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El mijo, un super alimento para runners

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A pesar de no ser uno de los cereales más tradicionales, el mijo, al igual que la quínoa y el amaranto, están siendo redescubiertos en occidente a partir de una asociación a la nueva cocina naturista y a la gran cantidad de proteínas y otros nutrientes que contienen. Se trata de un grano excepcionalmente rico en hierro, magnesio, proteínas, además de vitaminas B1, B2 y B9. En cuanto a la proteína del mijo es la más similar a la del maíz y, al igual que la avena, tiene un elevado contenido graso en comparación a otros granos. Es recomendable en casos de debilidad física, fatiga, anemia, astenia y falta de ánimo. Además, favorece la regeneración celular y, por tanto, se considera excelente para fortalecer la salud de la piel, los cabellos, las uñas y los dientes. Por su alto contenido en magnesio, el mijo se considera un cereal muy apropiado para los deportistas, que con el sudor pierden muchos minerales.

Por otra parte, más allá de su capacidad para combatir el agotamiento y permitir la recuperación tras el esfuerzo físico, alivia los calambres y fortalece los músculos, por lo que resulta particularmente interesante para las personas que practican deportes de resistencia como el caso del running. También el mijo es igualmente eficaz para defenderse del estrés y la irritabilidad nerviosa, para reducir la intensidad y frecuencia de los ataques de migraña, y como apoyo en regímenes adelgazantes.

Otro punto muy interesante es que el mijo se encuentra entre los pocos cereales sin gluten, lo que resulta interesante para las personas celíacas. Además, es considerado como un alternativa del arroz o la pasta debido a su alto índice proteico. Es de cocción rápida y muy fácil de cocinar. Como el grano es muy pequeño, antes de cocinarlo, es preciso lavarlo y escurrirlo bien. Luego se tuesta en una sartén, para inmediatamente después cocinarlo en agua caliente. Para eso hay que esperar a que el agua hierva, y dejarlo luego a fuego suave unos 20 minutos o hasta que adquiera una textura esponjosa. Es decir, un proceso muy similar al de la quínoa.

El mijo se puede consumir junto con queso blanco en tostadas, en gelatinas, yogur, licuados, galletitas, barras de cereal. Además, puede incluirse en ensaladas con verduras y hortalizas. También es un buen ingrediente para pizzas, hamburguesas vegetales y sopas de verduras, entre otras opciones.

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