Todos sabemos que los carbohidratos son la principal fuente de energía a la que nuestro organismo recurre mientras corremos. Por lo tanto, tener suficientes reservas de estos nutrientes, será una de las claves del éxito en nuestros entrenamientos y competencias (principalmente si se trata de actividades de larga duración).
En los casos de distancias como los 21k o los 42k, es fundamental iniciar la carrera con las reservas de glucógeno al máximo. Para lograr esto, en los tres días previos a la competencia se debe reducir ligeramente la ingesta total de proteínas y grasas, y al mismo tiempo aumentar el consumo de carbohidratos de buena calidad como pastas y cereales.
Además, debió a que en los días previos a competir los niveles de entrenamiento siempre son menores, los carbohidratos ingeridos permanecerán en el cuerpo a modo de reserva.
La idea es aprovechar tanto las comidas principales como los snacks. Hay que recordar siempre que lo que comamos debe ser de calidad, tratando de evitar las golosinas y evitando acompañar las pastas con salsas muy cargadas o pesadas.
¿Cuáles son tus comidas previas a una competencia?