Para mantenernos saludables y al mismo tiempo optimizar nuestro rendimiento deportivo necesitamos una variedad de nutrientes. Y en este sentido, aunque a menudo se pasa por alto, la vitamina E es uno de esos nutrientes esenciales, ya que es muy importante para proteger las células musculares y pulmonares.
Algo muy importante a tener en cuenta es que la vitamina E también es liposoluble. Lo que significa que tu cuerpo lo absorbe mejor cuando se combina con alimentos más grasos, como por ejemplo los que contienen los aceites, los pescados, los frutos secos, las semillas, la yema de los huevos, y las paltas o aguacates. De ahí viene el consejo de comer una ensalada con aderezos grasos como el aceite de oliva. Pero la pregunta que surge allí es, ¿esto realmente tiene sentido? Y la verdad es que como la vitamina E se absorbe en el intestino delgado, los últimos estudios al respecto concuerdan en que el cuerpo la retiene hasta que se consume suficiente grasa para iniciar el proceso de absorción del cuerpo. También hay que tener en cuenta que la vitamina E que se encuentra en los alimentos ya tiene suficiente grasa para ser absorbida en el intestino delgado. Por lo tanto, cuando la grasa extra se consume después de un período, sólo mejora el proceso.
En cuanto a las cantidades requeridas, en promedio los adultos necesitan alrededor de 15 miligramos de vitamina E por día. Consumir frutos secos, semillas y verduras de hoja verde ayudan a conseguir este objetivo. Por ejemplo, 30 gramos de almendras tostadas contienen 6,8 mg de vitamina E, la misma cantidad de semillas de girasol tostadas contiene 7,4 mg, y media taza de espinacas cocidas contiene 1,9 mg de vitamina E. En este último caso hay que aclarar que las verduras de hoja como la espinaca contienen pequeñas cantidades de grasa. Entonces, aunque este tipo de alimentos no son tan grasosos como las nueces, también son lo suficientemente buenos para que el cuerpo absorba la vitamina E.
¿Sabías de la importancia de la vitamina E?