Uno de los objetivos principales de muchas personas al correr es quemar grasas y perder peso. Sin embargo, no todas las intensidades de carrera son iguales en cuanto a la cantidad de grasas que se queman. A veces, correr a una intensidad más baja puede ser más efectivo para oxidar grasas. En primer lugar, es importante tener en cuenta que el cuerpo utiliza o quema una combinación de grasas y carbohidratos mientras corremos. A intensidades bajas, utilizamos principalmente grasas como fuente de energía, mientras que, a intensidades más altas, utilizamos más carbohidratos.
Sin embargo, también es cierto que a intensidades más altas quemamos más calorías totales, lo que significa que en general quemamos más grasas también. Entonces, ¿qué intensidad es la más adecuada para quemar grasas? Generalmente se considera que correr a una intensidad baja a moderada es más efectivo para oxidar grasas. Esto se debe a que, a intensidades bajas, el cuerpo utiliza principalmente grasas como fuente de energía y se queman con mayor eficiencia. Además, a estas intensidades, el cuerpo puede mantener el suministro de oxígeno necesario para quemar grasas de manera efectiva.
En líneas generales la mayoría de las personas pueden alcanzar esta intensidad corriendo a un ritmo cómodo que les permita conversar fácilmente. En términos más precisos, se recomienda correr a una intensidad de alrededor del 60-70% de la frecuencia cardíaca máxima de una persona. Esto significa que todavía estamos desafiando al cuerpo y mejorando nuestra resistencia cardiovascular, pero al mismo tiempo estamos maximizando la oxidación de grasas.
No obstante, si queremos quemar la mayor cantidad de calorías totales posibles, correr a intensidades más altas también puede ser efectivo. A intensidades más altas, quemamos menos grasas en términos absolutos, pero como se mencionó anteriormente, quemamos más calorías totales. Esto puede ser útil si nuestro objetivo es perder peso en lugar de simplemente oxidar grasas.
También es importante tener en cuenta que la duración de nuestra sesión también es un factor importante. A intensidades bajas y medias, la oxidación de grasas sigue siendo relativamente alta durante períodos prolongados de tiempo. Por lo tanto, si queremos maximizar la oxidación de grasas durante una distancia larga, puede ser más efectivo correr a intensidades bajas o moderadas. Sin embargo, a intensidades más altas, la oxidación de grasas disminuye a medida que se agota la energía disponible, por lo que, en última instancia, lo más importante es encontrar una intensidad que sea cómoda para nosotros y disfrutar del running.
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