MÉXICO -- Marcela Zacarías se cruza de piernas, sonríe, se acomoda en la tribuna del estadio Rafael "Pelón" Osuna y empieza a buscar las palabras para explicar cuál será su futuro. "Aún no he decidido que haré: si jugar profesional o ir al college. Sería feliz con cualquiera de las dos opciones".
Y entonces, en un instante, el tenis profesional mexicano (en este caso, el femenino) vuelve a enfrentarse a su dura realidad: el de perder a unos de sus grandes talentos del futuro a manos de las universidades de los Estados Unidos, que con sus becas para estudiar y competir en la NCAA se han llevado en los últimos 3 años a por lo menos 4 jugadoras con sólidas posibilidades de progresar en el WTA Tour.
Y Marcela Zacarías podría ser la quinta en la lista.
De 17 años y doble campeona nacional de mayores, Zacarías es la mejor junior mexicana de la actualidad. Este lunes debutó con un triunfo en el 1er Abierto Juvenil Mexicano, que se está disputando en el Centro Deportivo Chapultepec de la Ciudad de México. La potosina venció a la chilena Macarena Olivares por 6-3 y 7-6, y aspira a llegar lejos en este evento Grado A, el más importante en el circuito junior de la ITF luego de los Grand Slams.
"Me están llegando muchas ofertas de college", explica Marcela, quien está 113 en el ranking junior y en 2011 hizo 4tos de final en el primer ITF Women's Circuit de su carrera, en Zacatecas. "Todas las semanas me llega vía mail una propuesta concreta. En el US Open Juvenil y en otros torneos también se me han acercado entrenadores de universidades. Es una decisión muy difícil. Tiene sus pros y sus contras".
Esa misma evaluación la hicieron otras jugadoras mexicanas como Valeria Pulido (418 de WTA en 2008), Nazari Urbina (763 en 2010), Alejandra Granillo (557 en 2010) y Giuliana Olmos (hizo semis en el 1er torneo profesional que jugó, en 2009). Y las cuatro decidieron seguir su carrera deportiva en la NCAA. Dejaron de lado el circuito profesional para estudiar y representar a universidades como USC (Pulido, Olmos), Pepperdine (Granillo) y Texas A&M (Urbina). La oferta de una beca completa para realizar los estudios superiores y además competir a nivel colegial es muy atractiva. Y la decisión sobre cuál camino seguir es absolutamente personal. E irreprochable.
A esa decisión se enfrenta hoy Zacarías, quien durante casi 3 años compartió entrenamientos con Ana Sofía Sánchez (17, hoy 703 del mundo) y el coach argentino Billy Czerner, ex formador de Gisela Dulko. Sofía decidió volcarse de lleno al profesionalismo, y para ello se mudó a Buenos Aires.
Ahora su amiga Marcela se encuentra ante una encrucijada.
"Yo quiero jugar profesional en algún momento, pero a mi familia le gustaría que estudiara", cuenta Zacarías.
"Ya lo he hablado con mis entrenadores, también con Billy, pero es una decisión muy personal. A mediados de año termino la prepa, y luego tendría seis meses más para decidir. Pero la verdad es que tengo que escoger ahora".
Jugar en la NCAA y luego regresar al circuito es una posibilidad. En el caso del tenis mexicano, eso es lo que ha hecho este año la jugadora de Copa Fed Nadia Abdala. Luego de terminar sus estudios en Arizona State University, en 2011 ingresó de lleno al WTA Tour (hoy está 566 del mundo). Pero ese es el camino más difícil.
"Dicen que Isner lo hizo, y también Blake. Pero cuántos otros nombres no conocemos que se quedan en el camino", reflexiona Zacarías. "Pero por otro lado, hablo con Giuliana (Olmos) y me dice lo lindo que es estar allá, me conecta con sus coaches, y..."
Y Marcela no puede dejar de pensar en su futuro. En qué camino seguirá. Tratar de emular a sus modelos Clijsters y Hingis en la WTA. Tener la posibilidad de cruzarse constantemente con su admirada Vika Azarenka, como le ocurrió en el pasado Abierto de los Estados Unidos. Compartir torneos con su ídolo Roger Federer. O ir a la universidad y buscar otro tipo de bienestar.
Toda una decisión, que marcará su vida. Y también impactará en el panorama del tenis femenino mexicano.
LA IMAGEN DEL DÍA
La protagonizaron, en el Abierto Juvenil Mexicano, el tenista local Ivar Aramburu Contreras y su mamá Raquel. Ivar, quien entró gracias a un wildcard, derrotó este lunes al zimbabuo Tendai Tapfuma, 12mo preclasificado, por 3-6, 7-5 y 6-3. Lloró tras su inesperado triunfo. Concretó la gran sorpresa del día. Y luego de abrazó con su madre, quien es la capitana del equipo mexicano de Fed Cup. Una familia tenística.