Spyridon Louis era un pastor griego de 24 años que se convirtió en el héroe de los Juegos Olímpicos de Atenas 1896 al ganar la carrera por excelencia del encuentro deportivo de masas: el Maratón.
La leyenda cuenta que la carrera partió el 10 de abril del Estadio Panathinaikó con 17 participantes, de los cuales 12 eran griegos. Sorprendentemente, Louis solo había corrido un maratón de preselección un mes antes, en la capital griega, llegando en quinto lugar.
A unos 30 kilómetros de carrera tomó la delantera y nunca más la soltó. Cuenta la leyenda que antes de llegar al final del recorrido se detuvo en la localidad de Pikermi para entrar en un bar y beber un vaso de coñac.
Cruzó la línea de meta tras 2 horas, 58 minutos y 50 segundos superando a Albin Lermusiaux y Teddy Flack, deportistas de renombre que habían obtenido medallas en las carreras de media distancia.
La victoria le trajo una popularidad inusitada. Pasó de ser un ciudadano humilde a ser tratado como un héroe. La frase "egine Louis" (“se convirtió en Luis”) se volvió icónica.
Nunca volvió a correr otro maratón. Se retiró al pueblo donde nació y trabajó como granjero. Gracias a la generosidad de comerciantes que le facilitaron una vida cómoda recibió numerosos obsequios y se convirtió en un mito. Falleció el 24 de marzo de 1940 en la ciudad de Marousse.