En ciertos momentos del año, como el que estamos transitando, diferentes ocupaciones y contextos hacen que nos alejemos algunos días de los entrenamientos. Viajes, vacaciones, fiestas familiares, laborales o de amigos suelen hacernos caer en una espiral que nos preocupa por la pérdida de estado físico. Ante estas circunstancias, lo primero que debes hacer es no entrar en pánico ya que unos días de pausa no harán que pierdas todo tu estado. Si te pierdes hasta siete días de entrenamiento, no hay implicaciones significativas para tu condición física. Si bien puede haber pérdidas incrementales que se pueden medir en un laboratorio, la cantidad práctica de degradación del estado de entrenamiento por perder hasta una semana completa de entrenamiento no es mucha. Por esto, permítete disfrutar del tiempo libre y tus vacaciones.
Por otro lado, seguramente hayas escuchado decir muchas veces que la consistencia es la clave. Y la realidad es que la consistencia a largo plazo supera la intensidad a corto plazo. Claro, es posible que tengas objetivos deportivos en los próximos meses. Sin embargo, tus metas también deben incluir algunos planes a largo plazo. Probablemente desees seguir corriendo durante años y mantener la mayor forma física y salud posible a lo largo de tu vida. En otras palabras, consistencia significa mes tras mes, año tras año.
A la hora de volver a tus entrenamientos, si estuviste hasta una semana sin hacerlos una buena idea es empezar de a poco, haciendo más entrenamientos de rodajes suaves y algunos menos de los entrenamientos clave: series de velocidad, cambios de ritmo y fondos largos. En concreto, totalizar semanalmente entre el 50 y el 75 por ciento de los entrenamientos clave durante un período de dos a tres semanas, comparando con lo que venías haciendo hasta ahora. Estos ajustes te permitirán volver a tu nivel anterior sin problemas y alejándote de posibles lesiones.
¿Cómo sentís que es la mejor forma de retomar un entrenamiento?