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Panamá, sorpresa e historia en la Serie del Caribe

CIUDAD DE PANAMÁ - Fue el 14 de febrero de 1960 la última vez que Panamá ganó un juego en Series del Caribe...hasta hoy.

El equipo anfitrión protagonizó la primera gran sorpresa de este clásico caribeño, al derrotar con autoridad 4-2 a República Dominicana y complicar las cosas en el grupo B del torneo.

Fue un juego de mucha historia, que comenzó con un cuadrangular de Javier Guerra, perteneciente a la organización de los San Diego Padres, ante el cubano Yunesky Maya, abridor por las Estrellas Orientales.

Fue el primer bambinazo de un pelotero de un equipo panameño en Series del Caribe desde que el estadounidense Stan Palys, del club Marlboro, le sacó la pelota al cubano Pedro Ramos, de los Elefantes de Cienfuegos el 15 de febrero de 1960.

Ante una delirante afición que llegó hasta el estadio nacional Rod Carew, los panameños jugaron sin miedo, de tú a tú frente a sus más calificados rivales.

Y prueba de ello es que, cuando los quisqueyanos empataron la pizarra 2-2 en el sexto, tras haber sido maniatados por cinco episodios por el abridor Harold Arauz, los dueños de casa se recuperaron del golpe psicológico y ripostaron en el séptimo con otras dos para retomar el mando.

De esta manera, las Estrellas, que derrotaron en su debut a los Cangrejeros de Santurce, quedan ahora con récord de 1-1, mientras que los Toros de Herrera son los únicos invictos en esa llave.

El triunfo de los panameños es, además de sorprendente, muy positivo para el evento y ojalá en las próximas presentaciones del equipo luzcan con la misma garra y entrega, independientemente de que ganen o pierdan.

Eso pone a muchos a pensar si no es hora de que uno de los cuatro fundadores de la Pequeña Serie Mundial Latinoamericana regrese de manera permanente y no de emergencia excepcional.

Por su parte, los Charros de Jalisco están con un pie fuera de la Serie del Caribe, tras perder en su segunda presentación ante los Leñadores de Las Tunas.

Los mexicanos, que cayeron 5-1 en su debut ante los Cardenales de Lara, se vieron maniatados totalmente por el abridor cubano Lázaro Blanco a lo largo de siete entradas en blanco y sólo consiguieron salvar la honrilla en el noveno episodio, al marcar la única carrera en la derrota 3-1.

Este arranque de 0-2 deja a México colgando de un hilo, pues ya no sólo depende de sí mismo, sino de otra serie de factores ajenos.

Tendrían que ganar ante Venezuela y Cuba en sus próximas presentaciones y contar con que esos dos rivales dividan entre sí sus encuentros.

Pero aun así, tendrían además que ganar de manera contundente, pues ahora mismo tienen un balance de carreras anotadas y permitidas de menos seis.