Los runners saben que no hay mejor sensación que salir a correr en un día soleado y con una temperatura agradable. Pero ¿qué pasa cuando el frío llega? Muchos corredores dejan de lado su rutina por la dificultad para salir a entrenar en bajas temperaturas. Sin embargo, para aquellos que deciden continuar con su entrenamiento, es importante que sepas cómo adaptar tu dieta en estos meses. Y en este sentido, lo primero a tener en cuenta es mantener la hidratación adecuada, ya que es fácil pensar que en los meses fríos no es necesario beber tanto líquido como en el verano, pero esto es un error. Aunque no sientas tanta sed, es importante que bebas suficiente agua durante todo el día, no solo cuando salgas a correr. Si te cuesta beber agua fría, puedes optar por infusiones calientes o sopas que te ayuden a hidratarte y a mantenerte caliente al mismo tiempo.
Por otro lado, ten presente que el frío causa estrés en nuestro cuerpo, lo que puede generar radicales libres que afectan nuestra salud. Los antioxidantes son sustancias capaces de neutralizar estos radicales y proteger nuestro organismo. Incluye en tu dieta alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras de colores fuertes, frutos secos, semillas y té verde.
En cuanto a los macronutrientes, no hay que olvidar que cuando corremos en bajas temperaturas, nuestro cuerpo gasta más energía en mantener la temperatura corporal, por lo que necesitamos tener suficientes reservas de glucógeno. Por esto incluye en tu dieta carbohidratos complejos como cereales integrales, pasta integral, arroz integral, quinoa y legumbres. Estos alimentos liberan energía de forma sostenida y ayudan a mantener los niveles de glucemia estables. Pero no olvides que nuestros músculos se recuperan mejor cuando tenemos un aporte adecuado de proteínas y aminoácidos. Además, si entrenas en invierno, es común experimentar una mayor sensación de fatiga y dolor muscular. Por eso, incluye en tu dieta alimentos ricos en proteínas como huevos, pescado, pollo, tofu, legumbres y frutos secos.
Finalmente, considera que a pesar de la mala fama que muchas veces tienen, las grasas no son malas per se. El cuerpo necesita grasas para mantenerte sano y caliente. Pero es importante elegir las grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva virgen extra, en los frutos secos y en el aguacate. Procura evitar las grasas saturadas y las grasas trans que se encuentran en alimentos procesados.
Con estos consejos, podrás mantener tu cuerpo en óptimas condiciones para correr con seguridad y comodidad. Recuerda que un buen plan de alimentación te permite no sólo seguir corriendo, sino también te ayuda a mantener una salud óptima. ¡Felices kilómetros y feliz alimentación!
¿Eres de los que sigue entrenando con bajas temperaturas?