Para los corredores, especialmente los de largas distancias, el aspecto psicológico es mucha veces tan importante como el físico. Tanto en entrenamientos como en carreras, la suma de muchos kilómetros exige tanto la mente como las piernas. Dicho en otras palabras, el cerebro y los músculos deben trabajar de manera conjunta y coordinada para poder realizar la rutina prevista, en tiempo y forma.
Cuando se trata de competencias largas como las de 21 o 42 kilómetros, o inclusive en las ultra maratones, la adrenalina propia de la carrera, la novedad del circuito y la compañía de otros runners suele hacer más llevadero el recorrido. Pero cuando se trata de entrenamientos de fondo, muchas veces los corredores caemos en estados de aburrimiento y falta de motivación.
Un truco para esos días está en variar las rutas o la ubicación de los entrenamientos, de modo que no caigamos en la rutina. Mirar paisajes nuevos, estar atentos a desniveles y condiciones del camino harán que tu entrenamiento sea más entretenido y por lo tanto se pase más rápido. Por supuesto, aunque algunos prefieren correr acompañados los sonidos de la naturaleza, una buena lista de música o bien tu estación de radio favorita también hará más ameno estos entrenamientos, que son tan largos como necesarios.
¿Varías la ubicación de tus entrenamientos?