Un problema común entre muchos corredores son los callos en los pies. Se trata de respuestas naturales del cuerpo a la presión continua del calzado. Están relacionados a la producción excesiva de células muertas, que forman una capa externa de piel, que con el tiempo y el aumento de la masa, pasa a ser incómodo a la hora de la pisada.
Tanto los callos como las callosidades pueden tener un núcleo central más profundo. Esta zona indica dónde el cuerpo sufre mayor presión.
No es fácil reconocer cuál es el factor principal que desencadena la aparición de las callosidades. Sin embargo, es posible evitarlas siguiendo estos cuidados:
• Usar un par de zapatillas que sean para correr y que se adapte a tu tipo de pisada.
• Usar el número de zapatillas adecuado.
• Si el calzado es nuevo poner un poco de vaselina en el talón para evitar lastimaduras por roce.
• A la hora de comprar el calzado controla que entre tus dedos del pie y las zapatillas haya una distancia mínima de 1,5 cm.
• Usar medias de algodón. No corras descalzo.
• Luego de entrenar, pasar una crema hidratante.
El tratamiento consiste en retirar el tejido hiperqueratósico. No se debe remover toda la callosidad plantar, ya que ella es necesaria para aliviar el impacto al momento de la corrida. La lesión volverá a menos que se haga algo para aliviar permanentemente la presión. Eso generalmente se logra con un cambio de zapatillas y en casos más complejos por medio de cirugía para remover prominencias de hueso y hacer un realineamiento
¿Sufres de esta molestia al correr?