MADRID -- La temporada pasada marcó un retroceso brutal del futbol inglés en la Champions League, en el que por primera vez en 17 años, ninguno de los equipos ingleses participantes avanzó a cuartos de final.
Al ver lo acontecido en las últimas dos semanas, se enfilan por el mismo camino, pues ni uno de los cuatro, Manchester City, Manchester United, Arsenal y Chelsea, logró sacar una victoria en la ida de los octavos de final de la máxima competición europea.
Manchester United fue el único visitante, de ocho, que volvió a casa con una derrota, al caer por 2-0 ante Olympiacos, mientras su vecino, Manchester City, y el Arsenal, fueron vencidos en casa, respectivamente, por Barcelona y Bayern München con el mismo marcador. Tal es su suerte, que el único que conserva un atisbo de esperanza es el Chelsea, que apenas logró sacar un empate 1-1 ante Galatasaray en Estambul.
Justo el año pasado, la Premier League, que se jacta de ser la mejor del mundo, sufrió un golpe al orgullo difícil de olvidar. Por primera vez desde 1996 los representantes ingleses que seguían vivos se quedaban a las puertas de los cuartos de final; Manchester City y Chelsea, entonces defensor del título, se quedaron atrás mucho antes, en la fase de grupos. Manchester United y Arsenal quedaron fuera en octavos de final eliminados, respectivamente, por Real Madrid y Bayern München.
La última vez que se había visto una participación tan pobre de los cuadros ingleses fue en la temporada 1995-96, apenas tres campañas después de la 'fundación' de la Premier. En ese entonces, en una Champions con tan sólo cuatro grupos y sin fase de octavos de final, el único representante inglés, Blackburn Roves, quedaría eliminado en la fase de grupos al ocupar la última posición del Grupo D. Al curso siguiente, el Manchester United de Ferguson que dominaría el futbol inglés durante gran parte de los noventa y hasta bien entrado el nuevo milenio no pudo ser detenido hasta semifinales, donde cayeron ante el Borussia Dortmund. Desde entonces, la constancia de los ingleses había mantenido al menos un representante de cuartos hacia adelante hasta la temporada 2011-2012 en que el Chelsea de Di Matteo levantara la Copa tras vencer al Bayern München.
"Mejor un 1-1 que un 0-0, no es un mal resultado, pero será difícil. Ahora bien, no estamos obligados a ganar la Champions o la Liga", se consoló el técnico del equipo, José Mourinho, tras el encuentro del pasado miércoles. Nada más lejos de la realidad, pues en Inglaterra, la prensa pide sangre por lo que pinta como otra debacle. Y eso que el Chelsea es el mejor parado de los cuatro en todos los sentidos.
Desde el retiro de Sir Alex Ferguson, Manchester United ha entrado en un letargo que parece desembocar en un fracaso colosal. Los 'Red Devils' llevan meses en crisis, con un técnico, David Moyes, cuestionado desde el minuto uno y al que, al parecer, se le busca ya sustituto.
Fuera de puestos europeos desde el pasado mes de diciembre, el Manchester United marcha sexto en la Premier, con apenas 13 victorias, 6 empates y 8 descalabros. Eliminados ya en la Copa de League y la Copa FA, están a nada de quedar fuera de la contienda por el único título por el que podría pelear el equipo que dominó la escena británica a principios de siglo. El descalabro -humillante, según se mire- por 2-0 ante el Olympiacos parece ser la gota que derramó el vaso para que afición y prensa local pidan su cabeza a gritos.
"No hay defensa para David Moyes tras la derrota lamentable", rezaba The Independent el pasado miércoles. "¿Es el principio del fin para Moyes?" se preguntaba, con un dejo de anhelo, el Daily Mail.
Pero si a Moyes le llueve en casa de manera constante desde septiembre, cuando su equipo llegó a caer a la 12ª posición de la tabla, ninguno de los otros tres técnicos está para lanzar cohetes.
Al Arsenal, si bien en segundo lugar de la Premier, a un punto del Chelsea y aún vivo en el torneo de la FA Cup, le ha caído una crítica tras otra después del descalabro ante el Bayern München.
Tras la derrota, la prensa londinense atizó a los 'Gunners' con rabia, particularmente al alemán Mesut Özil, al que los tabloides llamaron "un fracaso de 45 millones de euros".
Para angustia de Arsene Wenger, los ataques caen incluso desde el banquillo vecino, pues no hace ni dos semanas que Mourinho lo llamó "especialista en fracasos", pues pese a los 11 títulos cosechados al frente del Arsenal, no ha ganado nada en los últimos 8 años.
Una semana antes, Mourinho, fiel a su estilo de no dejarse de nada ni de nadie, se había enzarzado en un cruce de declaraciones con otro viejo conocido, Manuel Pellegrini, técnico del Manchester City.
"Es ingeniero y no le hace falta una calculadora para darse cuenta de las cosas", dijo el portugués después de que el chileno criticara la forma de gastar dinero del Chelsea mientras obviaba la inversión en su propia casa.
Probablemente, se trató de la continuación de una vieja rencilla del otro lado del Canal de la Mancha. Pocos días después, el conjunto de Pellegrini caía ante Barcelona.
El chileno no pudo más y criticó duramente al árbitro del encuentro, quien había expulsado a Demichelis y concedido un penal al Barcelona. "No tuvo ningún control sobre el partido. Fue una mala decisión poner un árbitro sueco en un partido tan importante", dijo Pellegrini, quien fue obligado a disculparse luego de una amenaza de multa por parte de la UEFA, aunque, veladamente, mantuvo su postura.
"Desde el principio sentí que (el árbitro) tenía un criterio diferente para ambos equipos, pero todos podemos tener un mal día. Nunca he dicho que lo hiciera intencionalmente ni que fuera deshonesto", dijo. Lo que no le va a quitar nadie, sin embargo, es la desventaja de dos goles para la vuelta en el Camp Nou y los dos partidos de expulsión -y otro condicionado- por sus duras palabras.
El único lugar donde por el momento se le tiene paciencia al chileno es en Manchester, pues aunque marchan terceros en la Premier, sus hombres están a sólo tres puntos del líder Chelsea y se mantienen vivos en la competición copera.
Mientras tanto el líder Chelsea, donde las cosas marchan más o menos como deberían -salvo el incómodo empate en Estambul- Mourinho se complica la vida por voluntad propia. Hace unos días, el portugués se vio envuelto en una polémica (otra más) luego de criticar duramente a sus delanteros, en especial a Samuel Eto'o, de quien puso en duda hasta su fecha de nacimiento. "Yo no tengo delanteros y Falcao no tiene equipo", dijo, insultando de paso al AS Mónaco.
Mourinho se defendió argumentando que sus comentarios fueron realizados "off the record". Dejando de lado la conjetura de si alguien con su experiencia debería o no estar familiarizado con "el botoncito rojo que indica encendido en una cámara" y si lo hizo o no a propósito, el daño está hecho.
“
Nos han taladrado la cabeza con eso de que la Premier League es la mejor liga del mundo. Es la mejor marca del mundo, pero ha quedado atrás y el United incluso más que el resto. Necesita seis o siete jugadores para reconstruir el equipo.
”
-- Roy Keane, ex jugador del Man. United
Resultado: Torres, furioso. Eto'o, mucho más. Torres salió al campo dispuesto a contradecirlo -aunque sus más que discretos números en la presente campaña parecieran darle la razón al técnico- pero el gol que marcara en Estambul quedó opacado por el empate.
Pero mientras Mourinho sueña con el equipo que va a armar tras el Mundial (quiere a Falcao, a Khedira, por ahí dicen que hasta a Xabi Alonso), su vestidor, el actual, se convierte en una bomba de tiempo, sin contar que ya se deshizo de su principal detractor, Juan Mata.
¿Y Moyes? No tiene tiempo para meterse en problemas fuera de Old Trafford. Con la bronca que tiene en casa es suficiente.
Mientras en Inglaterra se matan entre ellos, en el Continente la vida continúa. Para muestra, la ya legendaria lengua afilada de Roy Keane, emblemático Red Devil, técnico en receso y actual comentarista en la TV inglesa:
"Nos han taladrado la cabeza con eso de que la Premier League es la mejor liga del mundo. Es la mejor marca del mundo, pero ha quedado atrás y el United incluso más que el resto. Necesita seis o siete jugadores para reconstruir el equipo", dijo el irlandés tras el descalabro de los rojos en Grecia.