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Doble desengaño: Cruz Azul sí quiere; Chivas, no puede

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LOS ÁNGELES -- Levantó El Cabecita y levanta cabeza Cruz Azul: 2-0 a Chivas. Jonathan Rodríguez marcó doblete en el funeral del espejismo del Guadalajara, que izó la bandera del ilusionismo engañabobos contra el cadavérico Atlas.

Al Rebaño le siguen quedando grandes los grandes desafíos. En su feudo, le arrolló La Máquina. Y ahora va con Pumas. Las desgracias no llegan solas, sino que maliciosamente se confabulan.

Chivas ya tiene boleto asegurado para esa kermés de la mediocridad: el repechaje. Y… ¿Cómo para qué? Para qué, si no hay orden futbolístico, y cínicamente se revelan en la cancha jugadores castrados de compromiso y dignidad.

Y si hacen falta explicaciones, qué oscuros, extraños, sospechosos, turbios motivos habrá para que Víctor Manuel Vucetich siga encomendado las hazañas en la cancha a La Chofis López, usándolo como relevo rescatista. Sí, Ricardo Peláez asegura que “es un fuera de serie”, pero no necesariamente hay que creerle.

Cruz Azul recuperó la seriedad absoluta. Hace de cada balón una declaración de guerra. Así pelea cada uno de esos balones y así dispone de cada uno de ellos. El futbolista se dignifica cuando sacia el hambre con más hambre. Pero, de eso, en Chivas no saben.

Cabecita Rodríguez escribe la historia. Lo hace desde ese bipolar manchón de penalti, y se sobrepone al yerro ante Tigres. Él mismo cierra la cuenta al ’92, cuando ya en el Guadalajara, desde la entrada de La Chofis, había un mensaje de deserción por parte de Vucetich. Meter a La Chofis es arriar banderas, es claudicar.

Metido en la pelea por uno de los cuatro sitios de privilegio, Cruz Azul reaccionó en el momento justo en el torneo, y con un mensaje alentador para sus aficionados con 23 años de bilis en las tres comidas y hasta en los ayunos: recuperó la rabia en la cancha, rabia para pelear palmo a palmo, y para protagonizar la recta final.

El Guadalajara tuvo un par de oportunidades de gol. La mejor la desperdició José Juan Macías, en una noche en la que los abstemios del vodka con tamarindo, siguieron mostrando su ansia de redención: Uriel Antuna y Alexis Vega, los mejores. No alcanzó, porque, además, La Máquina recuperó ese espíritu desenfrenado de cacería que había perdido.

No puede el Guadalajara escapar a sus obligaciones y miedos, esgrimiendo los tres nuevos positivos dentro del equipo (Gallito Vázquez, Pollo Briseño y Ángel Zaldívar), y menos aún porque esa ha sido la calamidad que ha hostigado a Cruz Azul desde el comienzo de la pandemia.

El cierre de Cruz Azul implica toda una afrenta competitiva. Directamente ante dos rivales con los que debe disputar un boleto entre los cuatro de pasaporte limpio a la Liguilla. Primero Monterrey y después Pumas. Por eso, la victoria sobre Chivas no dictamina nada, pero clarifica el horizonte.

Chivas, mientras tanto, tendrá los mismos rivales. Primero ante Pumas y cerrando como local ante Rayados, aunque la historia muestra que en su estadio se consuman más tragedias que proezas.

Pero no se acongojen #ChivaHermanos… ahí está La Chofis López, que cada vez se nota menos en la cancha, y no sólo por los tres kilos que Vucetich que ha perdido, sino por la extinción de su futbol.