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Los beneficios de correr descalzos

Para aquellos que aprovechan el verano para vacacionar, les contamos los beneficios de correr sin calzado. Freepik

En el posteo de ayer hablamos sobre la importancia de elegir correctamente las superficies en donde corremos, para así evitar lesiones. En este sentido, podemos aprovechar nuestras vacaciones para correr descalzos en algunas sesiones. Para esto podemos aprovechar la arena, un terreno que nos permite además fortalecer nuestra musculatura y al mismo tiempo mejorar nuestra técnica de carrera.

Los investigadores aseguraron que correr con calzado parece incrementar el riesgo de torceduras de tobillos, tanto por medio de la disminución de la percepción de la posición del pie, así como por el incremento del giro sobre el tobillo durante un tropiezo. Es por eso que correr con zapatillas durante mucho tiempo (años de rutinas corriendo) puede incrementar el riesgo de fascitis plantar u otras lesiones crónicas de la extremidad inferior por medio de la modificación de la transferencia del impacto hacia los músculos y a las estructuras de soporte.

A pesar de los beneficios de correr descalzos la preocupación por las heridas punzantes o cortantes, el daño producido por la temperatura y las lesiones por sobreuso durante el período de adaptación son las razones más comunes por las que los corredores evitan estas prácticas. Por eso es importante que cuando se corre sobre determinadas superficies como ciertos caminos, en condiciones climáticas extremas y con ciertas patologías de la extremidad inferior se use el calzado adecuado, pues en esas circunstancias las zapatillas cumplen un rol protector. Además, para correr sin calzado es clave una adaptación. Unos 15 minutos diarios de correr descalzos es un punto de partida recomendable para permitir un engrosamiento de la piel de la planta de los pies y la adaptación de los músculos y ligamentos. Es importante ir paso a paso, es decir, comenzar caminando y entonces cuando ya te sientas cómodo con ello pasar a trotar, incrementando gradualmente la intensidad y la duración. Luego de unas tres o cuatro semanas la piel de la planta de los pies se volverá más robusta y eso te permitirá correr descalzo durante períodos más largos y a mayores velocidades. También es importante realizar ejercicios progresivos de fortalecimiento para el pie y el tobillo, incluyendo inversiones del pie y flexión de los dedos, y caminar en puntas de pie, todo esto con el fin de facilitar la adaptación.

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