El colombiano Sebastián Montoya estuvo involucrado en un toque que obligó el ingreso del auto de seguridad y la competencia se convirtió en una montaña rusa que terminó con el neerlandés como vencedor.
Ganó Richard Verschoor. ¿Ganó? Sebastián Montoya fue quinto. ¿Fue quinto? Dudas, claro, es que la Fórmula 2 suele regalar cambios en los resultados después de varias horas de finalizada la competencia. Ahora, una vez finalizada la competencia sprint de Barcelona, sexta fecha, sí, el neerlandés logró su sexto triunfo en la categoría. ¿Se esperaba? Ni de cerca. La competencia corta de España fue una locura, como una continuidad de la carrera larga de Mónaco. Pasen y vean.
Hasta la 18ª vuelta, de las 26 pactadas, sopor. Un bostezo por aquí, alguien que se desperezaba por allá. Jack Crawford lideraba, Luke Browning lo seguía, nada interesante. Pero de repente, Sebastián Montoya y Gabriele Mini, los compañeros del equipo Prema terminan en toque cuando luchaban por la décima posición. El italiano fue por afuera, el colombiano fue por adentro, dobló bastante abierto y llegó el toque. Mini había dejado espacio como para que no ocurriera lo que finalmente pasó: trompo de ambos y auto de seguridad. Y se rompió absolutamente toda la carrera.
Porque del décimo para atrás, con todo perdido porque anotan solo los ocho primeros en las carreras cortas, se fueron a boxes a buscar el neumático blando. Y en F2 la diferencia de tiempo entre los dos compuestos es notoria. Entre ellos, Verschoor, quien marchaba octavo, Alex Dune; 12º, y Rafael Villagómez, 17º. La carrera se reanudó en el giro 21, con el neerlandés 10º, el irlandés 11º y el mexicano, 15º.
Claro, con el neumático blando, se fueron para delante de manera inmediata. Tanto, ¡que llegaron a la punta y armaron el podio! Increíble. Verschoor había partido quinto, pero se quedó parado en la largada y se fue al fondo, Dunne ocupó el 19º cajón y Villagómez, el último. Increíble. Crawford, Browning, Leonardo Fornaroli, los que tenían el podio en el bolsillo durante el sopor, nada pudieron hacer para contener el ataque de los que habían parado en boxes.
Entre los sudamericanos, Joshua Düerksen había partido segundo, perdió en el pique y luego tuvo problemas técnicos en el auto del equipo AIX y se fue sin puntos. ¿Y Montoya? También cambió neumáticos y avanzó hasta el quinto puesto.
Final de locura y dudas. Porque Verschoor tuvo, en pleno sopor, un toque con Arvid Lindbland que sería investigado tras la carrera. Y Montoya tendría que dar sus explicaciones de la maniobra con Mini.
