<
>

Morelia y Mazatlán, víctimas de un mismo gigoló

play
Quirino Ordaz espera que comodato con Mazatlán FC dure al menos cinco años (0:59)

El Gobernador de Sinaloa explicó cómo se darán las charlas para oficializar la mudanza de Monarcas Morelia. (0:59)

LOS ÁNGELES -- Con las licencias de Alvite, una frase suya encaja con unos cuantos dirigentes del futbol mexicano: “En muchos partos habría sido mejor salvar la placenta”.

Es oficial: Monarcas se va de gigoló a Mazatlán, al menos por cinco años. Prostituirse tiene un encantador abuso: uno vende lo que no le pertenece; el otro, compra lo que no le pertenecerá. Así, de ida y vuelta.

Y como quien traiciona una vez, traicionará muchas más, después, seguramente, TV Azteca se olvidará de Mazatlán, como se olvidó de Atlas y se olvidará de Puebla, y buscará otra ilusa y desesperada solterona para saciarle sus urgencias a cambio de sus favores.

Las mudanzas de clubes en el futbol mexicano son, generalmente, reflejo irrefutable de la corrupción o de la incompetencia de los dueños de los equipos. Pero, también puede ser ambas: corrupción e incompetencia.

Veamos algunos ejemplos. Cada uno refiere, puntualmente, como, detrás de cada traslado hay contubernio o estupidez, aunque, insisto, pueden confabularse ambas en un mismo tipo.

MORELIA 2020...

Las negociaciones comenzaron a principios de este año. La salida misteriosa de Álvaro Dávila fue la primera advertencia. Esa oposición y otras rencillas, provocaron su salida.

El Grupo Salinas entraba en labores de seducción. Lobos BUAP había emigrado a Ciudad Juárez y Querétaro ya pertenecía a Grupo Caliente. Tenía el camino libre. Y el Gobierno de Sinaloa estaba desesperado: tenía un estadio de 675 millones de pesos y necesitaba un inquilino.

Arguye el Grupo Salinas que la mudanza se debe a que busca el bienestar económico de su franquicia. En Morelia recolectaban poco y gastaban mucho. Ahora, en Mazatlán, tendrán casa nueva, un estadio moderno, y la taquilla será integra para el equipo. “No hay apoyo empresarial en Michoacán”.

De acuerdo a la revista Proceso, TV Azteca exigía al gobierno del estado de Michoacán 400 millones de pesos de apoyo para mantener al equipo de Monarcas en Morelia, además de los 40 millones de subvención anual que ya recibía.

Ante la crisis de salud por la pandemia de Coronavirus, el gobierno michoacano se negó al considerar exorbitantes las demandas del Grupo Salinas, reporta Proceso. Y entonces, 70 años de tradición fueron saqueados.

Así como el gobierno de Michoacán le construyó su estadio a Morelia con dinero público, ahora el gobierno de Sinaloa le construye su estadio en Mazatlán, un escenario moderno y que garantiza la taquilla íntegra al Grupo Salinas.

De acuerdo a cifras del Semanario Río Doce, el nuevo estadio tenía un costo inicial de 459 millones de pesos, pero resulta que, curiosamente, el costo final se elevó a más de 675.4 millones de pesos, más de 216 millones de pesos de diferencia.

En datos del mismo semanario, en el Hospital General de Mazatlán, se invirtieron 560 millones de pesos, es decir, 115 millones de pesos menos en el primordial servicio de salud que en un pasatiempo como el futbol.

Así como Grupo Salinas recibía dádivas por 40 millones de pesos anualmente por parte del gobierno michoacano, según la revista Proceso, ahora, tendrá el respaldo financiero de 12 millones de dólares por año, durante esos cinco años, y ese capital llegará de personajes no identificados públicamente, sin que deba descartarse flujo del erario municipal.

¿Incompetencia de sus dueños para hacer de Monarcas un equipo rentable en Morelia? ¿O corrupción en la forma de presionar al gobierno de Michoacán y de negociar con el gobierno de Sinaloa? ¿O ambas?

Otra prueba más de que en el futbol mexicano se pueden hacer mal las cosas, y se pueden hacer cosas malas, simultáneamente, desde las esferas de uñas largas y manicuradas, y dientes afilados, tras los palaciegos bunkers de la #YuntaDeDueños (según el alabadísimo cómico involuntario, Sven-Goran Eriksson).

Este caso, es el más reciente, pero, el Atlante desertó de la Ciudad de México y emigró a Cancún por todas las promesas económicas del gobierno del estado de Quintana Roo. En un caso claro de otro gigoló, ahora busca otra alcoba desesperadamente. ¿Corrupción o incompetencia? ¿O ambas?

¿Por qué La Piedad emigra abruptamente a Veracruz, tras conseguir el ascenso, a pesar de que el gobierno le construyó un nuevo estadio? ¿Corrupción o incompetencia? ¿O ambas?

Con la hégira de una casquivana, consumada por Monarcas a Mazatlán, serían 23 las mudanzas de equipos en el futbol mexicano, algunas entendibles y justificables (Cruz Azul), y algunas de las otras, hijas bastardas de la corrupción y de la incompetencia, y de todas ellas, la mayoría han fracasado en su nuevo mercado.

Decía Alberto Camus, con su exquisito cinismo, que: “Dos hombres traicionados por la misma mujer son de alguna manera parientes”. Véalo, pues, Morelia de manera optimista: ha ganado un hermano.

Por eso, con las disculpas de Alvite por inmiscuir su sabiduría con el futbol mexicano, su reflexión encaja perfectamente respecto a algunos directivos: “En muchos partos habría sido mejor salvar la placenta”.