Desde que nacemos, año a año nuestro cuerpo no es el mismo, y hay una cuestión importante sobre las fibras musculares y cómo se alteran a lo largo de la vida, mientras nos vamos haciendo mayores. En pocas palabras, tenemos diferentes tipos de fibras musculares que nuestro organismo utiliza prioritariamente de acuerdo a la naturaleza del movimiento que necesitamos hacer. Y las de contracción rápida, de velocidad, fuerza explosiva, y las fibras de contracción rápida intermediarias que pueden hacerse resistentes o rápidas dependiendo del estímulo, van perdiendo su tenacidad y capacidad de contracción conforme envejecemos. Y con el tiempo, en un proceso que mayormente comienza entre los 30 y 35 años, parte de esos tipos de fibra se pierde. Es lo que llamamos sarcopenia, problema típico del envejecimiento.
Diversos estudios han demostrado los beneficios de los entrenamientos para personas mayores con fuerza máxima y fuerza explosiva, que trabajan más las fibras de contracción rápida. En algunos casos, existe hasta una recuperación de ellas. Es por eso que aún los corredores más veteranos deben invertir tiempo de sus entrenamientos en trabajar con cargas altas y sprints de velocidad, para estimular las fibras de contracción rápida y retrasar el envejecimiento. Por otro lado, es fundamental para quien quiere empezar a correr con 60 años entender que el pasado cuenta. Y ya que el proceso de envejecimiento viene con una pérdida de fuerza y de masa muscular, si estas personas no fortalecen sus músculos, tienen el riesgo de empezar a correr con una preparación insuficiente. En otras palabras, el running es un deporte para todos, pero necesitas prepararte para ello, como todo en la vida.
¿Cómo te preparas para correr?