Con orígenes en Suecia en la década de 1930, el fartlek es un método de entrenamiento que consiste en combinar tramos alternando intensidades aeróbicas como anaeróbicas, mediante cambios de ritmo repentinos. Estas sesiones te ayudarán a mejorar tus tiempos en cualquier distancia, desde las más cortas a las más largas. Y por eso incluir una o dos sesiones de fartlek a la semana puede ser una de las formas más fáciles de incorporar el trabajo de velocidad en tus rutinas. Y a diferencia de las series o intervalos fijos que suelen hacerse en una pista, los fartleks no están estructurados y se pueden hacer en cualquier tipo terreno.
Correr fartlek es una excelente forma discreta de ponerse en forma debido a su falta de estructura en comparación con un entrenamiento de intervalo o de pista. La carrera Fartlek consiste en ráfagas aleatorias de carrera acelerada que duran entre 15 y 60 segundos más o menos. El objetivo de este estilo de entrenamiento es correr de forma contínua aunque alternando ritmos, así que no te detengas a la mitad de la sesión, y en su lugar intenta reducir un poco la velocidad para recuperarte y encarar el siguiente tramo intenso.
Eso sí, como se trata de un entrenamiento intenso, debes prestar especial atención a la entrada en calor previa. Para eso, nunca dejes de trotar muy suavemente unos 10 minutos antes de empezar con los cambios de ritmo. Además, al finalizar no olvides otro trote suave de 5 a 10 minutos como vuelta a la calma. Y por la misma exigencia es importante que no abuses de los fartlek. Hazlos una o a lo sumo dos veces por semana, y en este último caso que no sea en días consecutivos.
¿Alguna vez has hecho una carrera fartlek sin saber que la estabas haciendo?