La estrategia que el ingeniero Hugh Bird ordenó a Checo Pérez de salir a buscar tiempos de calificación en el inicio de la Q1 y Q2 dejó al mexicano a merced del resto de la parrilla. Y eso al final lo marginó de la Q3 cuando tenía un auto y un desempeño para estar, por lo menos en el Top 5.
LAS VEGAS.—La madrugada del sábado la parte del equipo Red Bull que atiende el lado del garage de Sergio Pérez no hizo una estrategia para la calificación del Gran Premio de Las Vegas. Lo que hizo fue apostar todo al triple cero a sabiendas que la ruleta no tiene ese número. Algo absurdo, inexplicable, pero que tiene responsables y por primera vez alguien debería exhibir su error.
Porque sí, la estrategia que el ingeniero Hugh Bird ordenó a Checo Pérez de salir a buscar tiempos de calificación en el inicio de la Q1 y Q2 dejó al mexicano a merced del resto de la parrilla en una pista que evolucionaba a cada minuto. Y eso al final lo marginó de la Q3 cuando tenía un auto y un desempeño para estar, por lo menos en el Top 5.
La explicación de por qué se mejoraban los tiempos tan drásticamente de una vuelta a otra estaba en que al ser un circuito callejero, nuevo y con asfalto recién instalado se trata de una superficie “verde” lo que en el argot del automovilismo se refiere a un piso donde no hay hule adherido lo que lo hace resbaloso.
A la pista se le quita lo “verde” paulatinamente con el paso de los autos que van dejando hule de los neumáticos y eso le va dando más a agarre mecánico a los monoplazas. A mayor agarre o ‘grip’ mayor velocidad.
Además, una pista de uso diario para como vialidad urbana está sucia, llena de polvo y es algo que también provoca un asfalto resbaladizo. La solución para esto no es otra que el paso de los monoplazas que ‘barren’ ese polvo y lo sacan, al menos de la línea ideal de carrera, que son los ángulos para tomar las curvas y circular que son más propicios para hacer buenos tiempos.
Luego entonces, en Las Vegas intentar tiempos o ‘flying laps’ al final de la Q, te podría en una mejor situación de avanzar, porque a cada paso de los autos más hule en la pista, menos polvo, más agarre y más velocidad.
Pues eso fue lo que no entendió el ingeniero de Checo Pérez, Hugh Bird y no sólo eso tampoco eligió correctamente los momentos de tráfico para poner al mexicano en la pista con el espacio suficiente para marcar una vuelta sin ser bloqueado.
Ahora, Hugh Bird tiene un superior que es el ingeniero de carrera en jefe, Gianpiero Lambiase, quien trabaja directamente con Max Verstappen. Lambiase tiene la potestad de influir en el trabajo y decisiones de Bird.
Luego, la estrategia se diseña en un departamento que comanda Hanna Schmitz, donde se analizan todas las variables y se le proporcionan a Bird para que él diseñe la más conveniente.
Un factor que pudo haber hecho que Bird decidiera hacer intentos tan tempranos podía ser la temperatura, porque a más frío en la pista el ‘grip’ disminuye, pero la situación ameritaba una lectura inmediata y una comparación con lo que hacían los otros boxes y autos.
Concretamente en la Q1, donde de los 20 autos avanzan 15 a la Q2, Checo puso un tiempo que lo colocaba en segundo lugar de la tabla, momentáneamente, cuando todavía restaban 7:38 minutos de sesión. Una eternidad.
Por ello, Bird le ordenó regresar a pista cuando quedaban 2:47 minutos, es decir el tiempo suficiente para hacer su vuelta de salida y preparación y luego la flying lap, que si la inicias un segundo antes de que expire el reloj todavía te cuenta como buena.
El problema fue que Bird mandó a Checo Pérez al circuito demasiado pegado a Lewis Hamilton y Fernando Alonso y luego en la búsqueda de espacio casi se detuvo en la curva 14, pero, aunque se alejó del inglés y el español ahora quedó en el alerón de George Russell eso frustró su vuelta y quedó en grave riesgo de ser eliminado, tanto que de ser segundo acabó en décimo tercero.
Tal vez, para Hugh Bird era mejor, entonces, para la Q2 no llevar a Checo a tratar de marcar su mejor tiempo hasta el final, pero eso se vio desde el principio como un error enorme, por la manera en que mejoraba la pista, a pesar de que bajaba la temperatura.
De los 15 minutos que duró al Q2, Bird escogió que Pérez entrara a la pista cuando restaban 14. El tiempo que hizo en ese momento lo puso en primer lugar con una milésima de ventaja sobre Charles Leclerc, quien a postre tuvo la pole position, pero faltaban 10 minutos.
Bird le ordenó seguir dentro de la pista, Checo Pérez cuestionó el estado de las llantas y la respuesta por radio fue “no están tan mal”, así que con 6:50 en el reloj lo lanzó a otra vuelta de calificación con el mismo juego.
El estado de las llantas es esencial para hacer una vuelta rápida, en Las Vegas la degradación es menor por la temperatura y las tres largas rectas, donde la llanta se enfría, es en las curvas donde hay desgaste y acá son pocas, así que bajo esa lógica, Bird tomó la inusual decisión de no llamar a Checo Pérez a pits para hacer otro intento, ahora con llantas nuevas, que hay que decirlo también son un recurso limitado que se debe administrar para el resto de la calificación y la carrera.
Ese segundo intento con el mismo juego le redituó sólo una una mejora de una décima y lo puso en sexto sitio provisional a más de un segundo de Leclerc, que era el líder.
Los dados estaban tirados y la suerte echada. La comunicación entre Bird y Checo Pérez denotaba la preocupación, faltaban 4 minutos y ahí vino un mensaje del piloto que presagiaba su destino: “Tenemos un poco temprano, ¿no?”.
“Sí, eso fue discutido con la gente”, respondió Bird.
Lo cierto es que de ahí paso a boxes a donde se detuvo cuando faltaban casi tres minutos para una agónica espera, ya que los otros 14 autos seguían en la pista en la búsqueda de tiempos.
Todo mundo esperaba que pusieran neumáticos nuevos y lo metieron a su cajón, como quien se sale del concierto cuando todavía está en acción la banda de rock.
Y como había sido ‘profetizado’ por todos, menos por Bird, uno a uno seis autos mejoraron el tiempo de Pérez y lo relegaron a la posición 12 con facilidad, solamente utilizando la mejora de la pista. Incluso los autos Williams que habían estado muy competitivos, pero debajo de Checo en las Libres se fueron arriba.
Y ahora es cuando viene la pregunta, ¿por qué cuando Checo Pérez comete un error, personajes como Helmut Marko inmediatamente lo señalan? ¿No será tiempo de que se diga públicamente que el garage de Checo Pérez comete también errores graves, porque este no es el primero?
En la Fórmula 1, se gana o se pierde como equipo, pero cuando se fincan responsabilidades sobre los resultados pocas veces se habla del desempeño de los ingenieros, pero sí se carga la crítica en los pilotos, particularmente en Pérez.
Hoy Bird, Lambiase y compañía le deben una disculpa a Checo Pérez y Christian Horner debería ya de haber jalado un par de orejas, porque el error de ayer del ingeniero de carrera lo pudo prever hasta el gigantesco rostro del emoji de La Esfera (The Sphere) de Las Vegas.
