Juan Martín Trucco y el equipo de Rodolfo Di Meglio desafiaron el orden natural de un fin de semana de carrera. Los triunfos llegan siempre en el cierre de la última actividad en pista… O casi siempre. Porque el equipo del veterano preparador y el piloto de Tres Algarrobos consiguieron el éxito en el inicio con el solo hecho de haber salido a pista después de todo lo que tuvieron que vivir en la previa de la segunda fecha de Turismo Carretera, en Viedma.
El Dodge de Trucco viajaba a Viedma, Río Negro, en el semi del Impiombato Motorsports. En pleno trayecto por la ruta 3, a la altura de Olavarría, el camión sufrió un incendio en la parte trasera izquierda, originado por una campana de freno. Las llamas crecieron y debieron intervenir los bomberos. Una vez apagado, el viaje continuó con una duda grande: ¿cómo habría afectado al equipamiento que había adentro?
Al llegar a Videma, Truco, Di Meglio y todos los integrantes del Di Meglio Motorsport se encontraron con un panorama dantesco: el fuego había generado daños serios en el Challenger. “Fue mucho más de lo que pensábamos”, dijo Rodolfo, el último preparador que trabajó con Roberto Mouras. La parte más afectada fue la delantera derecha. Se quemaron mangueras de aceite, el tacho de aceite, flexibles, todo el encendido, la parte eléctrica del motor. “Es la parte más importante del auto y de algunas, no tenemos repuestos”, dijo Rodolfo.
El trabajo comenzó de inmediato. La duda sobre la posible participación de Trucco en la cita era enorme. Primero, el equipo desarmó el Dodge para evaluar bien los daños y analizar si era factible ponerlo en pista. La evaluación dio esperanzas y comenzaron los trabajos. Llegó ayuda de otros equipos y hasta se sumaron mecánicos de otras estructuras para dar una mano. La tarea duró toda la noche y se llegó a buen resultado. A las cinco de la mañana, el motor Cherokee se puso en marcha.
“Es todo mérito del equipo, laburaron toda la noche”, dijo un emocionado Trucco ya el sábado a la mañana, a un rato de ponerse el buzo y salir a girar en el entrenamiento. Debieron recurrir a ayuda local también: un electricista de autos y alguien que pudiera plotear el auto con las publicidades. “También les quiero a agradecer a los equipos que se arrimaron y nos prestaron cosas que se habían quemado”, cerró Trucco.
Cuando caiga la bandera de cuadros para cerrar la final del domingo, habrá un segundo ganador. El primero ya tiene el premio.