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Chivas y América ya se disputan hasta el #ÓdiameMás

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América anota primero antes del Clásico (3:29)

En medio de la polémica por la apertura del estadio de Chivas a su afición, pese a la pandemia, América parece preocuparse más por la salud de la gente. (3:29)

LOS ÁNGELES -- Empañado por la hambruna centavera de Chivas, pero el Clásico Nacional tiene más pedigrí e historia que las manías de nuevo rico –y encima junior–, de Amaury Vergara, al llevar a su rebaño de zalameros a ver al Rebaño ante el América.

Futbol debe haber este miércoles por la noche. Debe haber porque América juega siempre azuzado por su alcurnia fantoche del #ÓdiameMás. Y debe haber porque Chivas lleva a cuestas la carga de sus disparates extracancha, y le urge purgarlos.

Futbol debe haber, porque Miguel Herrera es un especialista en atizar el fuego de la rivalidad, porque le nace, porque lo siente, y porque su patrón no deja de recordarle que tiene deudas pendientes con él. En la arenga previa, El Piojo exorciza a los demonios timoratos que pudiera haber en sus jugadores.

Futbol debe haber, porque Chivas ha sido un guiñapo, un triste patiño, en sus dos últimos enfrentamientos ante las Águilas. Aquel humillante 4-1 con Luis Fernando Tena, y el 1-0 ya con Víctor Manuel Vucetich, denigraron la camiseta rojiblanca, y la estirpe del mismo Clásico Nacional. En ambos juegos, salieron 11 pusilánimes a la cancha.

Futbol debe haber, porque América tiene plantel completo, dentro de los colapsos que ha sufrido por lesiones, castigos, vergüenzas (Renato Ibarra) y enfermedades. El Piojo no tendrá excusas, pues hasta se atreve a poner al decepcionante Giovani dos Santos, que vive aún al amparo de ese 1-0, golazo por cierto, el pasado septiembre, ante Chivas. Ya sabe la historia: hasta el reloj descompuesto da perfectamente la hora dos veces al día.

Futbol debe haber, porque el Guadalajara ha mejorado desde la tunda de Cruz Azul, jugando bien ante Pumas, goleando a Monterrey, y superando con hipos al Necaxa. Uriel Antuna se olvidó del vodka con tamarindo, y de sus afanes flácidos de Don Juan, mientras Fernando Beltrán regresó a tomar el control, y Canelo Angulo se ha decidido a rescatar su futbol. Y dos buenas noticias para el Rebaño: Alexis Vega y J.J. Macías podrían estar en el Juego de Vuelta de estos Cuartos de Final.

Futbol debe haber, porque Miguel Herrera ha domesticado a Chivas. Suma ya ocho años, en diferentes equipos, sin perder ante el Guadalajara. El Nido mismo suma cuatro victorias y dos empates en los seis últimos enfrentamientos entre ambos. Y claro, todo eso, engendra sonrisas en el Salón Oval de Televisa.

Futbol debe haber, porque la presión se extiende al vestidor de Chivas. La balandronada de meter 5,800 personas al estadio, con semáforo en naranja e improvisando el protocolo de salud, azuza al equipo para responder en la cancha, porque entienden que una derrota los colocaría como el hazmerreír de la Liguilla.

Ciertamente, también hay condiciones que se oponen a esa aseveración de que futbol debe haber. Y la culpabilidad de ello recaería en las bancas.

1.- Miguel Herrera ya administra su temeridad de antaño. Aquel espíritu aventurero, ese de llevar al extremo la doctrina lavolpista, ahora lo ha sometido con cordura y prudencia. No renuncia al control del partido, pero sí renuncia a que se le descontrole el partido. Además bien sabe que su defensa sufre en extremo si falla el embudo de la media cancha.

2.- Víctor Manuel Vucetich es uno de los técnicos más ganadores en el futbol mexicano. Pero no ha sido por osado, sino por un equilibrio con devoción por las precauciones extremas. Ojo, eso no significa que no sepa atacar cuando lo necesita. Pero, en este momento, ajusta sus pretensiones a las posibilidades de un plantel que se ha encogido por lesiones y las segregaciones de la caterva de indisciplinados.

Como ingrediente extra, queda la estampa denigrante posterior a la derrota de Chivas por 1-0 de septiembre pasado, cuando Oribe Peralta encabeza un ceremonial de intercambio de camisetas y veneración a sus verdugos, en un abierto insulto a la afición rojiblanca, la cual se indignó al ver semejante escena de jugadores del Guadalajara rindiendo pleitesía a los del América. Humillados en el trámite del juego y en el marcador, y humillándose después del juego.

Así, insisto, a pesar de la glotonería de Chivas por unos centavitos, el Clásico Nacional mantiene intacto el bélico sello que le ha acompañado en su historia. Amaury Vergara reajustó la asistencia al estadio a sólo 5,800 visitantes, aunque sólo dos mil boletos fueron puestos a la venta, y los 3,800 restantes estarán en manos de amigos, parientes, políticos, como el gobernador de Jalisco y su séquito, y los empleados de OmniLife, sí, esa misma empresa que ostenta el lema de “Gente que cuida a la gente”, y que actúa de manera contraria en los tiempos de esta brutal pandemia.