces yo digo, si yo me sacrifico para esto, tengo las habilidades y le saco beneficio a eso, puedo cambiar la generación de los Gómez, los Peña, de mi familia. Pero muchas veces me sentía deprimido. Me sentía con rabia. A veces me sentía afectado psicológicamente porque por más que tengas las agallas (en mi casa) cuando me dolía la cabeza o me dolía la espalda o me dolía cualquier cosa, (mi mamá decía) 'Ay mijo toma este té, toma esta sopa, tómate esto'. Tenía que hacerlo yo. Era una de las cosas que yo muchas veces me iba al hotel, me miraba (en el espejo), lloraba y me limpiaba las lágrimas y me decía, 'No, tú tienes una meta. Así que ya no es tiempo para afligirse, es tiempo para que tú te hagas más fuerte'.

El hecho que yo me sienta de una manera por personas que me han marginado o me han apuntado sin tener razón no quiere dar dicho que yo no tenga agradecimiento por este país. Este país me ha hecho a mí una persona que yo nunca me imaginé ser; igual que mi familia. Me ha dado la oportunidad que yo quizás no hubiese tenido y siempre en mi corazón voy a estar agradecido de Estados Unidos. Pero en mi trabajo pasan esas cosas y si uno no las dice van a seguir pasando y nosotros somos los que estamos ahora mismo siendo el espejo de la nueva generación que viene para que pueda seguir creciendo y que el béisbol vaya cambiando.