Eric Hosmer, primera base de los Reales de Kansas City, es realmente un muy buen jugador de Grandes Ligas. Es rico, talentoso y atractivo, una gran estrella de rock en Kansas City.
Pero, debajo de esa pulida capa existe una sólida ética de trabajo aprendida de su padre, Mike, quien se retiró recientemente como bombero luego de 29 años de servicio, y de su madre, Ileana, quien escapó de Cuba a los 9 años.
“Déjenme hablarles de Eric Hosmer”, indica el gerente general de los Royals, Dayton Moore, sin que se le pidiera hablar de su primera base.
“(Eric) personifica lo que significa ser un Real de Kansas City con su profesionalismo, compromiso, actitud, hábito de trabajo. Las mejores cualidades de cualquier Real desde George Brett”, agrega Moore.
Y mucho de eso viene de sus padres.
¿Qué te enseñó tu papá sobre el valor del trabajo?
Hosmer: Mi papá trabajó turnos de 24 por 48 (24 horas en activo y 48 de descanso), pero cuando mi hermano y yo íbamos a algún torneo, trabajaba tres o cuatro días seguidos, básicamente sin dormir, para poder tener el fin de semana libre e ir al torneo. Él era el coach, asì que varias veces llegaría luego de 48 horas de no dormir y mi hermano y yo le pedíamos que nos lanzara en la práctica de bateo. Éramos niños, no entendíamos que estaba exhausto, pero nunca nos dijo que no. Ni una sola vez.
Así que, cuando nosotros (los Reales) llegamos a Texas a las 4 a.m. luego de jugar de noche y tenemos que jugar otra vez esa noche, pienso en mi papá. No me quejo por estar cansado, porque sé que su trabajo fue mucho mas difícil que el mío.
Piensas mucho en tu papá, ¿verdad?
Hosmer: Veo a (mi compañero) Alex Gordon bien dormido a las 3 a.m. al fondo del avión cuando terminamos una gira de 10 días porque va a llevar a sus hijos a la escuela a la mañana siguiente, mientras yo puedo dormir hasta el mediodía y luego irme al parque. Así que veo ambos lados (de lo que es ser padre).
¿Cuánta admiración le tienes a tu padre?
Hosmer: Mantengo las cosas en perspectiva en mi vida por él. Estoy jugando en Grandes Ligas. Él corría con una o dos horas de sueño y arriesgaba su vida cuando corría a un edificio en llamas. La gente realmente dependía de él. Él salvaba vidas.
¿Qué te enseñó tu mamá sobre la forma de apreciar la vida?
Hosmer: Conforme he crecido, entiendo más sobre lo que tuvo que vivir en Cuba. Cuando éramos niños, no lo entendíamos. No le hacíamos preguntas difíciles y ella no nos contaba sobre lo que vivió cuando tenía nuestra edad.
Pero conforme he tenido la oportunidad de jugar con (cubanos) Kendrys (Morales) y Brayan (Pena), entiendo mejor la adversidad que tuvo que enfrentar, cómo era la vida entonces en La Habana. Pero todos los días, la actitud de mi madre era la misma, fuera un día bueno o malo, ella era feliz al vernos.
¿Qué tan mala fue la experiencia para tu madre?
Hosmer: Ella es la más grande ocho hermanos. Ella y otros miembros de su familia no desertaron. Fueron seleccionados en una lotería para salir de Cuba. Cuando se iba, tenían que documentar todo lo que tenían en su casa antes de irse. Tenía un oso de peluche que le dio a un vecino antes de irse.
Cuando (los oficiales cubanos) llegaron a su casa, querían saber por que faltaba el oso de peluche. Fueron muy duros con ella. Era una niña y la forma en que la trataron fue terrible. Pero nunca sintió lástima por ella.
¿Qué te enseñó su experiencia?
Hosmer: Mi madre aprecia mucho donde está ahora. Por eso trabajo tan duro como puedo, para poder ganar el dinero suficiente para hacerla feliz. Si lo hago, puedo ayudar a toda mi familia. Tengo primos de Cuba que viven aquí (en Estados Unidos) ahora. Tengo primos segundos que viven en Cuba. Puedo ayudar a pagar la universidad de miembros de mi familia; puedo ayudar a que se pague un carro. Veo la felcidad que eso le da a mi mamá. Y eso me hace feliz.
Algún día serás padre. ¿Qué lecciones has aprendido de los tuyos?
Hosmer: Cuando tienes hijos, tu ya no eres prioridad, las prioridades son tus hijos. Por eso me he tomado tanto tiempo (para casarme y tener hijos), porque me he enfocado mucho en mi carrera. Eso es lo más importante para mí por ahora y debe serlo para que pueda ganar suficiente dinero para ayudar a todos.
Pero, cuando tienes hijos, se trata de darles todo lo que quieren y necesitan. Eso lo aprendí de una madre que, cada día que llegábamos a casa de la escuela, actuaba como si fuera el mejor día de su vida.