Es regla: todo runner que desee mejorar su resistencia aeróbica debe incluir en sus rutinas semanales al menos un trabajo de fondo.
Esto significa realizar carreras largas, que generalmente van entre los 10 y los 20 kilómetros. ¿Cómo debemos hacerlo? En forma continua, sin cambios de ritmo, y a un paso moderado. Para entender cuál es el ritmo adecuado, estos trabajos en ningún momento deben dificultarnos la respiración; por esto, si estamos demasiado agitados al punto de no poder hablar, sabremos que necesitamos bajar un poco la marcha.
En cuanto a la duración, procura no superar las dos horas. Además, comienza a un ritmo suave, bastante más lento de lo que marchas en una carrera, evitando así disminuir la velocidad con el correr de los kilómetros y la aparición de la fatiga muscular.
¿Cada cuánto realizas trabajos de fondo?