La carrera de Salcedo parecía sepultada al grado de que había decidido incursionar como cantante, pero una plática con Martín Anselmi lo hizo recapacitar, no se bajó de La Máquina y hoy es un pilar en el equipo celeste.
Carlos Salcedo tiene, nuevamente, los pies sobre la tierra. Enfocado prioritariamente en su carrera deportiva, el futbolista de Cruz Azul está convertido en uno de los mejores —o el mejor— defensas del balompié nacional.
El llanto que lo cubrió luego de la dramática victoria sobre Monterrey en la Semifinal de Vuelta fue una catarsis necesaria, pues al arranque del presente torneo estuvo a punto de bajarse de La Máquina, se ausentó por más de 15 días de la pretemporada, hasta que una charla con el entrenador recién llegado, Martín Anselmi, lo hizo recapacitar.
La empatía del argentino cautivó al reacio defensa, quien volvió a entrenar y como si se tratara de un novato, pronto se puso al parejo de sus compañeros para pelear un lugar en el nuevo proyecto.
A lo largo de su carrera, el jugador de 30 años ha dejado de manifiesto que es una ‘bomba de tiempo’, capaz de lo mejor y de lo peor, tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Sin embargo, en estos meses en los que, según sus propias palabras, “decidí triunfar”, se alejó de polémicas, se enfocó en el trabajo, guardó silencio cuando fue necesario y levantó la voz de la forma en la que mejor sabe hacerlo, en la cancha.
Físicamente está impecable: trabaja por su cuenta con un entrenador personal para mejorar su fortaleza, situación que se refleja en su desempeño, además de que el estilo de Anselmi que prioriza la salida con balón dominado, le cayó como anillo al dedo, al grado de que incluso ha jugado hasta de mediocampista.
Pero sus virtudes resaltan mayormente en la defensa central, como buen tiempista, dominando el juego aéreo e imponiendo respeto por la jerarquía y experiencia que lo respaldan.
Aunque su personalidad no parece la más afable, sus cercanos lo califican como “espontáneo y genuino”, y con toda certeza que ha aprendido de los tropiezos y errores, además de que se ha vuelto más responsable con el manejo de sus redes sociales, en donde llegó a ventilar asuntos personales —familiares— y críticas a los árbitros en pleno partido —al medio tiempo—.
En medio de la cacareada “renovación” de la Selección Mexicana, sería un error de Jaime Lozano despreciar el alto nivel que ostenta Salcedo en estos momentos, quien no es ningún viejo a sus 30 años, y para que se tenga presente, cuenta con experiencia en la MLS (Real Salt Lake), el futbol italiano (Fiorentina) y la Bundesliga (Eintracht Frankfurt). Ni más ni menos.
El apodado ‘Titán’ que hasta hace unos meses parecía haber enterrado su carrera futbolística en el FC Juárez, al grado de que a la par decidió incursionar en la música, hoy está de regreso. Es su renacimiento.