Alberto Canapino fue un verdadero mago. De su ingenio salían soluciones técnicas para los autos de carrera que lo convirtieron en uno de los preparadores más exitosos de la historia del automovilismo argentino. El palmarés del arrecifeño cuenta con la increíble cifra de ¡11 títulos de Turismo Carretera, la categoría más popular de la Argentina! De esos 11, cuatro fueron trabajando sobre los Chevrolet de su hijo, Agustín. Juntos crearon una dupla temible para todos los rivales en las pistas argentinas. Una semana antes de comenzar la temporada 2021, el 15 de febrero, Alberto falleció, a los 57 años, a causa del Covid-19. Para Agustín fue un golpe tremendo.
La emoción del tetracampeón de TC fue enorme cuando seis días después venció en el autódromo de La Plata en el arranque del torneo, con la dedicatoria al cielo. Pasaron poco más de dos años y a Agustín aún le es difícil hablar de su papá, aunque lo siente muy cerca en esta excursión llamada IndyCar.
“Me hace muy mal hablar de mi papá, es algo que no superé. Pero al mismo tiempo me pasa que con todo esto que pasa, sentía un vacío muy grande después de perderlo de un día para el otro como ocurrió. Y ahora que arrancó todo esto, siento su presencia desde algún lado. Porque lo que estoy viviendo no puede ser real. Después de la carrera lloré mucho por él. Y si bien lo extraño un montón, al mismo tiempo siento que me está acompañando. Es tan irreal todo esto. Yo soy muy dos más dos cuatro, pero estoy viviendo cosas que me hacen sentir que me está acompañando y ayudando”, confesó el piloto del equipo Juncos Hollinger Racing.