Julien Alfred, de 23 años, es una de las grandes historias de los Juegos Olímpicos. Con un registro de 10,72 segundos, la joven de Santa Lucía, país insular, voló en la final femenina de 100 metros y se colgó la medalla de oro.
La velocista caribeña sorprendió bajo la lluvia en la pista del Stade de France en una definición marcada por la ausencia de Shelly Ann Fraser-Pryce, la jamaiquina que se retiró previo a las semifinales, y se convirtió en la primera representante de su país, isla de tan solo 180.000 habitantes, en ganar una medalla olímpica.
En una carrera atípica, que por primera vez en casi cuatro décadas no tuvo a representantes jamaiquinas en el podio, Alfred cruzó la meta rompiendo su marca personal para quedarse con la presea más preciada, superando a las estadounidenses Sha’Carri Richardson (10.87) y Melissa Jefferson (10.92), quienes ganaron las medalla de plata y bronce respectivamente.
La británica Daryll Neita (10.96), la norteamericana Twanisha Terry (10.97), la suiza Mujinga Kambundji (10.99), la jamaiquina Tia Clayton (11.04) y la marfileña Marie-Josee Ta Lou-Smith (13.84) completaron los otros ocho carriles.