Mucho se ha escrito sobre las bondades de la natación para los corredores. La realidad es que se trata de dos disciplinas que se complementan perfectamente, ya que la natación mejora la capacidad aeróbica y anaeróbica sin el factor de impactos constantes para el cuerpo. Además, fortalece el tren superior, lo que ayuda a mantener una correcta postura al correr.
La mayoría de los corredores no son expertos nadadores, pero lo buenos es que el invierno es un buen momento para mejorar las técnicas. Recuerda siempre combinar trabajos de resistencia con otros de velocidad, y no olvides dedicarle unos minutos en cada sesión a los trabajos correctivos. Patada con tabla, pull boy, manoplas o ir usando sólo un brazo y volver con el otro, son los ejercicios más comunes, y con mejores resultados.
Por último, no hay que olvidar que la natación es ideal para trabajos regenerativos, por ejemplo al día siguiente de un entrenamiento fuerte o una competencia. En estos casos, se deben realizar sesiones de 30 a 45 minutos a ritmos muy suaves. Esto ayudará a relajar la musculatura y dejarla en óptimas condiciones para volver a correr.
¿Cuentas con este tipo de actividad en tu rutina de entrenamiento?