El Parque Mirador de los Nevados es un lugar metropolitano ubicado en la localidad de Suba, al Norte de Bogotá en Colombia. Si bien solo tiene una extensión de seis hectáreas, es sin dudas un lugar ideal para los entrenamientos de los runners que buscan desafiarse corriendo en desniveles con rampas y escaleras.
El predio cuenta con una plantación de alrededor de 1400 árboles entre eucaliptos, robles, mano de oso y urapanes. El nombre del parque se debe a que desde su punto más alto en los días despejados se puede contemplar varios picos de volcanes de Cordillera Central de los Andes de Colombia con nieve en sus cimas, como el Nevado del Tolima, que se eleva hasta 5276 metros sobre el nivel del mar, el Nevado del Cisne (4636 metros), el Nevado del Ruiz (5321 metros) y el Nevado de Santa Isabel (4950 metros) en días despejados.
El Parque Mirador de los Nevados cuenta con senderos, rampas y escaleras, un mirador sobre el occidente de la ciudad y relictos de flora y fauna nativa. Forma parte del resguardo nativo de Suba, presenta una forma cóncava y se encuentra ubicado a 2882 metros sobre el nivel del mar, por lo que correr allí también es un desafío a la vez que una excelente oportunidad para entrenar en altura.
Tiene forma de una rotonda gigante y quienes lo visiten se encontrarán con nueve puntos clave para visitar: la Plazoleta del Reloj, la Plazoleta Sua, la quebrada La Toma, los Obeliscos, la Plazoleta Moxa, la Plazoleta del Mirador, la Plazoleta del Equinoccio, la Plazoleta Bochica y la Plazoleta Astral o Bachué.
Inaugurado en el año 2002, el Parque Mirador de los Nevados es un referente de alto valor ambiental y paisajístico que permite a todos los runners que lo visiten correr en un entorno inigualable.
Para llegar al sitio los visitantes deben dirigirse a la Plaza Central de Suba y luego subir por el costado norte de la iglesia. Posteriormente cruzar a la izquierda y otra cuadra a la derecha, desde allí ya se divisa la portería de acceso.
Su diseño arquitectónico está pensado en la cosmogonía musical, por lo que cuenta con plazas, caminos, plazoletas y obeliscos con nombres alusivos a esta cultura, motivo que lo hace un escenario único en el Distrito Capital. Además, en el lugar habitan distintas especies animales únicas en Sudamérica, por lo que no se permite el ingreso de mascotas, bicicletas, ni ningún objeto que produzca ruido.