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La historia de vida de Spiridon Louis

Spiridon Louis, más conocido como “Spyros”, nació en Marousi, Grecia, 12 de enero de 1873. Fue un atleta griego que quedó inmortalizado al ganar la medalla de oro en el maratón de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, disputados en 1896 en Atenas.

Para hablar de su historia hay que remontarse a un hecho importante. Durante el siglo XVIII se venían disputando algunos pequeños encuentros deportivos, que se denominaban Juegos Olímpicos Antiguos. El barón Pierre de Coubertin tuvo la idea de revivir los antiguos Juegos Olímpicos, pero en forma de un evento multideportivo e internacional. De hecho, los antiguos Juegos ya fueron en cierto modo internacionales, puesto que varias polis y colonias griegas tuvieron representación, aunque sólo se permitiera participar a los hombres libres de origen griego.

El 18 de junio de 1894, Coubertin organizó un congreso en la Universidad de la Sorbona, en París, para presentar sus planes a los representantes de sociedades deportivas de once países. Fue allí que el empresario y escritor griego Demetrius Vikelas -primer presidente del Comité Olímpico Internacional (1894-1896)- propuso Atenas como sede y como Grecia fue el lugar donde nacieron los Juegos Olímpicos, lo que fue aprobado unánimemente.

La denominada I Olimpiada se celebró entre el 6 y el 15 de abril de 1896. Participaron 241 atletas masculinos -no hubo participación femenina- de 14 países, que compitieron en 43 eventos de 9 deportes: atletismo, ciclismo, esgrima, gimnasia, halterofilia, lucha, natación, tenis y tiro.

En ese momento, allegados a Coubertin, sugirieron rememorar la hazaña de Filípides, el mensajero ateniense que recorrió la distancia entre las ciudades griegas de Maratón y Atenas para anunciar la victoria de los griegos ante los persas en la Batalla de Maratón (490 antes de Cristo). Coubertin aprobó la idea ante la reticencia del comité. La distancia era aproximadamente de 40 kilómetros y se dudaba que los atletas fuesen capaces de recorrerla sin morir en el intento. Después de realizar diversos ensayos fue incluido el maratón en el programa olímpico.

El coronel Papadiamantopoulos fue el encargado de organizar las pruebas de selección de los atletas griegos, y por casualidad había tenido como soldado a Spyros mientras realizó el servicio militar. Procedente de una familia humilde, el joven trabajaba con su padre como aguador, un oficio que consistía en llevar agua potable a la ciudad de Atenas que no disponía de agua corriente. Como Spyros tenía grandes condiciones naturales como atleta, el coronel le propuso participar de los selectivos. Fue así que Louis se clasificó en la segunda semifinal, en quinto lugar. Como dato para tener idea de cómo se corría en ese entonces, basta mencionar que el corredor más rápido fue Kharilaos Vasilakos que completó la distancia en 3 horas y 18 minutos.

Finalmente el día 10 de abril se dieron cita 17 corredores, 12 de los cuales eran griegos. En ellos estaba depositada la última esperanza del pueblo heleno para conseguir alguna medalla. La orden de largada fue dada y los corredores que debían enfrentarse a la distancia que separaba la ciudad de Maratón y el Estadio Panathinaiko en Atenas. Allí, el público seguía la evolución de la carrera mediante mensajeros que perseguían a los corredores montados en bicicleta o a caballo. Las noticias no eran nada buenas, ya que tres de los cinco extranjeros que participaban iban en las primeras posiciones. Pero en el km 32, el francés Albin Lermusiaux, se desmayó, dejando al australiano Teddy Flack solo en cabeza, seguido de cerca por Spyros. Justo antes de entrar en el estadio el joven griego adelantó a un exhausto Flack que finalmente también abandonó. Spyros acabó cortando la cinta tras 2 horas, 58 minutos y 50 segundos ante la ovación de su público que había colmado el estadio olímpico. El segundo puesto lo consiguió Kharilaos Vasilakos que rebajó en 16 minutos el tiempo que había conseguido durante las pruebas. El tercero en llegar a meta fue el también griego: Spiridon Belokas, pero fue descalificado después de saber que había recorrido parte de la distancia subido en un carro. Finalmente el húngaro Gyula Kellner se colgó la medalla de bronce. Nueve corredores completaron la distancia demostrando que, lo que hoy es un reto cada vez más popular, es algo épico.

Mientras el público aún festejaba la hazaña de Louis, el rey Jorge I de Grecia bajó a la pista para felicitar al nuevo héroe griego y como recompensa se ofreció a regalarle lo que le pidiera. Spyros, pudiendo elegir cualquier cosa, se conformó con un burro y un carro para poder llevar más cómodamente el agua por las calles de Atenas. Con su nuevo carro y su burro, se retiró a su Marousi natal, donde siguió ejerciendo su profesión antes de acabar siendo agente de policía. Nunca más volvió a disputar una carrera.

La última aparición pública de Spyros se produjo en 1936, cuando fue invitado de honor durante los Juegos Olímpicos de 1936, celebrados en Berlín.

Cuatro años después, más precisamente el 26 de marzo de 1940, se conocía la noticia de la muerte de Spyros, a la edad de 67 años.

En el año 2004 al Estadio Olímpico de Atenas, escenario de las ceremonias y de las competencias de atletismo de los Juegos Olímpicos de 2004, se le dio su nombre en su memoria.