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Seth Lugo y su dominio encabezan paliza a Venezuela

GUADALAJARA -- Seth Lugo puso el tono y sus compañeros se encargaron del resto.

El abridor de Puerto Rico lanzó una joya que incluyó cinco entradas y un tercio en las que sólo aceptó un imparable que, para muchos fue un error defensivo y silenció por completo los bats venezolanos, supuestamente casi imparables.

Lugo atizó el límite exacto de pitcheos (65) que permiten las reglas del Clásico Mundial de Beisbol para guiar a Puerto Rico a vencer sin misericordia 11-0 a Venezuela en siete entradas y dos tercios, cuando se decretó el nocaut.

“Por supuesto que Seth Lugo fue la clave del juego“, dijo Edwin Rodríguez, manager de Puerto Rico. “Haber sido tan efectivo, tan económico de lanzamientos nos permitió utilizar el bullpen con más agresividad “.

Puerto Rico sólo tuvo que utilizar a dos pitchers más, Giovani Soto y Joe Jimenez, quienes tampoco desentonaron frente a una novena venezolana que incluye a los últimos seis títulos de bateo de la Liga Americana, un equipo marcado entre los favoritos para conquistar el campeonato con una alineación formada con buena parte de All-Stars de máximo nivel.

“Si me hubieran dicho antes del juego de este resultado, para ser sincero, ni siquiera me lo hubiera imaginado“, reconoció Rodríguez. “¡Wow! 11-0 contra un equipo tan potente como el de Venezuela“.

Mucho tuvo que ver en el triunfo la eficiencia del estelar grupo juvenil de peloteros boricuas formado por Carlos Correa, Francisco Lindor y Javier Baez.

Correa, fuera de su posición habitual de parador en corto, tuvo un desempeño enorme en la tercera base, donde detuvo al menos un par de cohetazos de los venezolanos cuando ya se cantaba el imparable en una tribuna poblada en su mayoría por aficionados puertorriqueños.

A la ofensiva, Correa conectó cuadrangular, robó base y tuvo turnos largos, de esos que desgastan lanzadores física y mentalmente.

“Es una combinación letal la de Correa, Lindor y Báez siempre que están en una misma alineación en cualquier equipo“, consideró Rodríguez. “Estamos disfrutando en Puerto Rico, Latinoamérica y en el mundo entero de su desempeño y ya vimos por qué.

“Jugaron una defensiva increíble esos tres jóvenes. Son jóvenes atletas, muy ágiles, veloces y agresivos. Disfrutas ver a esos muchachos alrededor del cuadro“, añadió el piloto.

Y el último clavo en el ataúd venezolano lo pusieron los veteranos Carlos Beltran y Yadier Molina, la base del equipo boricua, como le llama su manager.

El ímpetu, la intensidad y emoción con la que jugaron en el primer partido del actual Clásico, el cuarto para ambos, fue contagioso.

Molina, de 34 años, pegó un cuadrangular en el quinto episodio con Beltrán abordo para el 5-0 momentáneo y que ya daba avisos de la espectacular paliza. Su manera de recorrer las bases, gozando, sin ofender al rival, con una energía visible para todos los presentes impresiona, sobre todo cuando se recuerda que es un jugador que ha ganado todo en Grandes Ligas.

Su forma de manejar la defensa también es evidente, incluso cambiando las señales enviadas por los entrenadores cuando considera que es necesario.

A su vez, Beltrán, de 39 años, bateó, corrió, produjo y anotó como si se tratara de un juvenil que aspira a conquistar las Mayores. Ambos empujaron y anotaron par de rayitas en la paliza.

“(Carlos y Yadier) son los dos líderes del equipo. Disfrutan serlo y saben cómo hacerlo. No sólo aquí, son los líderes del beisbol en Puerto Rico. Hay muchos jóvenes que los ven y los admiran, y que quieren seguir sus pasos“, señaló Rodríguez.

“Su energía, no sólo en momentos de ejecución sino también en situaciones de calma o en cualquier momento a la ofensiva o defensiva, se transmite a los demás, dentro y fuera del terreno de juego“, agregó el piloto. “Molina y Beltrán. Beltrán y Molina. Como quiera se que nombre la combinación, es lo que nos llevó al subcampeonato en 2013 y es la que nos está acarreando en este 2017“.

A pesar de todo lo que incluyó un partido casi perfecto en todos los ángulos para Puerto Rico, Molina y Beltrán coincidieron en que esto apenas empieza y hay que tomarlo con calma.

“Sólo fue un triunfo, no hemos ganado nada. Estamos contentos por el triunfo y hay que celebrar rápido”, señaló Beltrán “Mañana tenemos otro partido y nuestra filosofía sigue siendo un juego a la vez. Nunca puedes estar demasiado arriba cuando ganas ni demasiado abajo cuando pierdes“.