Ante Athletic, el inglés dio uno de sus mejores rendimientos de la temporada en su puesto natural.
Kylian Mbappé y Thibaut Courtois volvieron a demostrar durante la victoria ante Athletic Club que son los mejores en lo suyo y Real Madrid salió de San Mamés con una conclusión: Jude Bellingham es centrocampista. Ni delantero ni mediapunta. Su primera temporada de 'killer' en Madrid sólo fue un precioso recurso. Xabi Alonso tenía razón.
"Yo lo veo claro como centrocampista y con todo ese potencial que tiene vamos a intentar que sea lo más eficiente posible, ese es uno de los pasos que tenemos que dar". El entrenador dejó este mensaje el día de su presentación. Y en Bilbao el británico le dio la razón.
El conjunto blanco jugó a lo que quiso Bellingham y coronó el marcador con el don de Mbappé y Courtois. Real Madrid fue dinámico, sólido, ganador de duelos y afilado tanto en defensa como en ataque. Tan completo como el partido de Jude. El inglés dio 36 pases en campo rival y sólo falló uno, entregó cuatro envíos en largo, completó dos regates con éxito, ganó once duelos de trece, recuperó siete balones y no le hizo falta ni rematar para brillar.
El inglés fue clave en el gol más bonito de la temporada del equipo, que acabó marcando Eduardo Camavinga en San Mamés. Jude se puso a regatear como si estuviera sacando el coche de una plaza imposible de garaje, caracoleaba y creaba el hueco, para finalizar con un pase raso que cruzaba todo el área de Athletic en busca de Trent Alexander-Arnold. Después, su centro y la dejada de Mbappé. Camavinga solo tuvo que traducir el regalo en gol.
Atrás quedaron varios partidos extraños del número 5, en los que no se sabía muy bien su posición. No se adivinaba a lo que quería jugar en este nuevo equipo de Alonso. Volvió a confundir con algún tanto de llegador, como contra Juventus en Champions o frente a Elche a domicilio. Bellingham parecía una mujer grande con novio bajito cada vez que intentaba plantarse tan arriba en el campo.
Su posición está en el medio. Y de eso algo sabe Xabi Alonso. En el medio, donde se ganó la fama con Borussia Dortmund y en el Mundial de Qatar con su selección, Bellingham brilló contra Barcelona en el Clásico y otra vez en el estadio de Athletic de Bilbao. Aprovechó su vigor físico, sus conducciones para armar contragolpes y su despliegue atrás y adelante para aportar equilibrio a su equipo.
Esa posición le devuelve lo que más necesita: espacio. Y puede seguir sorprendiendo como llegador, para dar el último pase o marcar gol. Bellingham es centrocampista. Xabi Alonso tenía razón.
