<
>

La historia de vida de Alberto Salazar

Alberto Salazar nació en 1958 en La Habana, Cuba. Cuando era muy joven, toda su familia dejó el país para vivir en Estados Unidos. Luego de pasar un tiempo en Miami, Alberto junto a sus padres y sus cuatro hermanos probaron suerte en Connecticut, y luego en Massachusetts, donde se instalaron definitivamente.

Durante los años de 1977 a 1981 asistió a la Universidad de Oregon, conocida popularmente por su destacado programa de atletismo. Allí formó parte del equipo y obtuvo fama en la comunidad nacional de corredores cuando como debutante ganó el Maratón de Nueva York en 1980. En todo el país se hablaba de Alberto Salazar como la gran revelación del deporte, cuando al año siguiente volvió a ganar los 42k de la Gran Manzana y con un tiempo de 2:08:13 que habría sido un nuevo récord mundial, pero no fue homologado ya que el recorrido no tuvo exactamente 42.195 metros. No obstante, Salazar se había establecido como uno de los mejores corredores en los Estados Unidos y el mundo.

La temporada de 1982 lo encontró brillando en su esplendor: Alberto ganó por tercera vez consecutiva el Maratón de Nueva York y por primera el de Boston, la competencia de 42k más tradicional del planeta.

El año 1983 fue el comienzo de muchos problemas físicos para Salazar. Dificultades para respirar lo obligaron a someterse a una serie de estudios médicos, que determinaron que padecía bronquitis. La enfermedad fue empeorado hasta que se convirtió en asma, y sus pulmones habían perdido mucho de su capacidad de respirar. A partir de entonces, no pudo dominar en el asfalto como había hecho antes, y entró en un muy largo periodo de inactividad deportiva.

Una década después, en 1994, tuvo reapareció en la escena internacional ganando el ultra-maratón de Comrades en Sudáfrica. A sus 36 años Alberto se quedaba con la dura carrera de 87 kilómetros demostrando que el fuego sagrado aun ardía en su interior. Al igual que durante toda su carrera demostró ser un atleta que además de dar importancia al entrenamiento físico, también hizo foco en el aspecto emocional y psicológico. De hecho, muchos remarcan que a aquella carrera la ganó con su temperamento y pasión.

Durante sus seis años de carrera logro establecer seis récords nacionales. Actualmente está retirado de las competencias, pero sigue muy ligado al deporte. Vive en Oregon con su esposa Molly, y sus tres hijos. Entrena a un equipo de atletismo de estudiantes secundarios en Portland y trabaja como asesor de Nike en la captación y desarrollo de talentos en atletismo.

Han pasado tres décadas desde aquellos triunfos en los maratones de Boston y Nueva York. Alberto marcó una época al punto de que su lugar aún no pudo ocupado por otro atleta. Fue el último corredor de maratones dominante que ha producido los Estados Unidos.