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Qué hacer cuando nuestros entrenamientos no salen según lo planeado

Tips para cuando un imprevisto obstaculiza tu rutina. Freepik

Sea por compromisos laborales, sociales, familiares, o por lesiones o enfermedad, muchas veces la rutina de un runner amateur se ve afectada o inclusive hasta pausada por un tiempo algo prolongado. Ante esas situaciones, salirnos del libreto suele llenarnos de interrogantes, y los corredores nos preguntamos cómo actuar para que nuestro rendimiento se vea afectado lo menos posible. En primer lugar hay que pensar en frío y analizar dónde estamos parados. Si estamos muy cerca de una competencia y no pudimos entrenar durante un par de semanas o más, una buena opción puede ser posponer esa carrera e ir por otra. Al participar en una carrera más adelante, puedes tomarte una semana o dos sin entrenar sin tener que reducir tus objetivos. Date tiempo para recuperarte, y por cada semana de entrenamientos que se pierda por completo, trata de posponer tu carrera tres semanas. Y por cada semana de entrenamiento por debajo del promedio (con un resfriado, por ejemplo), posponlo una semana.

Además de esto, una situación muy complicada es cuando sientes mucho cansancio. Es importante saber que existe una sutil diferencia entre entrenamiento y sobreentrenamiento. Si tus tiempos han empeorado durante varias semanas seguidas y tu cuerpo está agotado, intenta reducir tu volumen entre un 30% y un 50% durante dos semanas, y limítate a correr de forma suave, relajada. Luego de eso, sólo si comienzas a sentirte mejor, prográmate para competir. Si en cambio no evolucionas, es mejor que te bajes de tu carrera y la dejes para más adelante. Ten presente que muchos runners dejan pasar por alto las señales de advertencia de sobreentrenamiento. Presta atención a factores como correr más lento en los entrenamientos, problemas para dormir, fatiga persistente e irritabilidad. Si dos semanas de entrenamiento reducido no comienzan a revertir estos síntomas, intenta pasar una semana entera sin ponerte las zapatillas para correr. Si eso ni siquiera te ayuda, olvídate de las competencias y regresa a las pistas solo cuando te sientas listo. Lo más importante es mantener tu cuerpo sano, tu mente tranquila y tus piernas frescas.

¿Qué solución encontrás cuando surgen estás situaciones?