El GP de Abu Dhabi marcó el adiós del motor Renault en la Fórmula 1 después de casi medio siglo de participación, con triunfos, títulos y períodos de amplio dominio.
En el brillo de las luces de Abu Dhabi, Lando Norris celebraba su primer título de Fórmula 1. Muy lejos del éxito, sumido en un profundo cono de sombras, los integrantes de Alpine embalaban cada elemento utilizado en los A525 de Franco Colapinto y Pierre Gasly y enterraban casi medio siglo de historia: el motor Renault no estará más en el Mundial. La despedida del impulsor del Rombo, con sus dos autos cerrando el clasificador, fue el colofón de una debacle que cerró una etapa magra, de una escuálida cosecha de puntos, pero que se encuentra a años luz del éxito que supo tener la marca en sus años dorados.
Primero, el final. Narración inversa se llama este estilo en literatura. La 76ª temporada de F1 fue la peor de la historia. Jamás un motor Renault había ocupado el último lugar entre los Constructores. La era de los turbo 1,6 híbridos, nacida en 2014, cayó muy mal para el Rombo. La planta de Viry-Châtillon, encargada de la fabricación y desarrollo de unidades de potencia de Renault, no logró construir un elemento poderoso. Fue, desde la puesta en pista del modelo, el más débil de todos. Cuando en 2022 la FIA, la F1 y los equipos acordaron un congelamiento de motores hasta la entrada en vigencia de la nueva normativa (será en 2026), para los franceses fue una puñalada letal. El pedido de los popes de Enstone de un descongelamiento parcial para ellos, fiscalizado por el resto, para equiparar la potencia fue denegado por las otras escuderías.
Así, debieron combatir con una diferencia de casi 30 cv de potencia menos que el resto de los proveedores, una brecha gigante. A eso, Alpine le sumó la construcción de chasis que no lograban equiparar desde la aerodinámica la diferencia y, como broche final de la debacle, Flavio Briatore decidió no actualizar el A525 (realmente un A524 al que le agregaron un número) y el Mundial de 2025 fue un camino tortuoso en el que tan solo anotaron 25 puntos.
En septiembre de 2024, Alpine dejó al mundo con la boca abierta: por decisión del mandamás italiano determinó que desde 2026 el equipo de Enstone no usaría más los motores Renault y pasará a ser cliente de Mercedes. En la era de la globalización todo es posible, pero un Alpine (es decir Renault) que irá con un impulsor Mercedes… En otros tiempos, todo un sacrilegio. El motivo que brindó Briatore fue que no tenían los recursos para apuntar al doble cambio de reglas (chasis y motor) y se enfocaron en el auto.
Así, cuando el último reflector de Yas Marina se apagó, con él fue el entierro de Renault. “Al fin se terminó el año”, fue la coincidencia dentro de Alpine. Está claro que nadie extrañará al motor. Pero con esa competencia de Abu Dhabi se fue un pedazo gigante de historia de F1.
El motor Renault debutó en el GP de Gran Bretaña de 1977 con Jean-Pierre Jabouille, en Silverstone. Un problema en el turbo obligó al francés a abandonar en la 16ª vuelta. Desde ahí, solo se ausentó en las temporadas 1987, 1988, 1998, 1999 y 2000. En ese casi medio siglo, sus números son la muestra cabal del brillo logrado y por momentos dominó. Además de celebrar con el equipo integral del gigante francés, formó alianzas increíblemente exitosas con Williams, Benetton y Red Bull.
La unidad de potencia del Rombo disputó 771 Grandes Premios, el segundo con más presencia solo superado por las 1.124 de Ferrari. Consiguió 169 victorias (cuarto en el ranking histórico) y festejó 12 títulos. Nigel Mansell, Alain Prost, Michael Schumacher, Damon Hill, Jacques Villeneuve, Fernando Alonso y Sebastian Vettel ganaron coronas de pilotos empujados por motores Renault. Consiguió 465 podios, 213 pole positions y trabajó con 11 constructores. Vettel, con 38, fue el que más triunfos celebró (todas con Red Bull), pero también ganó Ayrton Senna en sus tiempos de Lotus. La última victoria se la entregó Esteban Ocon en el GP de Hungría de 2021. Luego llegaría el ostracismo.
El piloto argentino habló sobre cómo se sintió con el auto en el GP de Abu Dhabi.
En la historia quedaron enormes ingenieros como Bernard Dudot y Jean-Pierre Boudy, quienes trabajaron en el nacimiento del histórico turbo 1,5 de finales de los 70. Los buenos tiempos quedaron lejos y Briatore apostó por Mercedes y no por el ingenio de los desarrolladores de Viry. Las unidades de potencia de Reanault no terminarán en un depósito porque seguirán vigentes cada vez que Alpine quiera realizar una prueba TPC, con modelos de al menos dos años de antigüedad. Pero ya no estarán en la parrilla de largada de 2026.
