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Dakar: Nani Roma, un luchador que volvió a festejar en autos

El español festejó con Ford al ganar la décima etapa. EFE

El español volvió a ganar una etapa después de diez años, período en el que se recuperó de cáncer y vivió un tremendo accidente de uno de sus hijos.

“Si diez años después, te vuelvo a encontrar en algún lugar; no te olvides que soy, distinto de aquel, pero casi igual”, dice la canción Diez Años Después de Andrés Calamaro. En la edición 2025 del Dakar, Nani Roma sigue siendo tan competitivo como aquel de 2015, año en el que había logrado ganar su última etapa. Pero no hay dudas de que el español es distinto de aquel. El catalán vivió momentos críticos en la última década, pero fiel a su estilo de luchador, salió adelante y este miércoles tuvo un mimo al vencer en el décimo especial del raid (Haradh-Shubaytah), que se disputó en el inhóspito Empty Quarter, el desierto más grande del mundo.

Roma tiene dos coronas dakarianas: 2004, en motos, y 2014, en autos. En 2015 venció en un parcial con MINI, aunque cerró la edición sudamericana con abandono. Desde entonces, el piloto de Folgarolas pasó por momentos límite en su vida personal. En 2022, poco después de finalizar el Dakar, le descubrieron cáncer en la vejiga. La recuperación fue larga, lo operaron, pero logró superar era cruel enfermedad. No pudo correr en 2023, porque no estaba listo, pero pegó la vuelta en 2024 encabezando el proyecto de Ford. Sin embargo, otro durísimo golpe estaba por llegar a su vida…

El 11 de mayo del año pasado, Nani recibió un llamado impensado: su hijo Marc, quien con 15 años ya corría en motocross (pasión de familia, sin dudas) había sufrido una dura caída. El jovencito quedó parapléjico de la cintura para abajo. “Cuando me llamaron por teléfono, casi no podía creerlo. Con las caídas que tuve en mi carrera, tendría que haberme pasado a mí, no a él”, confesó Nani en una entrevista. Nani y Rosa, su esposa, comenzaron a trabajar, juntos con los médicos, en la recuperación Marc, uno de los tres hijos de la pareja. En diciembre, días antes de que Nani se embarcara a Arabia Saudita para el Dakar, Marc volvió a pararse gracias a un exoesqueleto robótico de uso clínico.

Con la imagen de su hijo de pie, Nani, de 52 años, comenzó una nueva aventura con su Ford en la 47ª edición del Dakar. El arranque fue durísimo: la rotura del motor de su auto en la segunda etapa. Se reenganchó, con nuevo impulsor y sin chances de ganar el Touareg, para trabajar como mochilero de su compañero Mattias Ekström. Pero las malas seguirían: accidente en la quinta etapa, al chocar de frente con Simon Vitse. Pero siguió. Y llegó la gran alegría.

En la décima etapa, que tantos problemas con la navegación les trajo a los más pintados, Roma sacó chapa y se quedó con el éxito. "Es lo que tiene el deporte. Es la ventaja de que tenemos el cerebro diseñado para olvidarnos de lo malo y quedarnos con lo bueno. Y, de hecho, son estos momentos los que compensan todo el resto. Cuando te dicen: ¿por qué sigues en el Dakar con problemas? Porque esto compensa todo lo demás. La satisfacción es tan alta que lo compensa todo. Vale muchísimo la pena estar aquí y seguir", dijo Nani ante Mundo Deportivo tras su éxito en una etapa que jamás olvidará.