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Volviendo al ruedo

Hacía varias semanas que no jugaba póker en vivo y las ganas de sentarme en una mesa con rivales de carne y hueso empezaban a calar profundo.

Estuve algo corto de tiempo para jugar y sin tiempo no se pueden hacer las cosas bien, tanto en el póker como en la vida. Por eso no hice más entradas en el blog hasta ahora.

¡Ojo! No les voy a mentir. No es que dejé de jugar por completo. Alguna que otra noche me di una vueltita por PokerStars y logré ganar un torneo de inscripción media, que me reportó 4000 dólares. Pero no mucho más.

Por eso para cortar un poco los espesos aires de la cómicamente llamada Buenos Aires, necesitaba un viaje, salir por el interior del país, jugar un buen torneo...

Por haber ganado la etapa anterior del Córdoba Poker Tour, la organización me extendió una invitación para participar de la séptima fecha y no hubo mejor excusa entonces para volver a salir a las rutas.

Mina Clavero era el destino, casi 900 km por delante. La opción elegida: auto y buena compañía.

El viaje comenzó de la mejor manera, esta vez decidieron acompañarme varios amigos: mi socio Fernando Romano, mi hermano Germán, y el debutante en torneos presenciales, PumaRock, quien pidió que su identidad no fuera revelada (verídico).

A los pocos kilómetros de viaje lo que se presentaba como una excelente aventura, se fue transformando en una pesadilla dantesca. El cielo empezó a ponerse oscuro en el horizonte y parecía que nos ibamos a encontrar con la tormenta del siglo. Pero metro a metro lo lluvia no aparecía, aunque el ambiente se sentía extraño, y sí, de repente el famoso viento Zonda apareció y la odisea comenzó.

Para que se den una idea, no se veía ni siquiera la trompa del auto. Así recorrimos varios kilómetros, por momentos acompañados por la policia caminera, pero por suerte nosotros pudimos saltear el mal trago.

Lamentablemente, otros no fueron tan afortunados como nosotros. Al recuperar la señal de los celulares, tristemente nos enteramos que la tormenta había dejado múltiples choques con varias víctimas fatales. Terrible hecho...

Ya en suelo Cordobés pudimos respirar aliviados, la tensión del viaje nos había dejado extenuados. ¿Qué hicimos entonces?

¿Nos fuimos a la cabaña a descansar? Naaaaa, obvio que no. Nos dirigimos al casino para encontrarnos con los amigos del circuito y ver en qué partida podiamos participar.

Algunos eligieron torneos satélites, otros nos sentamos en las mesas vivas... lo importante fue que el día terminó alegre, entre amigos y sonrisas.

Ya en la cabaña, tuvimos la charla táctica con los debutantes PumaRock y Nico Ponce, hermano del editor de póker de ESPNdeportes.com, Nahuel, quienes se embarcaban en su primera aventura en las mesas.

El torneo comenzó sobre las 17:00 del sábado. Mi mesa estaba un tanto pesada, pero nada que no se pudiera manejar. Poco a poco fui incrementando mi stack y las ganas de repetir el triunfo me ayudaban para concentrarme, hasta que llegó una mano fatal.

La acción llegó con tres limpers. Miro mis cartas y llevo 8-3, puaj, pero las ciegas eran tan bajas que complete mi SB y la BB hizo check. Flop 8, J, 3. Uuuuu, esta ya la ví jaja. Apuesto de frente una suma baja tratando de esconder mi fuerza y simular tal vez un draw a color (había dos corazones), la BB foldea, y el primer limper resube x4. El segundo limper paga y el tercero foldea. Yo acá estoy convencido que llevo la mano ganadora, pero honestamente no quería que se viera una sola carta más y empujo mi stack al frente. El raiser luego de pensar un rato hace el call, y el otro jugador fold. Enseguida enseño muy confiado mi par doble y mi rival voltea ofuscado J-K y me dice: "Estaba seguro que mentías". ¡¿Qué mentía?! ¡Por Dios!
Pero bueno, me imagino que se darán cuenta lo que vino en el turn....

La K, por supuesto. Hospital para el gatito.

Aun me quedaba la opción de recompra, ya que el evento era con rebuy y add-on y obviamente la usé, pero las escasas 20 ciegas me duraron poco con mi juego agresivo. Para colmo, mis compañeros mas experimentados, me acompañaron enseguida al banquillo de los desalmados.

La sopresa: los menos experimentados seguían acumulando fichas y se los notaba confiados.

Ya en el Día 2 nos dispusimos a alentar a nuestros compinches. PumaRock pudo escalar hasta el puesto 40 y Nico Ponce resultó ser el mejor del grupo, finalizando 17° a solo dos puestos del payroll. Mis mas sinceras felicitaciones a los debutantes y ahora ¡A seguir entrenando señores!

En este día también se realizó un torneo "Second Chance". Ahí nos presentamos en los paños casi 60 jugadores sedientos de revancha. La estructura turbo con add-on y recompra hizo que este evento fuera super entretenido y pase un buen rato compartiendo mesas con varios amigos del circuito, entre ellos Eduardo "Titolatín" Camia.

Del torneo no hay mucho que decir, salvo que nos divertimos como hacia tiempo no lo haciamos. Repleto de jugadas ridículas, y shoves sin sentido, la sentencia fue decretada cuando con par de 10s me estrellé frente a las damas de mi rival. A la postre el ganador resultó el amigo mendocino, Pablo Andreu.

En cuanto a la organización, me veo obligado a comentar que finalmente hicieron algunos de los cambios prometidos y los implementaron de forma muy prolija. Faltan aun cosas por pulir, pero sé que están trabajando sobre ellas. Les agradezco la hospitalidad y buen trato que han tenido, y les deseo el mejor de los éxitos en la proxima fecha.

Ya sin más paño que pisar, y habiendo pasado muy buenos momentos, lamentablemente tuvimos que emprender el regreso.

En el horizonte ya se asoma la primera fecha del Latin American Poker Tour de Costa Rica. Desde allí seguramente haré una nueva entrada.

¡Hasta la próxima y éxito en las mesas!