Correr suave, también conocido como "entrenamiento de base", es una práctica común entre corredores de todos los niveles. Aunque puede parecer contraproducente correr a un ritmo más lento que tu ritmo de carrera habitual, en realidad tiene muchos beneficios. Una de las principales razones por las que correr lento es útil es que ayuda a construir una base sólida de resistencia cardiovascular. Al correr a un ritmo más lento, el cuerpo puede proporcionar suficiente oxígeno a los músculos para mantener el esfuerzo durante largos períodos de tiempo. Esto significa que el cuerpo se acostumbra a trabajar de manera más eficiente, lo que puede ser beneficioso para el rendimiento en carreras más largas o en entrenamientos más intensos.
Además, correr lento puede ayudar a prevenir lesiones al reducir la tensión en las articulaciones y músculos. Al correr a un ritmo más lento, el cuerpo tiene más tiempo para adaptarse a la actividad física y se reduce el riesgo de lesiones por exceso de entrenamiento. Los corredores que son nuevos en la actividad o que se están recuperando de una lesión pueden beneficiarse especialmente de correr lento para evitar un exceso de estrés en el cuerpo.
Finalmente, otro beneficio de correr lento es que te ayuda a mejorar tu técnica de carrera. Esto se debe a que cuando corres a un ritmo más lento, tienes más tiempo para concentrarte en tu postura, cadencia y forma de correr, corrigiendo errores en el gesto deportivo.
En síntesis, muchas personas tienden a asociar el running con correr rápido, pero correr lento también tiene sus beneficios. Para hacerlo, una buena medida es correr a un ritmo cómodo que permita mantener una conversación sin esforzarse demasiado.
¿Sabías de estos beneficios del entrenamiento de base?