El running, principalmente en las distancias medias y largas (21 y 42 kilómetros), es una actividad más relacionada con la resistencia.
No obstante, hay momentos en que la velocidad es importante, y ser capaz de correr rápido cuando las circunstancias lo demandan es una destreza que debemos trabajar, aún en los casos de los corredores recreativos. ¿Por qué? simple: al estar adaptados y preparados para una velocidad mayor nos será más sencillo mantener la técnica adecuada mientras corremos a un ritmo un poco más relajado. Esto no sólo hará más eficiente nuestro gasto energético, sino que además puede prevenir lesiones propias de una mecánica corporal inadecuada al correr.
Además, la velocidad es una herramienta que nos permite correr y competir, en lugar de solo trotar para terminar el recorrido de una carrera. En síntesis, la velocidad es un componente vital del éxito en el rendimiento, aun a la hora de las carreras de resistencia, y por eso las series deben ocupar un lugar en tu grilla semanal de entrenamientos.
¿Cuentas con rutinas de velocidad en tu entrenamiento semanal?