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Tom Pryce, a 40 años de su muerte en la tragedia de Kyalami

Nunca ganó un Gran Premio. De hecho, sólo participó en 42 carreras de Fórmula Uno, pero Tom Pryce tenía un talento único que le permitió ser considerado con la gran promesa en la década de los 70... la muerte impidió que se cumplieran las predicciones.

El fallecimiento de Thomas Maldwyn Pryce no fue uno más de los que ocurrían en los circuitos donde corría la F1. El accidente fatal que protagonizó es considerado uno de los más tétricos en la historia de la categoría y que sucedió hoy hace 40 años.

‘Mald’, como lo conocían en su círculo más cercano, debutó en la Fórmula Uno en el Gran Premio de Bégica de 1974 a bordo de un modesto Token y en una parrilla que incluía a Emerson Fittipaldi, Niki Lauda, James Hunt, Jody Scheckter, Graham Hill, Ronnie Peterson, Carlos Reutermann, entre otros conocidos y destacados nombres.

El resto de las ocho carreras en las que participó, de las 15 del calendario de aquella temporada, las hizo con la escudería Shadow, con la cual estuvo involucrado hasta su último GP.

Pronto, atrajo las miradas por su manejo al límite, su rapidez con monoplazas de bajo nivel competitivo y, sobre todo, por su talento en las carreras bajo lluvia.

Algunos, incluso, lo consideraron uno de los mejores pilotos de aquellos tiempo en condiciones de pista mojada, tomando el relevo que había dejado el mexicano Pedro Rodríguez tras su muerte en 1971. Años más tarde sería Ayrton Senna quien tomaría gran relevancia en competiciones con lluvia. Por cierto, se dice, el brasileño era admirador de Pryce.

El 5 de marzo de 1977, la Fórmula Uno llegó al circuito de Kyalami para el Gran Premio de Sudáfrica. ‘Mald’, con su Shadow con el número 16, ocupó la posición 15 de la parrilla de salida. Un mal arranque le hizo caer a la última posición y entonces comenzó su feroz remontada.

Fue en la vuelta 22 de las 78 que se completaron cuando la historia del GP y de la F1 quedaron marcadas para siempre. El italiano Renzo Zorzi, coequipero de Pryce, se vio obligado a detener su monoplaza del lado izquierdo de la recta, enfrente de la zona de pits, pues una fuga de combustible provocó un pequeño incendio.

Dos oficiales de pista auxiliares ingresaron a la pista con extintores, mientras que Tom, ya en la posición 13, se acercaba a la zona a una velocidad aproximada a los 270 kilómetros por hora y en una intensa batalla con Hans-Joachim Stuck. Por el trazado del circuito, Pryce no se percató de la presencia de los oficiales hasta que los tuvo encima y no pudo evitar atropellar a uno de ellos.

El cuerpo Jansen VanVuuren, de 19 años, quedó destrozado y el extintor de unos 20 kilos que llevaba golpeó el casco de Tom Pryce matándolo en ese instante.

El auto de Pryce siguió andando y alcanzó a golpear el monoplaza de Jacques Laffite, sin grandes consecuencias para el francés, al final de la recta; el Shadow #16 acabó impactándose en la alambrada.

La carrera, pese a la tragedia, continuó y tuvo a Niki Lauda como ganador, por cierto, su primer triunfo luego del terrible accidente que sufrió en Nurburgring en 1976.

El de Pryce, galés que murió a los 27 años, es uno de los accidentes más impactantes en la historia de la F1.

Ruthin, un pequeño poblado al norte de Gales, recuerda a ‘Mald’ con una enorme placa con el rostro del piloto y dos de sus monoplazas que se ubica en un muro en una de las calles de la ciudad.