MACHU PICCHU-- Una de las maratones más duras y, a la vez exóticas del mundo, se corre cada año, desde 1988, en Perú. El Maratón Camino del Inca sigue la senda original que desemboca en la capital religiosa del Imperio Inca, la legendaria ciudad perdida del Machu Picchu, donde la meta final espera por los maratonistas. El recorrido tiene mucho desnivel y va desde los 2.500 hasta los 4.200 metros.
Como suele ocurrir en las zonas montañosas, la amplitud térmica es muy grande. Las temperaturas son muy variadas y pueden ir desde 0º hasta los 30º, dependiendo del momento del día.
El evento está organizado por una agencia de turismo con sede en California, y está diseñado para captar a los runners extranjeros más exigentes y audaces, la mayoría provenientes de Estados Unidos y Europa. El programa completo se inicia en Cuzco y tiene una duración de nueve días. Por las condiciones de la competencia, no se trata de un evento masivo, sino reducido a un número que va entre los 10 y 15 atletas. Al haber mucha demanda, desde hace unos años la organización decidió hacer esta carrera dos veces en el año, a principios de junio y a principios de agosto.
La prueba es extremadamente exigente y sólo recomendada para runners que ya tengan una dilatada experiencia en maratones. Para tener una idea de lo duro del recorrido, basta con ver los tiempos de los ganadores en cada edición, que suelen superar las 6 e inclusive hasta las 7 horas.