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Lesiones del runner: desgarros musculares

Qué son, cómo prevenirlos y cómo rehabilitarlos. Freepik

El running es una actividad física muy popular y saludable que puede ayudar a mejorar la resistencia cardiovascular, la fuerza muscular y la salud en general. Sin embargo, como con cualquier actividad física, hay riesgos asociados con correr, incluyendo la posibilidad de sufrir desgarros musculares. Los desgarros son lesiones en las fibras musculares, que pueden ser muy dolorosas y limitantes, y ocurren cuando estas se rompen o se separan del tejido circundante.

Estas lesiones pueden variar en gravedad desde pequeños daños hasta rupturas completas del músculo. Los desgarros pueden ser causados por una variedad de factores, incluyendo el sobreesfuerzo, la fatiga muscular, la falta de calentamiento adecuado, la sobrecarga o el traumatismo directo. Si bien pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo donde haya músculos, en el caso de los runners son más comunes en los músculos de las extremidades, especialmente en las piernas, especialmente el cuádriceps, el bíceps femoral y la pantorrilla.

Los síntomas de esta lesión pueden incluir dolor, hinchazón, debilidad muscular, espasmos y dificultad para mover la zona afectada. En algunos casos, también puede haber moretones o hematomas.

El tratamiento de un desgarro muscular depende de la gravedad de la lesión. En los casos leves pueden tratarse con descanso, aplicación de hielo y fisioterapia para ayudar a fortalecer los músculos afectados. Cuando los desgarros musculares son más graves pueden requerir la atención médica de un especialista en lesiones deportivas, y en algunos casos pueden requerir cirugía para reparar los músculos dañados.

Para prevenir los desgarros musculares en el running, es importante seguir algunas pautas importantes. En primer lugar, es esencial hacer un calentamiento adecuado antes de empezar a correr. Además, es recomendable hacer ejercicios de estiramientos y fortalecimiento para preparar los músculos para el esfuerzo que se va a realizar.

Al mismo tiempo, es importante aumentar la intensidad y la duración de tus entrenamientos de manera gradual, para evitar el sobreentrenamiento y la fatiga muscular. También es esencial usar un calzado adecuado y mantener una buena postura al correr para evitar la sobrecarga de ciertos músculos.

Si a pesar de tomar precauciones sufres un desgarro muscular, es importante tratar la lesión adecuadamente. Esto puede implicar descansar la zona afectada, aplicar hielo y hacer ejercicios de rehabilitación para recuperar la fuerza y la flexibilidad muscular.

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